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sábado, 29 de enero de 2022

Comunidad y vida. In memoriam a Juan José Bautista

 Estamos viviendo en una coyuntura histórica de cambio generacional, en la cual quienes somos jóvenes todavía, empezamos hablar de nuestros maestros. Juan José Bautista murió relativamente temprano, dejando un pensamiento vivo entre nosotros, cuya responsabilidad histórica es subsumirlo. 

Abdiel Rodríguez Reyes / Para Con Nuestra América

Desde Ciudad Panamá


En este homenaje quiero resaltar algunas ideas de él, a la luz de nuestra relación de estudiante y compañero. Juan José Bautista fue un filósofo boliviano, vivió muchos años en México, allí estableció una familia con Katya Colmenares, otra gran filósofa de la liberación. Fue uno de los discípulos más avanzados de Enrique Dussel y dejó una amplia producción intelectual: ¿Qué significa pensar desde América Latina?. Hacia una racionalidad transmoderna y postcolonialDialéctica del fetichismo de la modernidad. Hacia una teoría crítica del fetichismo de la racionalidad moderna, entre otros, editó y prologó Totalitarismo del mercado de Franz Hinkelammert; junto a Colmenares preparó la reciente antología de casi mil páginas Filosofía de la liberación. Antología de Dussel.  

 

Viajé a México a tomar un curso con Enrique Dussel y hacer una pasantía de investigación en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM bajo la tutoría de Horacio Cerutti Guldberg. Así logré tener una visión integral de la Filosofía de la liberación. Allí me enteré de que Bautista daba unos cursos en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, eran sobre Marx. Inmediatamente me anoté y allí conocí a Benjamin Saavedra y por instrucciones de Bautista rápidamente nos hicimos compañeros. De ese compañerismo herede mi vínculo con Gerardo Andrade, Fernando Espinal y Milly Juárez. En fin, asistimos a los cursos de Bautista y la verdad me impresionaban, por su nivel de concentración para explicar y poner en contexto algún párrafo, línea e incluso concepto. 

 

Las clases eran sobre las cinco redacciones de El Capital, recuerden que, el maestro Dussel hablaba de cuatro, bueno Bautista de cinco. Como les decía, quiero recordar algunos pasajes sobre Bautista, en base a mi vivencia y algunas de sus ideas.

 

En gran parte le debo a él, el tema central de mi tesis, la cual versa sobre la Ética de la liberación o ética amarilla; fue en una cena en su apartamento con Katya Colmenares, donde me dijo que me pusiera a estudiar esa Ética; él consideraba que todavía no la habían estudiado a profundidad. También hablamos ese día de una antología del pensamiento de Dussel que estaban terminando, la cual acaba de salir en AKAL, con estudios introductorios tanto de Katya como de Bautista. En efecto, si buscamos al respecto estudios sistemáticos de esa ética amarilla o de la ética en general de Dussel, veremos aproximaciones, pero no se han metido así de lleno a esta obra cumbre del pensamiento de Dussel. También me señaló que esa obra había dejado exhausto a Dussel, así como cuando Marx terminó de escribir el tomo I de El Capital, usó una metáfora de que Marx era un toro cuando inició y al terminar estaba flaco, diez años de trabajo.

 

Luego yo le hice una entrevista, la cual está en la página de YouTube ese wey y cuando terminamos me dijo que estaba cansadísimo, ahora bien, ¿qué significa todo eso?, cuando uno sentipiensa deposita en lo que está escribiendo, en lo que está diciendo, su energía. Al final de cuentas el cerebro es un músculo y al trabajar con él, quedamos cansados. Pero Bautista lo decía más en el sentido espiritual. En las ideas está contenido el espíritu cuando se sentipiensa desde la ancestralidad de los pueblos andino-amazónico en el caso de este pensador. 

 

La Universidad de Panamá gestionó un Congreso Centroamericano de Filosofía, allí se le otorgó un doctorado honoris causa a Dussel y entre otros también invitamos a Juan José Bautista, quien dio una conferencia magistral en la Alcaldía de Panamá. En su visita a Panamá también estaba de paso hacia Venezuela a La Escuela Descolonialde Caracas. Tengo la impresión de que esas actividades le causaban satisfacción, le llenaban profundamente; además ya era Premio Libertador al Pensamiento Crítico. Militantes de esos espacios de lucha, eran o son Ramón Grosfoguel y José Romero Lossaco. Con respecto al golpe de Estado en Bolivia, su análisis fue ecuánime. Mientras otros intelectuales fueron laxos. Condenó a la derecha y reivindicó al pueblo con conciencia comunitaria.  

 

En el desarrollo de sus clases en la UACM escuche algunas ideas, como decía, me impactaron, entre muchas, en una ocasión habló de que cuando destruimos a la naturaleza es como una violación a la madre. Cuando con nuestra racionalidad moderna fetichizada, mediante alguna tecnología extracción hidráulica o la que fuere, al igual que se robaron todo el oro desde la invasión a Abya Yala, lo que están haciendo en el fondo es violar a nuestra Pachamama. Esa idea me parece relevante en este contexto de “suicidio colectivo”, como dice Franz Hinkelammert, en donde la salvación no está en el individuo, sino en la idea del “yo soy si tú eres”. Es momento de cambiar de rumbo o desaparecer como especie, esto lo saben muy bien los megarricos cuando están haciendo sus viajes privados al espacio. Es decir, ya no es una cuestión del futuro. Incluso los tomadores de decisiones mundiales hablan de un reseteo. Como si no tuviésemos memoria histórica de que son los capitalistas como personificación del capital, quienes nos tienen aquí. 

 

Otra idea en esa misma dirección y espero recordarlo bien, es que los productos del capitalismo son producidos con una intencionalidad y un contenido: de dominarnos, es un contenido necrótico. De producir dependencia. Es decir, un producto en una estantería no es un producto inocente allí, fue producido y puesto allí con una intención de explotar hasta la muerte a quien lo produce y generar plusvalía infinita para quienes tienen el control sobre ese modo de producción. Por eso, cuando ingerimos algo, cuando compramos algo, estamos ingiriendo y comprando al capital mismo o, por lo menos, la intencionalidad con la cual fue producido. Después tuve una ligera experiencia agroecológica y entendí la otra cara de la moneda, es decir, en la agroecología se produce el alimento con otra intención. Mucho más saludable y allí se reafirma más la vida con esa intencionalidad, en la cual no hay transgénicos y se produce de la forma más artesanal posible; ahora bien, esto no es una idea abstracta, ya hay proyectos comunitarios y de cooperativas que hacen sostenible a la agroecología. Es posible pensar y hacer desde la comunidad.  

 

Su última aparición, por lo menos virtual fue el 5 de marzo de 2021, no sé si hubo otra actividad, pero fue en el marco del Congreso Lucha y Liberación. Allí convaleciente pero contundente, abordó algunas ideas de su maestro Dussel, por ejemplo, aquella que no era el horizonte último enfrentarse a los textos por textos, el academicismo baladí, sino en última instancia el enfrentamiento era con la realidad misma y eso suponía un pensamiento nuevo en tanto reflexión del devenir histórico como una espiral. Allí, como dice Bautista “esta la capacidad para pensar la realidad”, esa es la tarea de la filosofía de la liberación: enfrentarse a la realidad para transformarla, como lo proponía Karl Marx, con el compromiso ético y político de la liberación de nuestros pueblos, reproduciendo y afirmando su vida. Bautista siempre nos invitó a pensar desde la vida. Como ahora se plantea, pensar “el Mundo desde la Vida”, esa es la tónica de las actividades que se realizan desde la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, con la influencia de Rafael Bautista y de quien hoy rendimos un homenaje. 

 

La última vez que hablé con Bautista fue el 21 de abril del 2021. Murió el 11 de mayo del 2021. Estábamos planeando un seminario sobre la teoría del fetichismo en Franz Hinkelammert. Tenía todas las ganas de vivir y seguir pensando, estaba muy entusiasmado. El seminario sería a finales de junio y la lectura sería La crítica de las ideologías frente a la crítica de la religión. Volver a Marx trascendiéndolo. Allí estaba la idea: “La crítica de la religión como crítica del fetichismo tendría que ser también desarrollada como crítica de los mitos del capitalismo actual y tendría que llegar a ser una dimensión de la crítica de la economía política actual”. Allí está el fundamento de la crítica de nuestro tiempo, en poner al desnudo las contradicciones de los mercados nacionales al servicio del capital internacional, en detrimento de la realización y afirmación de la vida del sujeto, de la comunidad y la Pachamama.

 

El autor es profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá 

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