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sábado, 7 de mayo de 2022

América Latina y la voz de la sensatez

 En medio de la alharaca guerrerista mundial, desde América Latina se ha escuchado la voz de la sensatez a través de Lula da Silva y el papa Francisco. Ambos son como los niños que en medio de la multitud oportunista se atreven a decir que el rey, que se vanagloria de sus vestimentas, realmente está desnudo.

Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica

Ser claro y directo, o como se dice muy comúnmente en la actualidad, “transparente”, se ha convertido en un mérito en un tiempo en el que privan las retóricas que lo que realmente buscan es empañar lo que sucede, desviar la atención. En dos platos: engañar. 

 

La guerra que se ha desatada en Ucrania provocada por la invasión rusa, eufemísticamente llamada “operación especial”, ha llevado a nuevos niveles la manipulación y la utilización de los medios de comunicación como instrumentos de propaganda por parte de todas las partes contendientes. Para el ciudadano común, es muy difícil orientarse en esta verdadera selva de desinformación que es capaz de montar escenarios ad hoc con tal de generar sentimientos que respalden una u otra posición.

 

Como bien ha dicho el papa Francisco, quien en repetidas oportunidades ha condenado la guerra, buscar un solo culpable está fuera de contexto. Occidente, irresponsablemente, acorraló a Rusia a una posición en la que la dejó sin alternativas. Ucrania fue un peón, como sigue siéndolo hasta ahora, pero ambas partes pudieron sentarse a conversar civilizadamente y evitar un enfrentamiento que está dejando devastación y muerte.

 

Las opciones de negociación siguen abiertas, y debería ser algo que estuviera a la orden del día permanentemente, y no esfuerzos aislados como los que se hacen ahora. Lula llama a que las partes se sienten a la mesa. A los únicos a los que conviene esta situación es a los ganadores natos de este embrollo que tiene al mundo al borde de otro precipicio, los grandes negociantes de la industria armamentista, que ya han visto incrementar sus ganancias en 40%.

 

El vocinglerío que prevalece nubla la razón. Cada uno toma partido por alguno de los bandos, y es bien sabido que en río revuelto los que ganan son los pescadores. ¿Quiénes son los pescadores que mayor provecho parecen estar sacando de todo esto? En primer lugar, las fuerzas guerreristas de Occidente, a quienes se les ha dado argumentos y consensos para expandir sus puntos de vista. Por ejemplo, están logrando que países que han mantenido una relación de cierta distancia con la OTAN, como Finlandia y Suecia, estén considerando pasar a formar parte de ella. Es posible que estas consecuencias no hayan estado en el calculo inicial del gobierno ruso.

 

Asimismo, líneas rojas que prevalecieron hasta hace poco desde el fin de la Segunda Guerra mundial se debilitan, especialmente la amenaza del uso de la bomba nuclear. Cada vez más la retórica belicista la utiliza con mayor soltura y el peligro se acrecienta en la medida en que el ejército ruso encuentre más obstáculos para lograr sus objetivos. 

 

Lo cierto es que quienes llevan la peor parte en todo esto son los civiles y las tropas que se encuentra en el campo de combate, mientras los que toman las decisiones se mueven en grandes hemiciclos bien iluminados y caldeados decidiendo su destino. 

 

El cambio de época está en marcha y, como podemos apreciar, se trata de un parto doloroso que tiene características que seguramente no nos habíamos imaginado. Durará seguramente mucho tiempo, tanto que seguramente ninguno de nosotros podremos ver cómo se instaura un nuevo equilibrio. Este es el escenario relevante en curso, pero aparecerán otros en distintos lugares en los que los actores podrán variar, pero lo que se expresará a través del conflicto entre ellos será esa disputa por la prevalencia de unos u otros. Mientras tanto, el pequeño Planeta Azul sigue girando solitariamente en el espacio frío y silencioso.

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