Pero esta victoria es solamente en la primera vuelta. Le falta todavía triunfar el 19 de junio en una segunda vuelta. Y las segundas vueltas están diseñadas para que la derecha se aglutine y haga perder a la izquierda. Salvo excepciones debido a profundos desgastes de la derecha, esto es lo que a menudo sucede. Si hubiese habido segunda vuelta en Chile, Allende no habría ganado en 1970, como no ganó Daniel Martínez en 2019, aun cuando hay que conceder que en Uruguay, el Frente Amplio había triunfado en el balotaje en ocasiones anteriores.
En Colombia, Gustavo Petro enfrenta en este momento la alianza que se empieza a gestar por parte de los candidatos que no pasaron a segunda vuelta, los cuales se han sumado a Rodolfo Hernández impulsado por la Liga de Gobernantes Anticorrupción. La carta inicial de la derecha neofascista de Álvaro Uribe, Federico Gutiérrez de Equipo por Colombia, rápidamente ha expresado que apoyará a Hernández en el balotaje.
Similares pronunciamientos se han empezado a escuchar de los otros candidatos: Sergio Fajardo anunció que ha comenzado conversaciones con Hernández; John Milton Rodríguez dice que no está en sus planes apoyar a Petro; Enrique Gómez (0.23% de los votos) expresó que apoyará a Hernández “para frenar a la dictadura socialista”; igualmente lo ha hecho la fallida candidata Ingrid Betancourt quien declinó por Hernández.
En su discurso al final de la jornada electoral, Gustavo Petro indicó que se necesitan sumar un millón de votos a los 8.5 conseguidos para triunfar en la segunda vuelta electoral. Para hacerlo tendrá que derrotar al neofascismo abierto del uribismo que se unirá al neofascismo vergonzante de Rodolfo Hernández. Tendrá que convencer a los 500 mil jóvenes que no recogieron sus credenciales electorales; atraer a los votantes de centro que optaron por otras candidaturas en la primera vuelta y convencer a una parte del 45% de abstencionistas que no aparecieron en las urnas este 29 de mayo.
Rodolfo Hernández es un outsider que pregonó “ni el uribismo ni el antiuribismo”, hizo uso eficaz de las redes sociales (especialmente el TikTok), y capitalizó con éxito el hartazgo de la población con respecto a la corrupción. Es irónico que esto haya sucedido cuando él mismo y su hijo están involucrados en un escándalo de corrupción en la época en que fue alcalde de Bucaramanga. En una declaración desafortunada se declaró admirador de Adolf Hitler y lo calificó de “gran pensador”. Se ha referido a la migración venezolana como limosneros, prostitutas y desocupados y dijo que la mujer debe apoyar desde la casa porque es mal visto que esté en el gobierno.
El 19 de junio se enfrentarán las derechas más extremas de Colombia contra una fórmula presidencial que tiene una voluntad posneoliberal; que busca una reforma tributaria progresiva; que persigue aliviar el hambre de los 21 millones de pobres que existen en el país; que aspira a hacer un reparto agrario no expropiatorio; que pretende frenar el extractivismo y proteger al medio ambiente. Especialmente importante en esta lucha electoral ha sido la candidata a la vicepresidencia por el Pacto Histórico, la afrodescendiente Francia Márquez quien ha aportado un discurso fresco además de la reivindicación de la causa de los afrocolombianos.
Colombia expresa los males del neoliberalismo (la regresiva reforma tributaria de Iván Duque por ejemplo) que han provocado los grandes levantamientos populares entre noviembre de 2019 y febrero de 2020 y los que se observaron a lo largo de 2021. Hay que agregar la enorme violencia contra los luchadores sociales pues aproximadamente 1,300 de ellos han sido asesinados desde la firma de los acuerdos de paz con las FARC en septiembre de 2016. También las aproximadamente 200 masacres que se han denunciado. Hagamos votos porque el 19 de junio se abra la puerta de la esperanza para los colombianos.
Excelente texto, con la información correcta. Adelante pueblo colombiano.
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