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sábado, 2 de julio de 2022

Leopoldo Zea y nuestro pensar

 Las reflexiones de Zea cultivan la esencia crítica de la filosofía; su mirada genera una relectura y la deconstrucción del discurso occidental que se ha considerado “hegemónico” y propone, contrapuesto a la dominación, un discurso de liberación humana.

Cristóbal León Campos / Para Con Nuestra América
Desde Mérida, Yucatán. México.

Hoy se cumplen 110 años del natalicio (30 de junio de 1912) de Leopoldo Zea, quien defendió durante toda su vida la existencia y la necesidad del estudio de la filosofía latinoamericana, núcleo de pensamiento que ha dado razón a nuestras repúblicas y que ha generado nuestras particularidades en el campo de las ideas. Zea resaltó ante el eurocentrismo la existencia de nuestra raíz filosófica que nos define como latinoamericanos, retomando lo planteado por Simón Bolívar, José Martí y otros pensadores.

 

Su producción intelectual comprende más de sesenta libros. Sus obras son constancia de su pensamiento centrado en torno a la idea de la integración latinoamericana y sobre la identidad cultural de la región. El propio Zea señala en Fuentes de la cultura latinoamericana que: “A lo largo de la historia de la América Latina se han planteado dos grandes problemas estrechamente relacionados entre sí: el de la identidad y, a partir de ella el de su integración en relación distinta a la que le han venido imponiendo los coloniajes desde 1492”.

 

Las reflexiones de Zea cultivan la esencia crítica de la filosofía; su mirada genera una relectura y la deconstrucción del discurso occidental que se ha considerado “hegemónico” y propone, contrapuesto a la dominación, un discurso de liberación humana, su filosofía es la expresión de las ideas emancipadoras de nuestra América. Sus aportaciones no quedan circunscritas únicamente al hecho de proponer una filosofía desde nuestra mirada particular, buscan de igual forma, reclamar y conquistar el reconocimiento en igualdad con el pensamiento europeo, es decir, proyecta que se reconozca la tradición del pensamiento latinoamericano como creación auténtica, y que sea incluida como parte de la tradición filosófica humana. 

 

Zea lo expresó claramente en su libro Filosofar a la altura del hombre. Discrepar para comprender, al decir que: “La filosofía será vista como compromiso del hombre con la sociedad”, y continúa mencionando que: “La filosofía en América Latina no pretende otra cosa que hacer lo que la filosofía en Europa y Estados Unidos, esto es, partir de la propia y peculiar experiencia […] No se trata de ser como Europa o los Estados Unidos, sino de hacer lo que Europa y los Estados Unidos han hecho para sí mismos”.

 

El latinoamericanismo de Leopoldo Zea ha tenido en diferentes momentos una importante presencia en Yucatán, uno muy especial fue el acontecido en 1992, en torno a la inauguración de la Cátedra Extraordinaria Nuestra América, que a través de la Facultad de Ciencias Antropológicas se instauró en la Universidad Autónoma de Yucatán, bajo la coordinación del doctor Carlos Bojórquez Urzaiz. En ese marco, Zea fue invitado e incorporado como miembro del Consejo de Honor y Profesor Extraordinario por acuerdo del Consejo Universitario, permitiéndose así, la generación de un importante intercambio académico y cultural, que resulta por demás necesario.

 

Es importante recalcar que la filosofía para Leopoldo Zea es una actividad transformadora, ella implica un proyecto cultural y político, por lo que no se trata de la filosofía contemplativa tradicional, sino de una filosofía comprometida, en este caso, con la realidad latinoamericana, su identidad y su necesaria revaloración en el ámbito global. Ahora, en un contexto muy complejo para nuestra América, la filosofía latinoamericana está más viva que nunca.

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