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sábado, 8 de octubre de 2022

China en estudios latinoamericanos

Las relaciones con China han motivado creciente interés en los sectores académicos de América Latina.

Juan J. Paz-y-Miño Cepeda / www.historiaypresente.com

Los procesos independentistas en América Latina permitieron la constitución de los nuevos Estados, cuyas economías primario exportadoras y básicamente pre-capitalistas, mantuvieron mercados internos reducidos, mientras internacionalmente, durante el siglo XIX, crecieron las relaciones comerciales con Europa. El comercio con Asia siempre fue marginal e incluso nulo entre los distintos países. La inmigración china al Perú fue excepcional (los “coolies”, explotados en latifundios y en la obtención del guano) y destacó entre las repúblicas de la región. Era normal la marginación a los “chinos”, vistos como pobladores enigmáticos y peligrosos. Entre 1889 y 1945 estuvo prohibida la inmigración china al Ecuador, en lo que constantemente tuvo que ver la presión de los comerciantes que no querían competidores “despreciables” y “opiómanos”.

 

En el siglo XX América Latina giró de Europa a los EEUU. Su expansión imperialista sobre los recursos de la región inicialmente tampoco contribuyó a modernizar las economías, porque el desarrollo capitalista en la mayoría de países ocurre lentamente, aunque se acelera en la segunda mitad de aquel siglo. Aún así, los EEUU a la cabeza y Europa, después, continuaron como centros comerciales dominantes y proveedores de las mayores inversiones extranjeras.

 

Los procesos rápidamente esbozados han sido estudiados por varios investigadores dedicados a la historia económica y también por la CEPAL, institución excepcional en contribuciones a la teoría y al pensamiento económico latinoamericano. En todo caso, el mundo ha cambiado aceleradamente en la segunda mitad del siglo XX. El despegue capitalista de América Latina inevitablemente ha provocado que, por razones de negocios convenientes a sus empresarios y también por convenir a los Estados y a los gobiernos en función de sus orientaciones políticas, las antiguas relaciones económicas paulatinamente sean alteradas. Aún durante la época de la Guerra Fría, los EEUU no lograron evitar que algunos países latinoamericanos iniciaron vínculos con la URSS. Y con China se facilitaron a raíz del reconocimiento que en 1971 hicieran las NNUU sobre la representación única y legítima de la RPC, así como por la visita que Richard Nixon hizo a ese país al año siguiente.

 

Derrumbado el socialismo de tipo soviético, los vínculos con Rusia y con China se incrementaron y hoy América Latina mantiene diversificadas relaciones con esos y otros países, a los que el nuevo monroísmo militar quiere excluirlos con la etiqueta de que constituyen “amenazas” para el continente americano (https://bit.ly/3riydOj).

 

Las relaciones con China han motivado creciente interés en los sectores académicos de América Latina. En marzo (2022) me referí a las labores que cumple el Grupo de Trabajo de CLACSO sobre “China y el mapa del poder mundial” (https://bit.ly/3rkWCCY), bajo la coordinación de Gabriel Esteban Merino, Lourdes María Regueiro Bello y Wagner Tadeu Iglecias, quienes publicaron recientemente China y el nuevo mapa del poder mundial(2022). Se puede seguir el Boletín del Grupo y obtener varias de las publicaciones como e-libros. Y puedo contar que las ricas informaciones e ideas que se comparte al interior del grupo mantienen, a diario, actualizado el tema sobre China, que incluye las relaciones de América Latina con esta potencia. También el libro China: O socialismo do século XXI(2021) de Elías Jabour y Alberto Gabriele, integrantes del mismo grupo, ha alcanzado repercusiones internacionales incluyendo la propia China. Desafía visiones tradicionales y discute sobre China como una formación económico-social con sus propias características, bajo una Economia do Projetamento, que no encaja en lo que algunos consideran como “capitalismo de Estado” y tampoco como “socialismo” definitivo.

 

En Ecuador el IAEN (Universidad de Posgrado del Estado) creó, hace años, el Centro de Estudios Chinos. Hay varias tesis de grado publicadas en formato electrónico y gracias a ellas podemos conocer mejor las relaciones que se han avanzado entre el país y China. Sin embargo, es necesario destacar la reciente obra titulada Historia de la migración China en Ecuador. Entre la diáspora y el desarrollo de la franja y la ruta(https://bit.ly/3fwPRLJ), bajo la coordinación de Milton Reyes (dirige el Centro del IAEN), José Borja y Patricio Trujillo. Se trata de un libro bien trabajado, con suficiente perspectiva histórica, abundante información y también sustentado en novedosas entrevistas que han permitido reconstruir la presencia china. Subrayo el particular interés del estudio en lo referente a las relaciones del Ecuador con China siguiendo a cada uno de los presidentes de la época democrático-constitucional que se inició en 1979.


Cabe mencionar el cúmulo de “pasiones” que trajeron tanto las inversiones directas de China durante los diez años del “correísmo”, o los vínculos comerciales que crecieron, así como la deuda adquirida con este país, que la derecha política y económica, en su lucha interna, convirtieron en un fantasma para el espanto social bajo la frase “el país ha sido hipotecado a China”. Pues bien, tanto el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) como el del sucesor Guillermo Lasso, bajo la consolidación de un modelo de economía empresarial de carácter neoliberal-oligárquica y opuesta a todo tipo de economía social, no frenaron las relaciones con China y en la actualidad tratan de ser fortalecidas. Lasso incluso viajó a China en febrero 2022, haciendo gala de la consigna propagandística oficial: “más Ecuador en el mundo y más mundo en el Ecuador” (
https://bit.ly/3LTD5D4).

 

Como ha ocurrido con Ecuador, las relaciones de América Latina con China están en proceso de expansión. Es un asunto que se ha vuelto noticia mundial por la espectacularidad adquirida. Así lo resalta France 24, al dar cuenta que <<Ni la pandemia, ni la crisis global en la cadena de suministros pudo detener este crecimiento exponencial entre el país asiático y América Latina, por lo que varios analistas señalan que, desde la región “ven a China como una fuente de oportunidades que otros países no ofrecen”>>. Los datos son contundentes: en 2021 el valor total del comercio entre China y América Latina y el Caribe aumentó un 41,1% respecto a 2020, registrando un nuevo récord en las transacciones, por valor de 451.591 millones de dólares (https://bit.ly/3UUe7rt). Y todo ello abona a la creación del mundo multipolar y multicultural que se está conformando en el siglo XXI. Nace esa nueva configuración entre potencias y también cambiantes relaciones económicas con los países latinoamericanos. Es un proceso indetenible, que obliga al desarrollo de nuevos estudios.

 

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