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sábado, 7 de enero de 2023

El fentanilo: la nueva economía criminal en México

La accesibilidad del fentanilo es la razón principal de la incursión de los cárteles mexicanos en este mercado, sumado a la fuerte adicción y el consecuente aumento en la tasa de su consumo. Su irrupción ya muestra claras evidencias en la reestructuración de la economía del narcotráfico.

Abraham Trillo / Para Con Nuestra América
Desde Morelia, México

En diciembre de 2022, Anne Milgram titular de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) declaró que el decomiso durante el 2022 valorado en 379 millones de dosis de fentanilo en ciudades de todo Estados Unidos serían suficientes “para matar a todas y todos los habitantes de Estados Unidos: es la droga más letal que acecha a este país”. 
 
Y es que el fentanilo, un opioide sintético 40 veces más adictivo que la heroína, se ha extendido en los últimos años en EEUU. Esta nueva droga potencialmente mortal (solamente dos miligramos son suficientes para matar a una persona) representa la amenaza de drogas más letal que enfrenta el país del norte ante un constante aumento en la tasas de consumo. Solo en el 2021, de las 100,000 muertes de estadounidenses por sobredosis, dos tercios se le atribuyen al fentanilo. Para dimensionar, en la ciudad de Nueva York se estima que el fentanilo esta involucrado en el 80% de los fallecimientos por sobredosis.
 
Difícil de detectar ya que no deja olores en su procesamiento y sin necesitad de infraestructuras importantes para su producción ni para su distribución, este opioide sintético está transformando las dinámicas y cambiado por completo el mercado del narcotráfico en todo el mundo, ya que de manera silenciosa viene desplazando a otros productos como la heroína y la mariguana como fuentes de financiamiento de los grupos criminales. El opioide proviene de China donde es producida de manera masiva y sin controles gubernamentales y para su tránsito hacia Estados Unidos México es empleado como ruta de transporte y, de manera creciente, como plaza de producción. La presencia de China como actor comercial, modifica las rutas del narcotráfico, desplazando a las tradicionales rutas sudamericanas por donde transitaba la cocaína, es por ello que el control de los puertos el pacífico mexicano cobra especial trascendencia. 
 
De acuerdo con declaraciones de Mike Vigil ex jefe de operaciones internacionales de la DEA “es tan potente (fentanilo), tan fácil de transportar, que los traficantes en gran escala ya no necesitan redes sofisticadas”. El artículo Fentanilo y el dinero fácil publicado por Los Angeles Times en septiembre de 2019 señala que “lo único que hace falta es un buzón, acceso a la internet y gente que consuma opioides”. Y es que la presentación del fentanilo puede ser prácticamente en cualquier cosa que se pueda imaginar: desde dulces, jabones, caja de regalos, galletas y pastillas, por ejemplo, recubiertos para disimular su contenido. Esta última modalidad es la más común ya que hacerlos pasar por medicamentes reales, no solo posibilita la entrada del opioide a Estados Unidos, sino que amplía su disponibilidad.
 
Además, el margen de ganancias es irresistible. Para tener una idea, en comparación con otro opioide como la heroína, las utilidades en su comercialización pueden llegar a ser hasta 20 veces mayores. Según InSight Crime “un kilo de fentanilo, con un costo de US$32.000, puede producir un millón de píldoras falsificadas con un valor de US$20 millones en las calles”.
 
La accesibilidad del fentanilo es la razón principal de la incursión de los cárteles mexicanos en este mercado, sumado a la fuerte adicción y el consecuente aumento en la tasa de su consumo. Su irrupción ya muestra claras evidencias en la reestructuración de la economía del narcotráfico, misma que puede abordarse desde dos perspectivas. 
 
La primera, basándose en la particularidad del mercado, representa un momento decisivo en que los cárteles del narcotráfico que han dominado el escenario criminal en México puedan dejar de apropiarse el monopolio del mercado de las drogas ilegales, abriendo espacios a pequeños grupos criminales de menor envergadura que comercian sin la necesidad de una infraestructura criminal importante.
 
Por otro lado, los carteles dominantes que van perdiendo la hegemonía en otros mercados, buscan competir en el nuevo y jugoso mercado del fentanilo. Muestra de ello es lo declarado por Secretario de la Defensa Nacional General Luis Cresencio Sandoval con relación a la irrupción del opioide en el país:  “el decomiso de fentanilo utilizado para drogas sintéticas se incrementó en 486 por ciento, al pasar de 222 kilogramos en 2019 a 1 mil 301 kilogramos en 2020, y a 1 mil 44 kg entre enero y julio de 2021…destruyendo, además, 175 laboratorios clandestinos”. La propia DEA ha declarado que es un hecho que el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa distribuyen la mayor parte del opioide y se disputan las nuevas rutas de contrabando. 
 
Lo cierto es que la reestructuración del mapa del narcotráfico en el país motivada por el auge del opioide ha incrementado la violencia sobre todo en las cercanías de los puertos del pacífico, la franja fronteriza noreste y en los estados donde atraviesan las principales rutas de tráfico carretero del pacífico hacia los Estados Unidos, señal de que la expansión del tráfico de fentanilo se ha convertido en la nueva economía criminal en México.

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