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sábado, 9 de marzo de 2024

México: Claudia Sheinbaum, su segundo piso de la 4T

 Es un hecho cierto que el proyecto de la Cuarta Transformación le ha quitado la iniciativa a la derecha. La derecha no tiene un proyecto de nación que no sea el neoliberal que ya conocemos.

Carlos Figueroa Ibarra / Para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

El viernes 1 de marzo arrancaron las campañas presidenciales que culminaran en el 2 de junio de 2024. En un evento que abarrotó al Zócalo de la Ciudad de México y todas las calles aledañas, en el que, según cálculos de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, asistieron 350,000 personas, Claudia Sheinbaum expuso en 100 puntos lo que desde su perspectiva será primeramente consolidar el primer piso de la 4T y luego, plantear lo que será el segundo piso de dicha 4T.  Condición para este segundo piso es el triunfo de lo que se llama el Plan C o algo que se le acerque sustancialmente. Puede decirse que la lógica de la campaña presidencial está determinada por este objetivo, requisito para que el próximo sexenio siga siendo uno de cambios, de profundización de la transformación. Hay dos opciones dice Claudia: que siga la transformación o que retorne la corrupción.
 
La consolidación del segundo piso de la 4T según Claudia Sheibaum parte de un pilar fundamental y es alentador que lo haya puesto como el primero de sus puntos programáticos: la separación del poder político y el económico. La única manera de seguir en la senda sin zigzagueos, para usar la expresión de Andrés Manuel, es precisamente garantizar que el poder político sea independiente de los grandes poderes fácticos, entre los cuales el poder empresarial es decisivo.
 
El planteamiento programático de Sheinbaum da certeza en la continuidad de lo que ha hecho Andrés Manuel: un gobierno de territorio y no de escritorio, garantía plena de libertades civiles y políticas; apoyo a los derechos de los migrantes; política exterior de no intervención, libre autodeterminación y solución pacífica de las controversias asentada en la defensa irrestricta de la soberanía; austeridad republicana, la disciplina financiera y fiscal; autonomía del Banco de México y el equilibrio razonable entre deuda y PIB; consolidación de Mexicana de Aviación y el Plan Sonora;  soberanía alimentaria; Producción para el Bienestar; precios de garantía y fertilizantes gratuitos para pequeños productores.
 
También la consolidación de PEMEX y CFE como empresas públicas; suspensión de la minería a cielo abierto y evaluación de las concesiones que se hicieron en el pasado y suspensión del fracking; mantenimiento de los programas sociales del presidente como las pensiones a los adultos mayores; Sembrando Vida; Jóvenes construyendo Futuro; becas a estudiantes; consolidación de  los proyectos estratégicos entre ellos Tren Maya, el Interoceánico, el Aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería Dos Bocas, la modernización de las refinerías; utilización para trenes de pasajeros de los 18,000 kilómetros de vías férreas privatizadas;  fortalecimiento de  la Guardia Nacional; reuniones diarias del gabinete de seguridad; iniciativa de ley para que la extorsión sea delito grave; a programas especiales para jóvenes en situación de riesgo; integración de la Fiscalía General de la República a las reuniones del Gabinete de Seguridad.
 
También expresó el compromiso con las reformas constitucionales que planteó el presidente López Obrador el pasado 5 de febrero: la reforma judicial; la reforma electoral; la reforma para los pueblos originarios; la reforma de vivienda; la reforma de pensiones. También una reforma constitucional para proteger la igualdad sustantiva de las mujeres; propuesta al Congreso para elevar a rango constitucional la igualdad sustantiva de las mujeres. A esto hay que agregar un número telefónico de atención nacional vinculado a la violencia contra las mujeres; construcción de refugios; fiscalías especializadas de feminicidios; obligatoriedad de cada muerte de mujer sea investigada como feminicidio.
 
El segundo piso de la 4T empieza por la consolidación de lo logrado en el periodo de López Obrador. Pero Claudia Sheinbaum ha expresado puntos novedosos: la no reelección para ningún cargo electoral a partir de 2030; pensión adicional a la de adultos mayores a las mujeres de 60-64 años que se han dedicado al cuidado familiar; aumento de las becas para estudiantes de educación media superior público; beca universal a estudiantes de preescolar, primaria y secundarias públicas; un millón de becas para estudiantes universitarios; gratuidad en todos los sistemas de educación superior; fortalecimiento de las universidades Benito Juárez; transformación en universidades nacionales a la Universidad Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud; afiliación universal al Servicio Público de Salud para el Bienestar; aumento anual del salario mínimo al 11% (2.5 canastas básicas diarias); programa especial para los jornaleros agrícolas.
 
También existen metas en lo que se refiere a infraestructura: convertir a México en una potencia portuaria; modernización de al menos tres mil kilómetros de caminos rurales; ampliación el programa de caminos artesanales: construcción de 500 mil viviendas; polos de desarrollo con buenos salarios para sus empleados; priorización del acceso de agua para el consumo humano; Plan Nacional Hídrico y cambios en la Ley de Aguas, revisando las concesiones; simplificación y digitalización de trámites administrativos; consolidación del programa Internet para Todos.
 
Recientemente la Convención Nacional Morenista ha empezado a difundir su propuesta de Proyecto de Gobierno 2024-2030. (Puede consultarse en https://morenademocracia.mx/proyecto-de-nacion-2024-2030/). Revisando el planteamiento de los 100 puntos expuestos por Claudia Sheinbaum, podría hacer un largo contraste entre su plan y el expuesto por la CNM, pero no es el propósito de este artículo. Solamente resaltaré dos temas. Advierto en el planteamiento de Claudia la ausencia de un énfasis en la democracia participativa que vaya más allá de las consultas y la revocación de mandato. La democracia participativa implica la construcción de una organización sin precedentes de los de abajo (poder social) y una combinación virtuosa del poder político con ese poder social. El otro asunto es que el segundo piso de la 4T no va a encarar el tema de la reforma tributaria. ¿Alcanza el presupuesto solamente con la lucha contra la corrupción, la austeridad republicana y la evasión fiscal? He escuchado a especialistas en el tema que dicen que no alcanza.
 
Por lo demás, es un hecho cierto que el proyecto de la Cuarta Transformación le ha quitado la iniciativa a la derecha. La derecha no tiene un proyecto de nación que no sea el neoliberal que ya conocemos. La derecha ha tenido que propalar que ella también tiene un proyecto social. Xóchitl Gálvez se ha pinchado un dedo para firmar con sangre el compromiso de que va a mantener los programas sociales de la 4T. Solamente les queda una ruta: la guerra sucia, la especulación golpista y apostarle a la anulación de las elecciones. Signos inquietantes pero que a la vez revelan que la 4T por ahora sigue prevaleciendo.

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