Ya no hay discurso ni relato posible, los empresarios otrora aplaudidores, advierten el fracaso. Ocaso prematuro y disruptivo, que los va enfrentando a todos…
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina
Ambos términos parecen coincidir en la falta de ganas, de interés, descuido en hacer una cosa. Desidia y negligencia son los comportamientos generalizados de una sociedad que se abate día a día en la anomía y deambula en la oscuridad en la búsqueda de mejores alternativas de existencia. Una existencia puesta al riesgo por irresponsabilidades compartidas; porque nadie se hace cargo de deberes y derechos, también compartidos. En ese escenario deprimente y depresivo, gobernantes y gobernados chocan justamente por la ausencia de conductas establecidas por las instituciones republicanas. En esa aparente confusión y ruido fomentados por la atmósfera virtual y dominante de medios financiados por los grandes capitales transnacionales y locales, sólo unos pocos disfrutan, mientras la mayoría se arrastra por las calles ante la indiferencia de las autoridades.
Desidia y negligencia del que revuelve tachos de basura intentando un mendrugo que mitigue hambre y reparo a las inclemencias climáticas, inmersos en una periferia suburbana sin los mínimos servicios, prácticamente librados a su suerte.
Desidia y negligencia de las autoridades elegidas hace menos de un año y que, con la voluntad de llevar a cabo un cambio profundo del modelo económico, aplicaron las políticas más despiadadas con pretextos fiscales de equilibrio, pero que hasta el momento, sus planes económicos hacen aguas por los cuatro costados.
Una pareja de hermanos en la cúspide del poder que, como una monarquía medieval disfrutan del poder mientras dan la espalda al pueblo que los eligió, son parte central de este aquelarre del fin del mundo, del que hablan justamente los medios mundiales.
El genio y la pitonisa parten nuevamente en viaje de placer a los Juegos Olímpicos de París, contraviniendo el protocolo oficial que indica que sólo el presidente y el embajador de cada país competidor deben participar.
Previo a la partida, el presidente libertario asistió al teatro Colón a ver Carmen, acompañado de la vedete Yuyito González, quien le admira, como lo hizo con Carlos Menem, de quien se rumorea, fue amante.
El libertario se toma la libertad para hacer todo a lo que le venga en gana, mientras el resto de la población padece su furia y desprecio, como la delegación argentina a los Juegos Olímpicos, a cuyos atletas les restó todo apoyo oficial; fiel a su ideario individualista que, cada uno luche solo por destacarse en su actividad o deporte, como ocurre en el mercado o la selva, el pájaro que vuele, el pez nade y la serpiente que se arrastre…
Quien ahora por tercera vez vuelve a arrastrarse es el flamante ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, como serpiente ponzoñosa va a presentar al Congreso la “ley Hojarasca” que intentará eliminar más de 60 organismos públicos, centralizados y descentralizados, como lo hizo en gobiernos anteriores.
Ahí no hay “laissez faire laissez passer”, no hay mano invisible del mercado, hay motosierra destructora de instituciones estatales que proveen infinidad de bienes y servicios a la comunidad nacional que, la desidia o negligencia de las autoridades actuales no dejarán que continúen.
Todos en el Congreso estarán abocados defender en comisiones las distintas actividades y derechos adquiridos que, tras el Pacto de Mayo fueron aprobados por la mayoría de los gobernadores.
Todas las organizaciones sociales, propias de la comunidad organizada de la que se estaba orgulloso hace más de setenta años, vuelven a estar en pie de guerra por los derechos que van a ser arrasados por las legislaciones libertarias que quieren librar al país a los grandes capitales. El dinero por sobre las personas. Las ganancias por sobre las necesidades individuales y comunitarias. Desidia o negligencia de autoridades u otros que se dicen dirigentes y dirigen sus acciones para engordar sus bolsillos.
Amagos de elevar la edad jubilatoria por sobre los setenta años, bajo el pretexto de la sustentabilidad del sistema previsional y la extensión de la esperanza de vida de la población.
Urgencia en modificar leyes laborales para garantizar a las empresas fijar condiciones de trabajo esclavizantes a sueldos de hambre y jornadas extensas. Rótulo de modernización que desciende dos siglos de luchas del movimiento obrero mundial y local. Pero… donde se divulga la ignorancia histórica y se niegan los procesos sociales propios de cada comunidad, poco puede hacerse para concientizar a las nuevas generaciones que han crecido en la intemperie de emprendedores y cuentapropistas, sin derechos ni registros, totalmente al margen de cualquier beneficio, salvo el de las castigadas instituciones públicas como escuelas u hospitales, imposibles de eludir en caso de accidentes o enfermedades.
Desidia o negligencia; celebración de la fiesta de unos pocos frente a la miseria y frustración colectiva. Giras turísticas presidenciales y viajes del ministro Economía que no conducen a ningún lado, porque ya no les creen ni los propios socios extranjeros, comenzando por el benemérito Fondo Monetario Internacional. No hace falta precisar el viaje a París del presidente a la inauguración de los Juegos Olímpicos de París y una entrevista de quince minutos con Emmanuel Macron y la reunión de Luis Caputo con Kristalina Georgieva en Río de Janeiro. Por no hablar de los carteles en contra de Milei en Francia declarándolo persona non grata.
Desidia o negligencia de la castigada población del país, cuya extensión territorial es la séptima a nivel mundial, otrora el paraíso migratorio de las hambreadas comunidades del viejo mundo, cuyos abuelos forjaron con sus manos y el sudor de sus frentes, esta comunidad cuya cultura fue emblemática para la región.
¿Qué nos degradó al extremo de elegir los peores y más perversos gobernantes? ¿Qué virus nos infectó al punto de no distinguir lo bueno de lo malo, lo bello de lo feo, el respeto de la agresión? Hordas vivando a dirigentes montados en espectáculos de pésimo gusto y calidad, luego ocupando el sillón presidencial, a cuyo lado la sacerdotisa máxima ejerce un despotismo digno de destacar en publicaciones exóticas. Un reflejo femenino del “brujo” José López Rega en tiempos de la presidencia de Isabel Perón.
El pasado 28 de julio se están cumpliendo 72 años de la muerte de Eva Perón, “la abanderada de los humildes”, autora de la famosa frase: “donde hay una necesidad hay un derecho”, en momentos en que el partido gobernante opina lo contrario y culpa la crisis económica heredada a los últimos ochenta años de la historia nacional. Ochenta años que vienen recitando todos los dirigentes de la derecha y la ultra derecha libertaria, a pesar que el padre del ex presidente Mauricio Macri, el fallecido Franco, hizo justamente su fortuna como constructor a partir de su llegada en 1949, antes de casarse con la aristocrática Alicia Blanco Villegas. Fortunas crecidas a la vera del Estado y la obra pública en un momento de la historia en que se realizó la mayor obra pública del país y se nacionalizaron los ferrocarriles británicos y otras empresas en poder extranjero, bajo el lema de una Patria, libre, justa y soberana.
De ahí la necesidad de no hacer memoria. No hacer memoria o directamente falsear la historia. Sin historia, la identidad y pertenencia se diluyen y se van por la alcantarilla. Pasa con las personas y las comunidades. Quién no sabe de dónde viene, difícilmente sabrá adónde ir; mucho más una comunidad donde confluyen miles de voces cada una confundida dentro de si mismas. A río revuelto, ganancia de pescadores…
Entonces aparece un mesías de pacotilla con patillas, dice barbaridades e insultos a diestra y siniestra y lo aplauden cientos de miles de bárbaros, como decían los atenienses hace veinticinco siglos. Tropezar mil veces con la misma piedra, por desidia o negligencia parece una condena del eterno retorno. Retorno al abismo tras la falsa promesa de libertad. Libertad dentro de un concepto libertario estrecho y tergiversado, amasado en frustraciones, resentimientos y en odios recurrentes, personales y colectivos; fuente de inspiración de la expresión política, La Libertad Avanza.
Todas sus acciones confluyen en destrucción: derechos, valores, instituciones y, sobre todo convivencia armónica.
Fracasado el adolescente prescindente, privado de la pócima mágica de la pitonisa, se encierra o sale de paseo, mientras el famoso plan económico se desploma como castillo de naipes y las aguas, como es natural, vuelven a su curso.
Ya no hay discurso ni relato posible, los empresarios otrora aplaudidores, advierten el fracaso. Ocaso prematuro y disruptivo, que los va enfrentando a todos…
Desidia o negligencia que costarán décadas para poder salir, como ocurrió con la última dictadura. Recuperada la democracia hace más de cuatro décadas, volvemos a caer en la misma situación, aunque ahora de la mano del voto popular.
Me parecen claras tus ideas, mi pregunta es porque llegó a la presidencia por el voto, qué clase de votante se arrodilló ante este sujeto, antes llegaban por el golpe de estado y era igual de penoso. Ojalá mejore pronto la situación en Argentina
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