Cuando estudiábamos química en la escuela secundaria, el profesor siempre nos hacía referencia al sulfuro de hierro, el mineral de sulfuro más abundante en el planeta, conocido como pirita de hierro, famosa por el nombre: “el oro de los tontos” que había engañado a cientos de buscadores de oro en el país desde el siglo XIX en adelante, por su parecido con el metal precioso.
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina
Javier Milei, devoto admirador de la dama de hierro, feliz está en depositar el oro argentino en la tierra de Francis Drake; en su endeble formación y memoria no debe recordar las fallidas y rechazadas invasiones inglesas a Buenos Aires en 1806 y 1807, mucho menos la de las islas Malvinas en 1833 y el dominio ejercido durante el período del modelo agroexportador que tanto venera y pretende reinstalar, donde los ferrocarriles británicos imponían tarifas y condiciones a su antojo, él tribuno del mercado y la empresa privada. Pero bueno, no deja ser un excelente promotor del oro de los tontos.
Todo esto ha permanecido oculto favorecido por el escándalo de la denuncia por malos tratos realizado por Fabiola Yáñez, primera dama del ex presidente Alberto Fernández, hecho que los medios nacionales y del mundo no han cesado de publicitar permanentemente desde la semana anterior, enlodando a la oposición representada mayormente por el peronismo. El bombardeo mediático operado con este tema central no es otra cosa que oro de los tontos.
Oro de los tontos es la gestión económica del tándem Javier Milei-Luis Caputo que requiere de reservas para obtener el financiamiento que le niegan los organismos financieros internacionales, incluido el FMI y, sin embargo, la China “comunista” denostada por el libertario, le extiende hasta 2025 la garantía de cinco mil millones de dólares en swaps, autorizados por Ji Xin Ping, aunque Milei no pudo ir a Beijing el 14 de julio como pretendía anteriormente, por no cumplir con los plazos exigidos por la diplomacia china para la entrevista entre dos jefes de Estado. Hecho que podría concretarse el año próximo o, en la reunión de noviembre 2024 del G20 en Río de Janeiro.
Lo que no es oro de los tontos es la información publicada estos días por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina UCA, que hace unos meses advertía con los siguientes datos: el 54,9% de la población es pobre y el 20,3% indigente.
Sin embargo, Unicef Argentina pone el grito en el cielo: siete de cada diez niños viven en la pobreza en el país. Las últimas estimaciones comprenden a aquellos menores de 18 años cuyos hogares no alcanzan el umbral mínimo de recursos económicos (pobreza monetaria) o cuyo entorno de vida los priva del ejercicio de un derecho básico, como hábitat (vivienda, baño, acceso al agua), educación o salud, entre otros.
Se trata de un universo estimado en 8,6 millones de niños y adolescentes, de acuerdo con las proyecciones de Unicef para el segundo semestre de 2023, en el que comprende a la pobreza por recursos económicos (57,5%) y a la pobreza por privación de derechos (43%). Un millón y medio de niñxs se van a dormir sin cenar. Los datos fueron publicados en la campaña: “El hambre no tiene final feliz”, lanzada por el capítulo argentino de la organización de la ONU. En lo que va de 2024, el 70% de lxs niñxs vive en situación de pobreza y el 30% bajo pobreza extrema.
Otra fuente basada en datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Primer Trimestre 2024, elevaría el nivel de pobreza de la población al 73,3%, dado que se podría afirmar que el ingreso promedio es muy poco representativo de la realidad social. Con una distribución tan desigual, resulta más riguroso analizar el valor de la mediana que el de la media. En este sentido, existe un 68% por debajo de ese valor medio y un 32% por encima. El 50% de los hogares argentinos tienen un ingreso mensual per cápita por debajo de los 198 mil pesos. Esta mitad del país es pobre. Esta mitad y un poco más: la pobreza en Argentina afecta al 55% de la sociedad.
Pero hay mucho más y merece ser citada la cruel situación que se vive estos días: “Pero este número es insuficiente para dimensionar la pobreza real, debido a que este tipo de medidas ignoran a los hogares que cuentan con ingresos muy próximos al umbral. Es decir: si un hogar posee 100 pesos más que el valor de la canasta básica total (CBT), solo100 pesos más, dejaría ser considerado pobre según los cálculos habituales. Sin embargo, ¿sería correcto afirmar que un hogar con un ingreso per cápita de 222.332 pesos mensuales es pobre, pero un hogar con un ingreso per cápita de 222.332 pesos mensuales no lo es? La respuesta debe exigir sentido común: no es correcto.
Por lo tanto, resulta fundamental en lo político sabe cuántos hogares están justo por encima de ese umbral; con unos pesos más, pero no demasiado más. Porque esos hogares son ‘casi pobres’: están justo en el límite, son vulnerables, y de ninguna manera son clase media.
En definitiva, si realmente nos preocupa la pobreza en serio, deberíamos contemplar la suma de los unos y los otros, los ‘pobres’ más los ‘casi pobres’. O sea: un 73,3%. Tres cuartas de la sociedad argentina ‘malviven’, pero aún seguimos hablando de un país de clase media.”[1]
Esta tremenda situación no puede ser oculta con el escándalo del ex presidente Alberto Fernández, mucho menos con el optimismo expresado por el presidente y su gabinete ante el empresariado en la reunión del Concilio de las Américas, donde manifestó que los únicos que no ven el éxito de su gobierno son los argentinos y su “programa de reformas que es el más grande de toda la historia argentina”. “Nuestro programa se sostiene sobre una macro ordenada, un profundo recorte del gasto público y una atención obsesiva por devolverle la libertad a cada uno de los argentinos”.
En cuanto al Presupuesto 2025, aseguró: “vamos a rediseñar la forma en que se escribe”. “Nuestra metodología se va a llamar déficit cero y eso implica que el resultado financiero es cero por eso no necesito tomar nueva deuda”. Si así fuera, ¿para qué enviar oro al exterior?
Además, se deshizo en halagos para su equipo económico en esa reunión empresaria, en la que dijo que era un cholulo alabándolos, unos colosos, según sus palabras, como Sturzzenegger y Caputo. Tan cholulo como besarse en público con la actriz “Yuyito” González, la nueva novia del libertario.
Como se ha manifestado infinidad de veces, Javier Milei vive una realidad totalmente opuesta a los 47 millones de argentinos y los organismos nacionales e internacionales encargados de llevar las estadísticas sobre la situación social y económica de la población, incluso la Comisión Económica para América Latina CEPAL, con sede en Santiago de Chile, advirtió sobre del decrecimiento de la economía nacional en un 3% para 2024, mientras que para el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, sería de un 2,8%. Cifras que traducidas a actividades económicas sectoriales y su reflejo en la gran recesión, el desempleo y las gravísimas consecuencias para la población, condicen y refuerzan los datos relevados por las estadísticas del INDEC y UNICEF.
Cifras y datos que, por otra parte, jamás reflejarán el sufrimiento y dolor en cada hogar y familia que hace lo posible para que sus hijos coman algo nutritivo durante el día.
En el país de las vacas, el consumo de lácteos bajó más del 17% este año rezaba el zócalo de C5N estos días, intentando visualizar la miseria cotidiana que padecen los habitantes de la CABA.
Hecho tan evidente y contundente e ignorado y ocultado por la generación libertaria liderada por “El juguete rabioso” arlteano; allí, en esa obra de arte elogiada por Jorge Luis Borges, Silvio Astier, el personaje creado por Roberto Arlt en 1926 para su novela, dice: “Entonces yo soñaba con ser bandido y estrangular corregidores libidinosos; enderezaría entuertos, protegería a las viudas y me amarían singulares doncellas”. Cuando uno advierte las burlas del presidente libertario cuya imagen y expresiones parecen remedar al cómico británico Benny Hill, entiende lo rabioso y extraviado que está dentro de sí mismo como del entorno que lejos de abrazarlo, lo expulsa.
Su casta, esa muletilla que le sirvió de mascarón de proa de campaña, representa lo peor de Argentina, la casta oligárquica sumida en bosta y estiércol de vaca, esas vacas que esconden la leche a millones de chicos del país, que crecerán sin las proteínas que los desarrollen como “personas de bien” como se autodefinen los componentes del gobierno. Gobierno pirita de hierro, para no sobrecargar con su pseudónimo, oro de los tontos.
Este sábado 17 de agosto se cumplirán 174 años del paso a la inmortalidad del General José de San Martín, el Padre de la Patria, quien en sus 72 años padeció infinidad de enfermedades que, hasta es célebre su paso por la cordillera de Los Andes en camilla por su reumatismo y ataques de asma, durante la campaña libertadora en viaje desde Mendoza a Chile.
No es necesario imaginar al Libertador despertando del letargo de la muerte y ver quién conduce los destinos del país por el que tanto luchó. Esperemos que al menos, los niños que estarán en los actos conmemorativos en las escuelas, esos niños que el libertario impide alimentar con sus absurdas y criminales medidas, tengan más consciencia del maravilloso país en el que habitan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario