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sábado, 12 de julio de 2025

Censurar libros

 En Guatemala, esta semana, el Ejército de ese país censuró en la Feria Internacional del Libro la presentación del libro del coronel Edgar Rubio titulado “Guatemala: narcoestado y oligarquía”.

Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica 

Estamos en un tiempo en el que se entroniza el oscurantismo. Así como aquel general que en la España fascista sacaba el revólver cuando oía la palabra cultura, los autoritarismos conservadores, que cada vez hay más hoy en el mundo, reaccionan visceralmente contra la cultura y la academia. 
 
En la Argentina de Javier Milei, el gobierno tiene a las universidades y los centros científicos y de investigación  como uno de sus mayores enemigos. Les reduce el presupuesto hasta dejarlos al borde de la inanición, y hace escarnio de ellos con su estilo vulgar, tal si fueran una pústula que hay que extirpar por el bien de la sociedad.
 
De forma similar en los Estados Unidos Donald Trump. Ha hecho de las centros de enseñanza emblemáticos de la educación superior un objetivo de guerra. Se trata de algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, pero qué le interesa eso a un presidente obtuso que solo sabe (a medias) sobre negocios, y que se mueve con su lógica en un mundo en el que es fuerte. 
 
Donald Trump y sus émulos, gobernadores y alcaldes de estados y ciudades norteamericanas, censuran libros que consideran que afectan valores tradicionales que ellos defienden. La lista crece día con día e incluye libros para niños, novelas, poesía y hasta libros científicos, como aquellos que explican la teoría de la evolución darwiniana.
 
En Guatemala, esta semana, el Ejército de ese país censuró en la Feria Internacional del Libro la presentación del libro del coronel Edgar Rubio titulado “Guatemala: narcoestado y oligarquía”. Estando ya en circulación y vendiéndose en la Feria, el Ejército ordenó al coronel que no fuera el día previsto al conversatorio entre él y el editor del libro, lo cual, lógicamente, provocó frustración y protestas entre los numerosos asistentes, pero también disparó las ventas hasta convertirlo en el libro más vendido del evento. Fue el tiro por la culata de una institución que ve una amenaza en la cultura y la inteligencia. Ahora censuran los libros, pero antes mataban a quien llevara un libro bajo el brazo.
 
 La cultura es una trinchera de resistencia ante la creciente ola de gobiernos conservadores del mundo. Tener una visión informada y crítica es vista como una amenaza y provoca miedo. Como en la novela de Orwell, leer es un acto subversivo.
 
Pareciera que ir a la universidad es una provocación, y la universidad misma se cuestiona al punto de buscar su reducción al mínimo. No es cualquier universidad, por cierto, sino la universidad pública, la que busca formar pensamiento crítico. A las privadas, con su visión lucrativa  y la orientación tecnocrática como norte, se les abren las puertas. 
 
La cultura ha sido vista siempre con suspicacia por el pensamiento conservador, reaccionario. Hoy, cuando cada vez más gobiernos que se rigen por sus expresiones más radicales, incluso de corte neofascista, las instituciones culturales están bajo antecedentes de presión y el libro, el lector, las bibliotecas, todo el ecosistema cultural que lo soporta, es visto como objetivo de guerra.

1 comentario:

  1. Muy BUENO el texto.Es tambiem importante como denúncia de un sistema reacionario

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