Patricia Muñoz Ríos
LA JORNADA
En países de América Latina como México, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú, las tasas de empleo informal rondan 50 por ciento; es decir, por cada persona que tiene una plaza formal hay al menos otra que tiene un puesto precario, sin prestaciones ni seguridad, señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su documento Panorama laboral del último año.
En la región, advierte, a pesar de que existe un buen desempeño de algunos indicadores laborales por el crecimiento económico de los últimos años, hay un muy alto porcentaje de la población que labora en la informalidad.
Trabajo por cuenta propia; empresas familiares; negocios irregulares que no cumplen con ninguna normatividad, no pagan impuestos ni cumplen con regulaciones nacionales obligatorias, y comercio informal o ilícito, son algunas de las formas de empleo precario a las que se ha recurrido en toda la región, señala.
Agrega que la composición del empleo informal difiere entre los países. Así, en Colombia se trata principalmente de trabajadores independientes (más de 54 por ciento). Panamá y Perú presentan porcentajes similares de independientes y asalariados (cerca de 45 por ciento); mientras en Ecuador y México la mayoría son asalariados (58 y 63 por ciento, respectivamente).
Un alto porcentaje de los asalariados carece de protección social y prestaciones.
El estudio de la OIT señala además que, al observar los datos por sexo, destaca que entre las mujeres de Ecuador, México y Perú son mayores los porcentajes de empleo informal que entre los hombres. No obstante, lo anterior es recurrente en varias naciones de América Latina.
Esa situación se explica en parte por el incremento de la participación femenina en el mercado de trabajo en un contexto en que la generación de empleos es insuficiente, y por la disminución de los ingresos familiares.
La organización considera que los altos porcentajes de población ocupada que mantienen empleos en condiciones precarias debe ser considerado por las políticas públicas para diseñar sistemas que permitan enfrentar y disminuir el problema.
Los niveles de desprotección laboral, señala la organización, arrojan los siguientes resultados: en promedio, desde hace dos años, 39.2 por ciento de la población ocupada urbana no tiene seguro de salud y/o pensiones, mientras el empleo no asalariado y el servicio doméstico carecen de prestaciones.
Asimismo en establecimientos de cinco o menos trabajadores del sector privado se labora también sin beneficios, contratos y ninguna protección laboral, de acuerdo con el documento.
El informe expone que la tasa de desempleo juvenil en América Latina es dos veces superior a la de los adultos, sobre todo entre el segmento de quienes buscan empleo por primera ocasión.
Añade que en países de la región, excepto en Chile y Uruguay, la tasa de desempleo juvenil está por encima del promedio total; por ejemplo, en Argentina son dos veces más los jóvenes que los adultos en busca de una plaza de trabajo.
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