Matías Mongan
Agencia Periodística del MERCOSUR
El reclamo autonómico de los prefectos de la “medialuna”, el cual persigue objetivos separatistas que pretenden socavar el poder del Presidente boliviano Evo Morales, parece estar sentado precedentes negativos hacia el resto de Latinoamérica.
Los sectores que respaldaron al modelo neoliberal durante la década del noventa se vieron obligados a replegarse en estos últimos años, debido a la irrupción de gobiernos pregonadores de un discurso nacional popular. Para intentar recuperar los beneficios que poseían en el pasado, estos grupos se embanderaron detrás de la promoción de las llamadas autonomías departamentales.
La particularidad del eje autonomista conformado por Zulia-Santa Cruz Guayaquil, es que las mismas regiones son bastiones fuertes de la oposición a los Presidentes Evo Morales (en Bolivia), Hugo Chávez (en Venezuela) y Rafael Correa (en Ecuador). Asimismo, poseen ingentes recursos naturales, entiéndase petróleo, hidrocarburos, y representan una parte importante del Producto Bruto Interno (PBI) de sus respectivos países.
“Zulia es tierra de petróleo, de pueblo alegre y chicharachero. Pero al mismo tiempo hay que recordar que más allá de toda esa belleza geográfica, histórica y cultural que reúne, aquí está el epicentro del plan separatista contra Venezuela, y ese plan se expande ahora hacia Táchira y Mérida”, denunció el pasado 30 de mayo el Presidente de Venezuela Hugo Chávez.
Según el Primer Mandatario, tomando el ejemplo de lo que ocurre en Bolivia, los opositores a su gobierno han ideado un “Plan divisionista que se expande ahora hacia el Estado Apure, en lo que ellos han llamado el arco, la media luna venezolana”.
De acuerdo a Chávez la intención separatista va a intentar ser puesta en marcha en caso que la oposición obtenga gobiernos regionales “estratégicos” en las elecciones del próximo noviembre.
Para evitar que esto finalmente ocurra: “Tenemos que ganar todas las gobernaciones y alcaldías”, manifestó enfáticamente el líder bolivariano.
Los sectores que respaldaron al modelo neoliberal durante la década del noventa se vieron obligados a replegarse en estos últimos años, debido a la irrupción de gobiernos pregonadores de un discurso nacional popular. Para intentar recuperar los beneficios que poseían en el pasado, estos grupos se embanderaron detrás de la promoción de las llamadas autonomías departamentales.
La particularidad del eje autonomista conformado por Zulia-Santa Cruz Guayaquil, es que las mismas regiones son bastiones fuertes de la oposición a los Presidentes Evo Morales (en Bolivia), Hugo Chávez (en Venezuela) y Rafael Correa (en Ecuador). Asimismo, poseen ingentes recursos naturales, entiéndase petróleo, hidrocarburos, y representan una parte importante del Producto Bruto Interno (PBI) de sus respectivos países.
“Zulia es tierra de petróleo, de pueblo alegre y chicharachero. Pero al mismo tiempo hay que recordar que más allá de toda esa belleza geográfica, histórica y cultural que reúne, aquí está el epicentro del plan separatista contra Venezuela, y ese plan se expande ahora hacia Táchira y Mérida”, denunció el pasado 30 de mayo el Presidente de Venezuela Hugo Chávez.
Según el Primer Mandatario, tomando el ejemplo de lo que ocurre en Bolivia, los opositores a su gobierno han ideado un “Plan divisionista que se expande ahora hacia el Estado Apure, en lo que ellos han llamado el arco, la media luna venezolana”.
De acuerdo a Chávez la intención separatista va a intentar ser puesta en marcha en caso que la oposición obtenga gobiernos regionales “estratégicos” en las elecciones del próximo noviembre.
Para evitar que esto finalmente ocurra: “Tenemos que ganar todas las gobernaciones y alcaldías”, manifestó enfáticamente el líder bolivariano.
No obstante lo que ocurre en Venezuela, por ahora es en Bolivia donde los sectores autonomistas parecen estar más desplegados. El pasado 4 de mayo se realizó en Santa Cruz la primera consulta autonómica. Más allá del triunfo del Sí, es necesario recordar que la misma fue convocada por fuera de las canales que estipula la Constitución Política del Estado y que no gozó con el aval de la Corte Nacional Electoral (CNE) boliviana.
Este domingo 1 de Junio también se llevaron adelante actos en Beni y Pando, los mismos buscaban la convalidación del estatuto redactado por los comités cívicos locales. Representantes de las elites cruceñas -como el Presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Branco Marinkovic- viajaron a estas regiones para respaldar la “causa autonómica”.
“Nadie nos para, este domingo todos votaremos por el "Sí" a la autonomía, para romper definitivamente las cadenas del maldito centralismo causante del atraso y la postergación de nuestro Departamento", afirmó en el acto de cierre de campaña el prefecto de Beni, Ernesto Suárez.
A pesar del constante llamado a dialogo de parte de Evo Morales, la “medialuna” se muestra cada vez más intransigente en sus reclamos. La intolerancia ha llegado hasta tal extremo que, el pasado 24 de mayo, un grupo de manifestantes opositores al Movimiento al Socialismo (MAS) directamente impidió la llegada del Primer Mandatario a la ciudad de Sucre.
No sólo eso, sino que también maltrataron físicamente a los campesinos seguidores de Morales. Los llevaron hasta la plaza central de la ciudad, les quitaron todas sus ropas y en frente de todos los obligaron a insultar al Presidente de todos los bolivianos.
En medio de las votaciones llevadas a cabo en Beni y Pando, se produjeron una serie de disturbios en algunas localidades de esos departamentos, que dieron como resultado un muerto y varios heridos. El hecho más grave sucedió en Trinidad, capital de Beni, donde fue asesinado Carlos Ali, simpatizante del Movimiento al Socialismo (MAS) y opositor a las consultas autonómicas. La víctima fue atacada con ocho disparos de arma corta en la puerta de una vivienda.
Por otro lado, según informa Prensa Latina, decenas de heridos se registraron en la localidad de Villa Corina en el mismo departamento. Este saldo fue producto del enfrentamiento de opositores al referéndum con el grupo de choque Unión Juvenil Cruceñista. Según el mismo medio, integrantes de esa agrupación recorren las calles armados para amedrentar a la población.
No obstante los feroces embates de una oposición decidida a materializar como sea sus planes separatistas, Evo Morales aún no ha recibido el respaldo formal de parte del Mercosur, ni de los principales países de la región: Argentina y Brasil. Representantes de estos gobiernos sólo se limitaron a realizar declaraciones formales, que no condenaban contundentemente el accionar separatista de las elites del oriente boliviano.
Es necesario respaldar fuertemente a la democracia boliviana, para así evitar que los gérmenes divisionistas se expandan hacia el resto de Latinoamérica. Fuentes cercanas al Palacio Quemado aseguran que los cívicos cruceños pretenden exportar su “modelo autonomista” hacia otros horizontes. Según el embajador boliviano en Quito, Javier Zarate, ya se estarían orquestando acciones en este sentido en Ecuador y Venezuela.
"Sé que ha habido reuniones de coordinación el año pasado y el anterior, entre representantes de Santa Cruz y representantes de (la provincia ecuatoriana de) Guayaquil, y de otros estados de otros países", afirmó Zarate en una entrevista al canal de televisión Ecuavisa.
"No podemos creer ni entender cómo hay sectores o regiones que quieran la desmembración, la separación, la desintegración (…) en momentos en que Latinoamérica y el mundo están buscando la integración", remató el diplomático.
El Presidente ecuatoriano Rafael Correa en repetidas ocasiones ha denunciado la existencia del eje Zulia-Santa Cruz Guayaquil. El Mandatario recordó que ya en el año 2006 se realizó en Guayaquil una Confederación Internacional por la Libertad y la Autonomía Regional (Confilar). En la misma participaron autonomistas de Guayas, del estado venezolano de Zulia y de Santa Cruz de la Sierra. Así como entidades defensoras del libre comercio de Guatemala y Perú.
Correa considera que como no han podido vencer en las urnas el vendaval progresista, nacionalista, que ha arrasado en Latinoamérica en este último tiempo, las oligarquías están tratando de “desestabilizar esos Gobiernos y crear ciertos estados autónomos (...) para seguir con el neoliberalismo, con las políticas imperialistas”.
Hace unos días atrás, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, se mostró disgustado por lo determinado en el seno de la Asamblea Constituyente. Según su perspectiva, la resolución de la mesa de Ordenamiento Territorial y Asignación de Competencias ha terminado con los anhelos autonomistas de las elites locales. También fustigó la decisión de terminar con la concesión de Interagua y la intención de “liquidar” la autonomía de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG).
Para concluir, Nebot resaltó la eficacia de Guayaquil en resolver sus propios problemas. A diferencia de los “Gobiernos nacionales, que no nos dan nada. Incluyendo este, que solo nos ha dado dolores de cabeza y fastidio a las iniciativas propias de los guayaquileños”.
Para concluir, Nebot resaltó la eficacia de Guayaquil en resolver sus propios problemas. A diferencia de los “Gobiernos nacionales, que no nos dan nada. Incluyendo este, que solo nos ha dado dolores de cabeza y fastidio a las iniciativas propias de los guayaquileños”.
Como se ve, la oposición al gobierno de Correa pretende por todos los medios posibles entorpecer el funcionamiento de la Asamblea Constituyente. En caso de no lograr ese objetivo, la aristocracia de Guayaquil va a intentar independizarse lo más posible del resto del territorio ecuatoriano.
Algo similar ocurre actualmente en Venezuela y Bolivia. Talvez en el miedo a perder lo que las elites consideraron durante mucho tiempo como suyo, encontramos el porque de la irrupción del fenómeno de las autonomías en Sudamérica.
Como conclusión, se puede decir que resulta más que curioso que ahora surjan simultáneamente todos estos reclamos autonomistas. Es válido preguntarse por qué durante el reinado del neoliberalismo en la región, no se escucharon voces “federalistas”-como la de Branco Marinkovic-, como las que ahora reclaman la descentralización de los Estados latinoamericanos?
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