La entereza moral con la que René salió de la mazmorra de la Florida, debe haber puesto a temblar a sus captores. Ahí está el hombre entero, el revolucionario que sale con la cabeza en alto, dejando atrás la impotencia y la debilidad del imperio, representado en la celda que nada pudo contra él.
Abner Barrera Rivera / AUNA-Costa Rica
(René González y su hija menor Ivette)
Es imposible que el imperio y sus publicistas entiendan de qué está hecho René González. Los trece años de injusta e inhumana prisión que usó Washington para que aprendiera la lección, por ser un cubano revolucionario, no logró su objetivo. Quisieron doblegarlo sometiéndole a él y a sus familiares a los más viles abusos de los derechos humanos y no pudieron.
Mientras que la naturaleza del imperio es muerte, odio y venganza, René le responde con las palabras de Ernesto Che Guevara: "Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor." Así ha sido, René y sus compañeros expusieron sus vidas por proteger la vida de muchos cubanos. Actitudes como los que ellos asumieron solamente pueden hacerse por amor. Ellos no fueron revolucionarios de tertulia o de escritorio, sino que estuvieron dispuestos a arriesgar sus vidas, por defender su patria. René es un ejemplo del hombre nuevo del que habló el Che; es el que posee la moral revolucionaria, cuya vida está puesta al servicio de grandes causas humanas. El espíritu de dominación del imperialismo hace imposible que sus representantes puedan entender lo que es un hombre nuevo. El imperio que creen tener el control de las naciones y de las personas se estrella contra la moral de este revolucionario cubano.
Los publicistas del imperio atrapados en la vorágine de su propia miseria humana, no pueden callar la salida de René de la cárcel, pero lo tildan de espía, aunque saben que eso es falso; si fuera un espía, hoy todavía estaría en el hueco.
La tiranía mediática comercial CNN caracterizada por calumniar a la revolución cubana, tituló la noticia: “El espía cubano René González queda en libertad en EE.UU.” En su desfachatez llegó a afirmar que René estuvo detenido “por espiar a destacados líderes del exilio cubano”. CNN sabe que, eso que llama exilio cubano, no es otra cosa que grupos de terroristas cubanoamericanos asentados en Miami, con el beneplácito de los gobiernos de Estados Unidos, para atacar a la revolución cubana. ¿Qué otra cosa puede esperarse de CNN si allí marcan la pauta noticiosa algunos publicistas como el agente de la CIA Carlos Alberto Montaner, el terrorista Huber Matos y el especialista en propaganda contra Cuba, Andrés Oppenheimer?
La entereza moral con la que René salió de la mazmorra de la Florida, debe haber puesto a temblar a sus captores. Ahí está el hombre entero, el revolucionario que sale con la cabeza en alto, dejando atrás la impotencia y la debilidad del imperio, representado en la celda que nada pudo contra él.
Verlo salir, abrazar a sus hijas (“hay que ser duro sin perder la ternura jamás”), escucharlo hablar y cantar es una demostración de que René no aprendió la lección que le dieron en estos trece largos años sus enemigos. El imperio pretendía humillarlo con la celda y no lo ha conseguido; ha sucedió lo contrario: se ha convertido en un hombre cuya estatura moral Washington es incapaz de medir. Entre sus primeras palabras puede oírse “estoy entero y listo para seguir luchando hasta que me muera, no se puede parar con esta gente”.
La entereza moral de René es la misma entereza que sostiene a sus cuatro hermanos, ellos son símbolos de ese tenaz e indoblegable pueblo revolucionario de Cuba.
Compañeras y compañeros, ahora es muy importante seguir el proceso, denunciar la injusta orden de la jueza yanqui de que René permanezca en Miami, expuesto y abusivamente retenido en territorio norteamericano. René debe volver de inmediato a Cuba.
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