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sábado, 26 de mayo de 2012

Europa: ¿incapacidad o premeditación?

El sentimiento de engaño crece cada vez más en sociedades como la española, la griega, la italiana o la portuguesa, que ven como menguan los recursos para las escuelas y los hospitales, pero se destinan miles de millones de euros para salvar bancos.

Rafael Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica

La sombre del ajuste y el recorte neoliberal
amenazan a los pueblos europeos.
La crisis económica y política europea, con su ajuste draconiano, receta una serie de medidas económicas de ajuste dizque con el fin de hacer solvente al Estado y competitiva la economía. Son políticas económicas con profundas implicaciones sociales, de tal magnitud que, con toda propiedad, podemos decir que constituyen las verdaderas políticas sociales del ajuste.

La implosión en el centro del modelo neoliberal, que había mostrado sus características depredadoras en América Latina en las décadas de los 80 y 90, muestra una vez más sus límites y carencias en las políticas impulsadas nuevamente por el FMI (que resurge de sus cenizas después del descrédito en el que había caído en la primera década del 2000), el Banco Central Europeo y Consejo Económico Europeo. Límites y carencias solamente si las juzgamos en relación con las aspiraciones de bienestar, equidad y justicia de los pueblos pues, de acuerdo a la lógica del capital, la cual se encuentra en el meollo de la lógica de las reformas, éstas están totalmente acordes con sus necesidades de reproducción ampliada.

Se trata de la necesidad de estrujar, hasta donde sea posible, la extracción de plusvalía del factor trabajo, lo cual pasa en Europa por el desmantelamiento del Estado de bienestar y todas sus conquistas que, desde la óptica del capital depredador, no son más que prebendas que deben ser rectificadas. El objetivo es, por lo tanto, desregular o “flexibilizar” el trabajo (formas de contratación, horarios laborales, facilitar el despido, etc.), recortar conquistas sociales (restringir pensiones tanto en su monto como en los grupos sociales a los que cubre y otras políticas que estaban dirigidas a apoyar sectores sociales vulnerables como ancianos y niños) y disminuir los rubros presupuestales para servicios educativos y de salud.

Las implicaciones de las medidas son tales que Elsa Fornero, ministra de trabajo italiana, rompió a llorar cuando anunció en diciembre del año pasado las medidas que tomaría su gobierno para recortar 25 mil millones euros del presupuesto nacional.

¿Llorará realmente la señora ministra italiana por las consecuencias sociales de tales medidas, o se trata solamente de parte del show que pone como culpable de esta crisis a las políticas sociales “abusivas” de los gobiernos, lo cual ahora debe ser rectificado?

Se trata, efectivamente, de un entramado dirigido a culpabilizar a quienes no han sido sino engañados, literalmente, por las grandes corporaciones bancarias que, en su avidez especulativa, no ha parado mientes en utilizar los mecanismos que el mercado “desregularizado” les ponía a disposición.

El engaño no es solo de las grandes corporaciones financieras, es también de los políticos, que no tienen absolutamente ningún empacho en decir hoy una cosa para desdecirse mañana, sin el más mínimo rubor, como cuando Mariano Rajoy en España prometió en campaña no establecer nuevos impuestos y, cinco meses después hace todo lo contrario sin apenas ruborizarse.

Es por eso que el sentimiento de engaño crece cada vez más en sociedades como la española, la griega, la italiana o la portuguesa, que ven como menguan los recursos para las escuelas y los hospitales, pero se destinan miles de millones de euros para salvar bancos en los que, sonrientes cual si no pasara nada, sus gerentes hoy dicen que todo está en orden y al día siguiente se declaran insolventes, como el caso de Bankia, en España, que está a punto de recibir una inyección de 8 mil millones de euros para sanear sus finanzas.

En la Argentina de del 2002 la consigna movilizadora de los hartos fue “que se vayan todos”. No falta mucho para que encabece las manifestaciones europeas.

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