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sábado, 22 de septiembre de 2012

Panamá: Neoliberales

El gobierno, la oposición política y los gremios empresariales, caminan de la mano con los ideólogos neoliberales pretendiendo acabar con el proyecto de nación. Los neoliberales comprenden bien que si convencen a los panameños que somos lo que ellos llaman “globales” les entregamos en bandeja de plata nuestras riquezas.

Marco A. Gandásegui, h. / ALAI

Los ideólogos neoliberales crean toda clase de confusiones. En EEUU acusan a los trabajadores migrantes de origen mexicano, y otros latinoamericanos, de la recesión economica. Los mismos ideólogos achacan el estancamiento de la economía norteamericana a la Republica Popular de China que tiene obreros con salarios más bajos. En Europa pasa algo similar con los neoliberales quienes le echan la culpa de la crisis a sus respectivos pueblos.

En Panamá la situación es algo distinta. El auge de la economía china ha impactado favorablemente al sector de servicios marítimos de Panamá. El Canal de Panamá y los puertos, así como el sector bancario y de seguros, crecen a tasas muy superiores al diez por ciento anual. Igualmente, hay un fuerte incremento en áreas especulativas como los inmuebles, el turismo y la minería.

Los neoliberales panameños (fundamentalistas) insisten en plantear que el auge del último lustro es el resultado de sus políticas engendradas durante la gestión presidencial de Pérez Balladares (1994-1999). Fue en este período que el gobierno entregó casi la totalidad de las empresas públicas a un pequeño grupo de inversionistas. Además, inició el desmantelamiento de los sectores de la salud, educación y seguridad social.

Los voceros neoliberales que se pasean por los pasillos refrigerados del actual gobierno felicitan al presidente Martinelli por sus iniciativas draconianas. Entre estas se destaca la política de reducir a su mínima expresión las inversiones y los servicios de salud dirigidos a la población. En cambio, el gobierno procura establecer centros hospitalarios para atraer empresas extranjeras y turistas al país. En la actualidad, hay un anteproyecto para privatizar las fuentes de agua de los panameños. Es decir, el IDAAN tendrá que comprarle a precios exhorbitantes el agua a un pequeño grupo de especuladores. Sin invertir un centavo, estos especuladores se adueñarían de las cabeceras de los ríos esclavizando a los 3.5 millones de habitantes del país.

Los neoliberales también celebran sus avances en el campo de la educación. Las instalaciones escolares han sido abandonadas y los estudiantes no cuentan con la infraestructura mínina. Se está promoviendo el “rancho” escolar como modalidad en las áreas rurales e, incluso, en algunos sectores urbanos. El “rancho” reúne en un salón, bajo la dirección de una maestra, a niños de varios niveles.

La falta de escuelas y equipos no impide que las autoridades no promuevan nuevas iniciativas. En la actualidad, se trabaja en otro proyecto legislativo para privatizar las escuelas del país. El programa consiste en convertir la educación panameña en un negocio. El proyecto de educación “público-privado” entregaría las instalaciones educativas y a los mismos educadores a empresarios para que puedan lucrar con los bienes públicos y los trabajadores de la educación. Este sistema ha fracasado tanto en el mundo subdesarrollado (Chile) como en el llamado “centro” (ver el caso de la ciudad de Chicago en Estados Unidos).

Los neoliberales proyectan una amplia gama de iniciativas públicas que incluyen negocios y también planes ideológicos. En el campo de la educación han logrado dar pasos importantes para eliminar del plan de estudios todas las materias que riñen con sus fines lucrativos. Su primer objetivo es eliminar las materias que enseñan a los jóvenes a pensar (filosofía, cívica), a tener conciencia de su identidad (historia) o materias que le ofrezca al adolescente posibilidades de proyectar su creatividad.

Los neoliberales panameños descubren su verdadera intención ideológica cuando insisten en tergiversar la enseñanza de la historia. No aceptan que los panameños puedan levantar su propia bandera sobre territorio nacional. Rechazan el estudio de las relaciones entre Panamá y EEUU en el siglo XX. Durante casi un siglo, el  pueblo panameño luchó  por  recuperar su soberanía secuestrada por EEUU. El éxito de esta lucha es negada por los neoliberales y han logrado borrarlo de los textos escolares y de los salones de clase.

Pronto los neoliberales podrán introducir en los textos escolares las figuras de los presidentes norteamericanos Ronald Reagan y George Bush como pioneros de los ajustes económicos en Panamá. Como lecturas obligatorias se leeran Harry Potter y Alicia en el país de las Maravillas. Los textos ya han borrarado los mártires de la gesta del 9 de enero de 1964 y las negociaciones encabezadas por Torrijos y Escobar Bethancourt para poner fin a la colonia de la Zona del Canal con sus bases miltiares. Se eliminaron las novelas de contenido social y nacionalsita de Joaquín Beleño, Luna Verde y Gamboa Road Gang. 

¿Cómo se explica que sectores amplios de la población permitan este atropello a la identidad y al bienestar de los panameños? La Universidad de Panamá se opone a lo que considera un “enorme error” tergiversar la historia. Igualmente, los estudiantes del Instituto Nacional y otros planteles secundarios han protestado. El gobierno, la oposición política y los gremios empresariales, sin embargo, caminan de la mano con los ideólogos neoliberales pretendiendo acabar con el proyecto de nación. Los neoliberales comprenden bien que si convencen a los panameños que somos lo que ellos llaman “globales” les entregamos en bandeja de plata nuestras riquezas. Con esos millones manipulan a diputados, magistrados e, incluso, al propio presidente de la República y su gabinete.

20 de septiembre de 2012.

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