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sábado, 27 de octubre de 2012

Argentina en el medio… oriente

El problema del mundo no es la falta de espacio, ni la pugna interreligiosa, ni alguna que otra fantasía encubridora de lo real, sino la desigual distribución de la riqueza en el marco del capitalismo depredador, explotador y opresor, que necesita, como el vampiro la sangre, concitar el odio y la guerra entre los pueblos para seguir engordando su cuerpo decrépito e inservible.

Jorge Ubertalli / Especial para Con Nuestra América
Desde Buenos Aires, Argentina

La fragata argentina Libertad, detenida en Ghana
por presiones internacionales de los "fondos buitres".
Distintos conflictos, abiertos y encubiertos, signan la política internacional de nuestro país. La posesión forzada de Malvinas por Gran Bretaña, la oposición abierta y encubierta de los EE.UU. y sus aliados a la relación de Argentina con la Venezuela Bolivariana, las contradicciones de nuestro país y otros de la región con EE.UU. en cuanto al tema Defensa, que se plasmaron en la última reunión de ministros de Defensa celebrada en Punta del Este a principios de mes, son apenas la punta de un iceberg volcánico que, ocultado por probos y réprobos, bulle en su profundidad, atizado por el conflicto Israel-Irán y su proyección en el subcontinente.

La pugna entre estos dos países por influir en Nuestra América, y en nuestro país en particular, se halla contenida en una agenda real y mediática que incluye a periodistas, dirigentes sociales, uniformados levantiscos, altos jefes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, funcionarios de alto nivel y, fundamentalmente, “fondos buitres”, titulados así por un empresario norteamericano vinculado al lobbie sionista ultraconservador, que han logrado influir en un país africano para que éste interdicte a la fragata “Libertad”, buque escuela de la Armada, hoy anclada forzosamente en el puerto de Tema, de Ghana.

 Cronológicamente hablando, el momento político actual tuvo su inició el 19 de septiembre último, cuando Irán, a través de su presidente, solicitó un diálogo con Argentina a fin de aclarar un hecho luctuoso ocurrido el 17 de julio de 1996: la voladura de la AMIA, mutual judía de la Argentina, que dejó un saldo de más de 80 muertos, infinidad de heridos y multitud de deudos. Y, un poco más atrás en el tiempo, la voladura de la embajada de Israel, ocurrida en 1992, que también dejó un tendal de muertos y heridos. Ambos atentados terroristas fueron atribuidos, directa o indirectamente, a Irán, aunque hasta ahora no hay pruebas concretas de que así sea.

Otros hechos, cabe destacar, lo antecedieron. Uno de ellos, el más cercano en el tiempo,  se concretó a mediados de agosto, cuando la presidente Cristina Fernández de Kirchner, acompañada, entre otros,  por su canciller, Héctor Timmerman, visitó el Centro Islámico de la Argentina para honrar a Envar “Cacho” el Kadri, fundador de la organización guerrillera Fuerzas Armadas peronistas (FAP) en 1968 y fallecido a mediados de julio de 1998. Variopintos personajes e instituciones de distintos credos y pelajes descargaron andanadas de críticas al reconocimiento de Cristina y sus funcionarios a Cacho, de padre libanés, que siempre que pudo denunció las masacres perpetradas por los uniformados israelíes y sus servicios en el Líbano.

Pero el momento clave de la actual situación política se concretó el 27 de septiembre en las Naciones Unidas cuando, a contramano de las posiciones de EE.UU., de la Unión Europea e Israel, la delegación argentina no solo no se movió de sus asientos cuando le tocó hablar al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, sino que los cancilleres de ambos países, Héctor Timmermann y Alí Akbar Salehi, se reunieron a fin de concertar para fines de octubre una cita formal en Ginebra, Suiza, que relanzaría relaciones entre nuestro país y la nación persa. En esa cita, se informó a través de la prensa,  habría de buscarse una “solución al problema AMIA” en el marco de una legislación que “no contradiga las legislaciones de Argentina e Irán”. O sea, que evite el involucramiento en el tema de terceros países.

Al concretarse la reunión entre los cancilleres de Argentina e Irán, EE.UU., la Unión Europea y fundamentalmente Israel pusieron el grito en el cielo. Lo mismo, salvo excepciones, hizo la comunidad sionista local -no la judía, que es cosa distinta- siempre presta a apoyar cualesquier aventura diplomática, militar o policial que emprenda el gobierno israelí.

A partir de allí se sucedieron una serie de episodios dignos de destacarse, que involucran a Venezuela, uno de los socios más importantes de Argentina en la zona y paralelamente de Irán; al Canciller Héctor Timerman, de origen judío; a un destacado periodista hoy volcado hacia el antibolivarianismo y antioficialismo local; a un conocido dirigente político y social; a altos oficiales de la Armada; a los medios de información controlados por la oposición y el oficialismo.  Hasta al titular del fondo buitre NML Elliot, regenteado por el magnate norteamericano Paul Singer, ligado al poderoso lobbie sionista neoyorkino y sponsor de la campaña del ultraconservador y guerrerista Mitt Romney, aspirante a la presidencia de EE.UU. por el Partido Republicano y fiel aliado de Benjamín Netanyahu y Avigdor Lieberman, primer ministro y canciller, respectivamente, del actual gobierno ultraderechista israelí, cuyos partidos, Likud e Israel Beiteinú, se presentarán unidos en las próximas elecciones legislativas del 22 de enero próximo.

Los episodios a tener en cuenta fueron y son:

- El levantamiento de numerarios de Prefectura Naval y Gendarmería Nacional que, el 4 de octubre, mismo día que se interdictaba a la fragata “Libertad” en Ghana, neocolonia británica y miembro del Commonwealth, tomaron sus respectivos edificios base, cortaron calles y lanzaron consignas fascistas debido a una baja en sus sueldos, producto de un confuso decreto oficial. Este levantamiento, que terminó con el alejamiento de altos jefes de ambas fuerzas,  se produjo días antes de que se celebrara en Punta del Este la Cumbre de Ministros de Defensa del Continente, en la cual, debido al veto de EE.UU. y Canadá, no se incluyó como correspondía en la agenda el tema Malvinas. El titular de Defensa (Pentágono) de EE.UU. León Panetta, cabe destacarlo, había recalado el día anterior en Perú, que a la vez que forma parte de la pronorteamericana Alianza del Pacífico ejerce la presidencia pro témpore del Consejo Sudamericano de Defensa(CSD) de la Unasur , a fin de llevar a la Cumbre agua para el molino de colonización militar continental que se viene ejerciendo desde la creación de la Junta Interamericana de Defensa( JID) y su engendro formativo, el Colegio Interamericano de Defensa( CID).

- La ya citada interdicción de la fragata “Libertad” por el fondo buitre NML Elliot, direccionado por Paul Singer, y con la colaboración de altos oficiales de la Armada local, quienes dispusieron el arribo de la fragata al puerto de Tema a sabiendas de lo que podría ocurrir. Estos oficiales fueron dados de baja por el ministerio de Defensa, involucrado en esta maniobra a través, según se informó, de oficiales de Inteligencia naval que revistaban en sus plantillas. En este marco, cabe destacar que mientras se interdictaba la fragata en el puerto ghanés, los levantiscos uniformados de prefectura y gendarmería convocaban a sumarse a sus protesta a suboficiales de la policía de la Provincia de Buenos Aires y de la Armada quienes, según la prensa opositora, se hallaban deliberando en sus unidades a fin de plegarse al motín. Según opiniones, el triunfo del presidente bolivariano Hugo Chávez Frias en las elecciones venezolanas del 8 de octubre desactivó parte de los planes de los innombrables para presionar al gobierno en el tema relacionado con el conflicto de Medio Oriente y otros. Aunque, por ahora neutralizados, estos planes, que  incluyen, via utilización de cacerolazos y otras acciones,  el alejamiento de algunos funcionarios “molestos”, como la Ministro de Seguridad, Nilda Garré y, fundamentalmente, el Canciller Adolfo Timmerman, considerado por el sionismo recalcitrante como un “traidor” a la supuesta causa que debería defender, siguen en pié. Y la opinión pública es el campo a conquistar por los planificadores de esta campaña.

 -Las provocaciones a la Venezuela bolivariana, aliada estratégica de Irán, en el contexto del conflicto que involucra a los ya citados Estados del Medio Oriente, por parte de un periodista local vinculado a la política israelí, y a dirigentes sociales y políticos oficialistas relacionados con la política iraní. Provocaciones y debates que se encuadran en el marco de la guerra existente entre medios de información de la oposición y el oficialismo, y por ende, entre los que cuestionan o defienden al  gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. 

El ya citado conflicto entre Israel e Irán, transvasado a nuestro país, se trasluce en las acusaciones y diatribas intercambiadas entre el periodista opositor pro israelí y el dirigente oficialista pro iraní, transcriptas a través de medios de información gráficos, radiales y televisivos; en los intentos de la entente conformada por la cúpula de la Armada, Gran Bretaña, el lobbie sionista de EE.UU. e Israel para defenestrar al Canciller Timerman antes de que se realice la reunión pactada con Irán para fines de octubre en Suiza, y que incluyó el tratar de involucrarlo en el episodio de Ghana a fin de que presentara su renuncia al cargo; en las presiones del lobbie sionista local, llevadas a cabo por medio de sus agentes “periodísticos” y “literarios” locales hacia el gobierno de Fernández de Kirchner para que no se concrete el acercamiento con Irán, país considerado miembro del “eje del mal” bushista y al cual Israel quiere agredir con la anuencia y el apoyo de un EE.UU. que, hasta ahora y en el marco de la administración Obama, no está dispuesto a otorgar. En perspectiva, las próximas elecciones en EE.UU. y la pugna entre Obama y Romney por ganarlas también signan y son signadas por este rompecabezas geopolítico mediooriental trasladado a nuestro país. 

Si algo faltaba para obnubilar cualquier sesera en el marco de esta oscurana, cabe destacar algo curioso: al periodista opositor pro israelí lo sostienen medios cuyo orígen se remonta al accionar del nazismo en Argentina. “Clarinada”, revista antijudía y anticomunista, dirigida por el nazifascista Carlos M. Silveira, que mensualmente se editó desde 1937 hasta febrero de 1945 es, según fuentes confiables, antecesora del grupo económico que edita un matutino de oposición de casi homólogo nombre. Su fundador y primer director, Roberto Noble, fungió como ministro de Gobierno del nazifascista gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Manuel Fresco, durante los años 30 del pasado siglo. Por otra parte, los medios oficiales que incluyen casi a diario en su actual agenda al conductor radial, dirigente social y político pro iraní y respaldan al Canciller, son propiedad de destacados sionistas.

Como alguna vez sostuvo el autor de esta nota: el utilizar al Holocausto de millones de judíos, que fueron exterminados junto a otros millones de soviéticos, gitanos, etc. por el nazismo, para justificar la opresión de otros pueblos, como el Palestino, y la expansión territorial a costa de otros Estados, es tan absurdo y criminal como negar la existencia del Holocausto y pretender liquidar a un Estado ya constituido y sus habitantes por ser “ajenos” a la región donde se asientan y a su idiosincrasia.

El problema del mundo no es la falta de espacio, ni la pugna interreligiosa, ni alguna que otra fantasía encubridora de lo real, sino la desigual distribución de la riqueza en el marco del capitalismo depredador, explotador y opresor, que necesita, como el vampiro la sangre, concitar el odio y la guerra entre los pueblos para seguir engordando su cuerpo decrépito e inservible.

Una Argentina soberana, sin alineamientos forzados, sin relaciones carnales con nadie, sin vegetar en medio de la nada, podrá aportar a la paz regional y del mundo todo.

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