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lunes, 8 de octubre de 2012

Venezuela: Un proceso electoral fuera de toda sospecha

Con una extensa experiencia en observación electoral a nivel internacional -Congo, Nigeria, Bolivia, El Salvador-, el eurodiputado español Andrés Perelló Rodríguez acompañó en los últimos días el proceso venezolano. “La experiencia más avanzada que vi”, enfatiza en esta entrevista. Sorprendido, particularmente, por la apropiación de las fuerzas políticas nacionales y del ejército de esta construcción institucional en marcha.

Sergio Ferrari / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela

Andrés Perelló Rodríguez, eurodiputado y
 observador en las elecciones venezolanas.
P: ¿Cuál es su sentimiento, evaluación, sobre lo que vio los últimos días en Venezuela integrando la misión de acompañamiento internacional?

R: Pienso que es un sistema electoral muy avanzado al que se llegó intentando depositar en algo ajeno del dominio público lo que debería pertenecer al dominio público, es decir la confianza entre los actores políticos. Venezuela  vive desde hace algunos años una confrontación profunda, de sociedad, de clases,  que se traslada a la política y al Estado. Con la existencia de dos proyectos de nación contradictorios y enfrentados. Lo que motiva tensiones fuertes. En ese marco,  tanto el Gobierno como la oposición han encontrado en el terreno electoral, en el sistema electoral, en la informática, en la cibernética, en la tecnología, un lugar común importante donde depositar la confianza. Y es así que Venezuela logra promover y aplicar un sistema tan desarrollado en el mundo entero.  ¿Por qué? Porque el Estado cuenta con recursos ya que el costo de esta decisión es enorme. Y porque ha encontrado esta opción como adecuada. Solamente en el Consejo Nacional Electoral hay 5000 funcionarios. Cifra enorme incluso comparada con países como España que no cuenta un aparato electoral específico como aquí. Es evidente que  dicho sistema ha sido asumido en un primer estadio por los partidos políticos y sus líderes y se ha ido expandiendo al conjunto de la ciudadanía. La gente tiene confianza en las elecciones e incluso se siente orgullosa del proceso en marcha.

P: ¿Sin posibilidad de fraude?

R: No hay posibilidad de fraude porque el que va a votar se identifica con la huella digital electrónica que es cotejada,  adicionalmente, con la firma y la huella que aparecen en un acta escrita sobre papel.  Su voto electrónico, además,  arroja un comprobante que es ubicado en una urna. Si hubiera cualquier problema con la máquina y los resultados electrónicos se podría compararles con dichos comprobantes, lo que limita toda posibilidad de alteración.  Por otra parte,  los partidos tienen acceso a toda la información y dan seguimiento de proximidad a todo el proceso aun en las regiones más remotas del país.

P: Un sistema electoral acogido con entusiasmo …

R: El mismo entusiasmo que manifiesta el Gobierno también lo expresan los testigos de la oposición como lo pude comprobar en las mesas electorales este domingo. Sería inimaginable que la oposición que suscribe y reconoce ese proceso no lo reconozca o dude de fraude.

P: ¿Una cierta apropiación colectiva de lo electoral?     
    
R: Claro. Incluso el mismo ejército tiene una implicación en el proceso democrático y electoral como no lo he visto en país alguno del mundo. No solamente colaborando en la infraestructura y logística,  sino  también en la implicación personal de los altos mandos el día de los comicios en actividades concretas, como la organización de filas en los centros o el recorrido por los mismos, en el resguardo de la seguridad etc. Es un elemento clave que disuade la posibilidad de confrontación. Porque los actores polarizados han sabido acordarle el rol de árbitro al poder electoral y promueven  niveles altos de participación de los ciudadanos. Junto con ese nuevo rol del ejército atípico incluso en Europa mismo. Atípico y absolutamente revolucionario porque es cambiar de base la visión histórica. Pasar de la imagen de un ejército opresor de la democracia, que es la que tenemos sobre esa institución en América Latina, y encontrarse con una institución armada que habla de democracia, y que la ejerce activamente colaborando activamente con el sistema electoral.

P: Una reflexión final en relación a las otras experiencias de observación de las que participó o que dirigió en África y América Latina…

R: Es la más avanzada y la más admitida/aceptada/reconocida por todos los actores nacionales. De todos los procesos que he visto es el más positivamente impactante para mí.


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