Con
una extensa experiencia en observación electoral a nivel internacional -Congo,
Nigeria, Bolivia, El Salvador-, el eurodiputado español Andrés Perelló
Rodríguez acompañó en los últimos días el proceso venezolano. “La experiencia
más avanzada que vi”, enfatiza en esta entrevista. Sorprendido,
particularmente, por la apropiación de las fuerzas políticas nacionales y del
ejército de esta construcción institucional en marcha.
Sergio Ferrari / Especial para Con
Nuestra América
Desde
Caracas, Venezuela
Andrés Perelló Rodríguez, eurodiputado y observador en las elecciones venezolanas. |
P: ¿Cuál es su sentimiento,
evaluación, sobre lo que vio los últimos días en Venezuela integrando la misión
de acompañamiento internacional?
R: Pienso que es un sistema electoral muy avanzado al
que se llegó intentando depositar en algo ajeno del dominio público lo que
debería pertenecer al dominio público, es decir la confianza entre los actores
políticos. Venezuela vive desde hace
algunos años una confrontación profunda, de sociedad, de clases, que se traslada a la política y al Estado.
Con la existencia de dos proyectos de nación contradictorios y enfrentados. Lo
que motiva tensiones fuertes. En ese marco, tanto el Gobierno como la oposición han
encontrado en el terreno electoral, en el sistema electoral, en la informática,
en la cibernética, en la tecnología, un lugar común importante donde depositar
la confianza. Y es así que Venezuela logra promover y aplicar un sistema tan
desarrollado en el mundo entero. ¿Por qué?
Porque el Estado cuenta con recursos ya que el costo de esta decisión es
enorme. Y porque ha encontrado esta opción como adecuada. Solamente en el
Consejo Nacional Electoral hay 5000 funcionarios. Cifra enorme incluso
comparada con países como España que no cuenta un aparato electoral específico
como aquí. Es evidente que dicho sistema
ha sido asumido en un primer estadio por los partidos políticos y sus líderes y
se ha ido expandiendo al conjunto de la ciudadanía. La gente tiene confianza en
las elecciones e incluso se siente orgullosa del proceso en marcha.
P: ¿Sin posibilidad de fraude?
R: No hay posibilidad de fraude porque el que va a
votar se identifica con la huella digital electrónica que es cotejada, adicionalmente, con la firma y la huella que
aparecen en un acta escrita sobre papel.
Su voto electrónico, además,
arroja un comprobante que es ubicado en una urna. Si hubiera cualquier
problema con la máquina y los resultados electrónicos se podría compararles con
dichos comprobantes, lo que limita toda posibilidad de alteración. Por otra parte, los partidos tienen acceso a toda la
información y dan seguimiento de proximidad a todo el proceso aun en las
regiones más remotas del país.
P: Un sistema electoral acogido con
entusiasmo …
R: El mismo entusiasmo que manifiesta el Gobierno
también lo expresan los testigos de la oposición como lo pude comprobar en las
mesas electorales este domingo. Sería inimaginable que la oposición que
suscribe y reconoce ese proceso no lo reconozca o dude de fraude.
P: ¿Una cierta apropiación colectiva
de lo electoral?
R: Claro. Incluso el mismo ejército tiene una
implicación en el proceso democrático y electoral como no lo he visto en país
alguno del mundo. No solamente colaborando en la infraestructura y logística, sino
también en la implicación personal de los altos mandos el día de los
comicios en actividades concretas, como la organización de filas en los centros
o el recorrido por los mismos, en el resguardo de la seguridad etc. Es un
elemento clave que disuade la posibilidad de confrontación. Porque los actores
polarizados han sabido acordarle el rol de árbitro al poder electoral y
promueven niveles altos de participación
de los ciudadanos. Junto con ese nuevo rol del ejército atípico incluso en
Europa mismo. Atípico y absolutamente revolucionario porque es cambiar de base
la visión histórica. Pasar de la imagen de un ejército opresor de la democracia,
que es la que tenemos sobre esa institución en América Latina, y encontrarse
con una institución armada que habla de democracia, y que la ejerce activamente
colaborando activamente con el sistema electoral.
P: Una reflexión final en relación a
las otras experiencias de observación de las que participó o que dirigió en África
y América Latina…
R: Es la más avanzada y la más admitida/aceptada/reconocida
por todos los actores nacionales. De todos los procesos que he visto es el más
positivamente impactante para mí.
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