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sábado, 24 de noviembre de 2012

Colombia y el diálogo para la negociación de la paz

La participación ciudadana es un aspecto clave de la resolución estratégica del conflicto, para terminar la guerra y construir una paz durable.

Sergio Ferrari y Marcela Águila* / Especial para Con Nuestra América

Las negociaciones para la paz en Colombia fueron
retomadas esta semana en La Habana, Cuba.
Retoma esta tercera semana de noviembre en La Habana  el diálogo para la paz en Colombia. Previsto inicialmente para el 15 de noviembre, el encuentro fue pospuesto para permitir el análisis más en detalle de  la participación ciudadana.

La sociedad civil exige participación

El Gobierno de Colombia y las FARC pospusieron la reanudación del diálogo, iniciado el pasado mes de octubre en Oslo con el objetivo de afinar mecanismos que permitan la participación ciudadana, según un comunicado conjunto, publicado en la página web de la Presidencia de la República de ese país sudamericano.

“Para nosotros es importante que se escuchen a las organizaciones sociales y populares, porque no se sienten representadas ni por el Gobierno ni por la insurgencia”, señaló Diego Pérez, responsable del Programa Suizo de Promoción de la Paz (SUIPPCOL) en el terreno.

En entrevista telefónica desde Bogotá, calificó de “buen signo” la postergación del diálogo para incluir a la ciudadanía. Empero, advirtió: “Más que abrir más cupos en la mesa de negociación para organizaciones de la sociedad civil, se debe generar un amplio proceso de discusión en las regiones, con la participación de organizaciones sociales y populares, gremios económicos, academia, iglesias, Gobierno y Estado y la insurgencia sobre los temas sustanciales para construir la paz justa y duradera en Colombia”.

Principal víctima del conflicto, la sociedad colombiana es y ha sido una promotora inflexible de la vía de la negociación.

Propuestas gubernamentales, “insuficientes”

 “La sociedad colombiana a lo largo de estos años, se ha venido estructurando de distintas formas, como la Ruta Social Común para la Paz, la Red de iniciativas y comunidades de paz desde la base, la Marcha Patriótica, entre otras, y tiene propuestas para la paz que deben ser escuchadas”, enfatizó Diego Pérez, miembro también de la organización Pensamiento y Acción Social (PAS).

En Colombia, dijo, hay muchas voces, que no están satisfechas con las formas de participación que constan en el preacuerdo de La Habana. “Por ello nos parece importante profundizar este asunto antes de empezar la discusión de los puntos sustanciales de la agenda”.

De hecho, como lo precisó Diego Pérez, el Gobierno ha abierto dos escenarios de participación de la sociedad civil: Uno, a través de las comisiones de paz del Parlamento, donde se realizan foros regionales para escuchar las propuestas de la sociedad civil respecto a la agenda de La Habana. En el otro, el presidente Juan Manuel Santos ha planteado la idea de convocar (y ampliar) el Consejo Nacional de Paz.

 “Todo parece indicar que el Gobierno plantea estos dos espacios como la forma de ambientar el escenario político (Parlamento - sociedad política) y el escenario social (Consejo Nacional de Paz - sociedad civil) para el momento de la verificación, ratificación e implementación de los acuerdos que salgan de La Habana”.

Para SUIPPCOL, aunque importantes, esas iniciativas son limitadas. “Las partes deberían acordar y facilitar los mecanismos para tramitar las propuestas de la ciudadanía y de la sociedad civil bajo el principio de que tales propuestas van a ser seriamente consideradas en sus discusiones”.

Además, en la mesa de La Habana, se puede avanzar en un acuerdo humanitario para el respeto a la población civil y las condiciones para que ese diálogo amplio pueda ser posible, así como las garantías (políticas, legales y sociales) para dicho diálogo y el acuerdo nacional que de él salga, acotó.
También vía telefónica desde Bogotá, Diana Sánchez, directora de MINGA, entidad de defensa de los derechos humanos y la construcción de la democracia y la paz, expresó su beneplácito por el proceso de diálogo y la voluntad expresada en este inicio de proceso”. Sin embargo, añadió, “consideramos que los temas planteados en la agenda del diálogo son insuficientes”.

“Terminar el conflicto, construir una paz durable”

Precisó que hay otras preocupaciones de la sociedad civil que no se identifican en esa agenda y que deben profundizarse. “Y la pregunta es ¿cómo hacerlas llegar a la mesa?” A guisa de ejemplo citó la explotación estratégica de los recursos energéticos (como la minería) que ha generado enormes conflictos sociales y ecológicos.

Se refirió también a la participación en el diálogo de la segunda guerrilla, (el Ejército de Liberación Nacional, ausente en el diálogo pero que ha manifestado su disposición de sumarse). Para asegurar una paz duradera, advirtió, es menester “que se incorpore a la mesa y se negocie integralmente o bien que se contemple la apertura de otra mesa”.

Diana Sánchez habló también de la estructura del proceso y señaló que mientras  el Gobierno y la guerrilla dicen que esta segunda fase de La Habana está centrada en la negociación para terminar el conflicto, “para nosotros el desafío es más amplio: no solo que termine el conflicto, sino cómo se avanza en el universo más amplio de construir un país con paz durable”.

En esa perspectiva, puntualizó, algunos piensan que la sociedad civil podría incorporarse en la tercera etapa, justamente cuando se debata la consolidación de la paz. Sin embargo, otros dicen que es justamente ahora, en esta fase, cuando la sociedad civil debe incorporarse ya que tiene mucho que decir.

La comunidad internacional

Suiza, ausente en las conversaciones actuales aunque muy activa en diálogos anteriores, ratifica su disponibilidad de apoyar el proceso de negociaciones entre el Gobierno y las FARC.

“Disponemos de una red de contactos en el lugar y de un ‘savoir faire’ en muchos ámbitos que pueden ser útiles para el proceso de paz”, señaló Pietro Piffaretti, coordinador regional para América Latina del Ministerio suizo de Asuntos Exteriores (DFAE), en entrevista con swissinfo.ch.
El representante de la diplomacia helvética confirmó que en los contactos bilaterales que las autoridades suizas mantienen con sus homólogos colombianos, Berna ha manifestado su disponibilidad de apoyar el proceso de negociaciones entre las FARC y el Gobierno de Colombia.

De hecho, Suiza desarrolla desde hace más de una década un Programa de Paz y Derechos Humanos en favor de la paz en el país andino, en particular a través de tres áreas principales, a saber: apoyo al Programa Suizo para la Promoción de la Paz en Colombia (SUIPPCOL) creado e implementado por ONG suizas; sostén al proceso de tratamiento del pasado y la aplicación de justicia transicional en Colombia, de acuerdo con los parámetros internacionales; y promoción al respeto de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.

Pietro Piffaretti ratificó la decisión de Berna de apoyar ese programa que ha permitido fortalecer a la sociedad civil colombiana y apoyar sus iniciativas para la promoción de la paz.

*Marcela Águila Rubín y Sergio Ferrari, swissinfo.ch
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“Diálogo con perspectivas”

Jean Pierre Gontard, otrora mediador entre las FARC y el Gobierno de Colombia, estima que las pláticas de paz que se inician este lunes entre unas y otro tienen mejores perspectivas: 
"Las partes han realizado un trabajo impresionante. Los acercamientos se iniciaron desde antes de que Juan Manuel Santos llegara a la Presidencia. Estoy convencido de que los dos adversarios están dispuestos a trabajar seriamente durante un tiempo indefinido. Hay más compromiso, ambas partes advierten que es imposible una victoria militar y que la única solución está en las negociaciones.
No hay cese al fuego y los militares de cada lado hacen lo posible por tener un mayor peso en la mesa de negociaciones, eso pasa en todos los conflictos del mundo. El diálogo de paz tiene enemigos, por ello, la comunidad internacional tiene la obligación moral de proteger el proceso y construir la confianza entre los adversarios. La realización de las negociaciones en Cuba otorga seguridad a las partes" (Marcela Aguila Rubín, swissinfo.ch)

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