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sábado, 16 de marzo de 2013

El Profeta llamado Chávez

Lejos de adivinar el futuro o ser el agorero de reyes, gobernantes o infaustos religiosos, el profeta de finales del siglo XX e inicios del XXI se unió a la constelación de voces revolucionarias que lo precedieron y sucederán. Anunció un nuevo orden de relaciones sociales, comerciales, políticas, religiosas, económicas, de producción.

José Toledo / Especial para Con Nuestra América

Unidad, unidad y más unidad.
¡Esa debe ser nuestra divisa!
Hugo Chávez Frías

Su profecía se transformó en conciencia y está en soberanía. Profetas y profetizas vivieron inquietos en medio de la inequidad y el desorden moral de la injusticia. Al mismo estilo de Amos, el profeta de Tecoa (Cerca de Belén), del Antiguo Testamento bíblico, quien asumió el quehacer profético como el acto mismo del anuncio de nuevos tiempos a partir de la denuncia de las iniquidades sociales que retardan el nacimiento de un nuevo ser, un nuevo orden de cosas. Al igual que los profetas, que fueron odiados por las altas cúpulas socio económico de su tiempo, el Comandante Chávez (El Profeta) asumió su compromiso desde el anuncio y denuncia, como método histórico de presencia política. Su agenda fue inundada de esperanza e integridad, de soberanía socialista y pedagógicamente humana.

¿Qué anunció que lo hizo tan odiado y amado? A la luz de lo conversado con el Comandante Fidel Castro, Chávez inspirado, teologizó, una vez más y, en su último discurso, señalo, “la llamarada se hizo, se hizo continente, la llamarada, el fuego sagrado. Fue como una resurrección lo que hemos visto, lo que hemos vivido. Aquí había un continente dormido, un pueblo dormido como muerto y llegó el Lázaro colectivo y se levantó, finales de los 80, los 90, los 90 terminando el siglo XX pues, se levantó aquí en Venezuela una Revolución, se levantó un pueblo y nos ha tocado a nosotros, algunos de nosotros, a muchos de nosotros mujeres, hombres, asumir responsabilidades, asumir papeles de vanguardia, asumir papeles de dirección, de liderazgo por distintas razones civiles, militares y hemos confluido pues, distintas corrientes terminando el siglo y comenzando este siglo”.

Lejos de adivinar el futuro o ser el agorero de reyes, gobernantes o infaustos religiosos, el profeta de finales del siglo XX e inicios del XXI se unió a la constelación de voces revolucionarias que lo precedieron y sucederán. Anunció un nuevo orden de relaciones sociales, comerciales, políticas, religiosas, económicas, de producción. Nuevas coordenadas de interacciones humanas basadas en criterios éticos-morales gritados a los cielos e infiernos desde que el poder perdió su esencia, energía de servicio. Desde Gandhi, Luther King Jr., Ernesto “Che” Guevara, Camilo Torres, Rutilio Grande, Arnulfo Romero, las Hermanas de Maryknoll y las Hermanas Ursulinas de Nueva York, como tantos otros y otras. El Profeta llamado Chávez supo anunciar la resurrección de una nueva conciencia llamada Soberanía. La insurgencia de los pobres, en contra de la pobreza, no entretiene a los poderes del mundo; el joropo del Profeta no los entretuvo.

¿Qué denunció que lo hizo amado y odiado? En la columna “Notas de Retaguardia” El Profeta señaló,¡¡EL DESTINO DE LA REVOLUCIÓN ESTÁ EN LA ORGANIZACIÓN Y MOVILIZACIÓN POPULAR!! Pero esa organización-movilización tiene necesariamente que producir el nacimiento de una nueva legalidad revolucionaria, la cual genere a su vez una institucionalidad popular-revolucionaria, que permita el crecimiento y la consolidación del Poder Popular…Venezuela, tierra resucitada donde un gran Lázaro Colectivo ha encendido en estos últimos años, y continúa encendiendo cada día que pasa, un sin fin de motores, de generadores del Poder Patrio, del Poder Popular, del Poder Venezolano. ¡Qué alguien se atreva pues, a apagar esos motores!

A razón de su discurso en la ONU (2009) y en alusión a la película Al Sur de la Frontera El Profeta sentenció, “…hay una Revolución en suramericana, en América Latina, en el Caribe y es necesario que el mundo lo vea, lo asuma y lo acepte porque es una realidad que no va a cambiar. Además, es una Revolución que trasciende lo ideológico; es geográfica, geopolítica; es una Revolución de los tiempos, una Revolución moral; es una Revolución necesaria. Es grande esa Revolución y va a seguir creciendo a medida que pasen los días y los meses. Es grande por el tiempo de carga por dentro, es grande por el espacio que barca”. Es que el anuncio y la implementación de una conciencia dignamente soberana  no es cuestión de días o de años, es proyecto de toda la vida. El Profeta señalo, “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad”. (2006)

Un camarada bolivariano, representante de millones, corajudo grito, “Chávez no murió, se multiplicó por que todos somos Chávez”. El tiro les salió por la culata a los representantes del statu quo, enemigos del poder popular bolivariano. El que estaba físicamente entre nosotros ya era leyenda y ahora que pasó a un estado diferente de existencia -esta leyenda- se inmortalizó y trascendió así mismo. Finalmente, El Profeta pronunció, “Carlos Marx, el Einstein de la política; ¡ah!, lo satanizaron, pero cuánta razón tiene y en cuántas cosas: ‘Las crisis son entonces la combinación general que apunta más allá de la presuposición y el apremio que conduce hacia la adopción de una forma histórica nueva’. Necesitamos eso, lo que tenemos es el viejo orden moribundo, necesitamos que nazca el nuevo orden, una forma política nueva, una norma mundial nueva, una nueva economía, una nueva sociedad, pero verdaderamente nueva, un mundo nuevo pues”. (ONU, 2009)

"Nayaruw jiwayapxista, waranqa waranqanakaw kutt'anika” (A mí solo me matarán, pero mañana volveré y seremos millone). Tupaj Katari

joctavio9@gmail.com

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