Lejos de adivinar el
futuro o ser el agorero de reyes, gobernantes o infaustos religiosos, el
profeta de finales del siglo XX e inicios del XXI se unió a la constelación de
voces revolucionarias que lo precedieron y sucederán. Anunció un nuevo orden de
relaciones sociales, comerciales, políticas, religiosas, económicas, de
producción.
José Toledo / Especial para Con
Nuestra América
Unidad, unidad y más unidad.
¡Esa debe ser nuestra divisa!
Hugo Chávez Frías
Su profecía se
transformó en conciencia y está en soberanía. Profetas y profetizas vivieron
inquietos en medio de la inequidad y el desorden moral de la injusticia. Al
mismo estilo de Amos, el profeta de Tecoa (Cerca de Belén), del Antiguo
Testamento bíblico, quien asumió el quehacer profético como el acto mismo del
anuncio de nuevos tiempos a partir de la denuncia de las iniquidades sociales
que retardan el nacimiento de un nuevo ser, un nuevo orden de cosas. Al igual
que los profetas, que fueron odiados por las altas cúpulas socio económico de
su tiempo, el Comandante Chávez (El Profeta) asumió su compromiso desde el
anuncio y denuncia, como método histórico de presencia política. Su agenda fue
inundada de esperanza e integridad, de soberanía socialista y pedagógicamente
humana.
¿Qué anunció que lo
hizo tan odiado y amado? A la luz de lo conversado con el Comandante Fidel
Castro, Chávez inspirado, teologizó, una vez más y, en su último discurso,
señalo, “la llamarada se hizo, se hizo continente, la llamarada, el fuego
sagrado. Fue como una resurrección lo que hemos visto, lo que hemos vivido. Aquí
había un continente dormido, un pueblo dormido como muerto y llegó el Lázaro
colectivo y se levantó, finales de los 80, los 90, los 90 terminando el siglo
XX pues, se levantó aquí en Venezuela una Revolución, se levantó un pueblo y
nos ha tocado a nosotros, algunos de nosotros, a muchos de nosotros mujeres,
hombres, asumir responsabilidades, asumir papeles de vanguardia, asumir papeles
de dirección, de liderazgo por distintas razones civiles, militares y hemos
confluido pues, distintas corrientes terminando el siglo y comenzando este
siglo”.
Lejos de adivinar el
futuro o ser el agorero de reyes, gobernantes o infaustos religiosos, el
profeta de finales del siglo XX e inicios del XXI se unió a la constelación de
voces revolucionarias que lo precedieron y sucederán. Anunció un nuevo orden de
relaciones sociales, comerciales, políticas, religiosas, económicas, de
producción. Nuevas coordenadas de interacciones humanas basadas en criterios
éticos-morales gritados a los cielos e infiernos desde que el poder perdió su
esencia, energía de servicio. Desde Gandhi, Luther King Jr., Ernesto “Che”
Guevara, Camilo Torres, Rutilio Grande, Arnulfo Romero, las Hermanas de
Maryknoll y las Hermanas Ursulinas de Nueva York, como tantos otros y otras. El
Profeta llamado Chávez supo anunciar la resurrección de una nueva conciencia
llamada Soberanía. La insurgencia de los pobres, en contra de la pobreza, no
entretiene a los poderes del mundo; el joropo del Profeta no los entretuvo.
¿Qué denunció que lo hizo amado y
odiado? En la columna “Notas de Retaguardia” El Profeta señaló,¡¡EL DESTINO DE
LA REVOLUCIÓN ESTÁ EN LA ORGANIZACIÓN Y MOVILIZACIÓN POPULAR!! Pero esa
organización-movilización tiene necesariamente que producir el nacimiento de
una nueva legalidad revolucionaria, la cual genere a su vez una
institucionalidad popular-revolucionaria, que permita el crecimiento y la
consolidación del Poder Popular…Venezuela, tierra resucitada donde un gran
Lázaro Colectivo ha encendido en estos últimos años, y continúa encendiendo
cada día que pasa, un sin fin de motores, de generadores del Poder Patrio, del
Poder Popular, del Poder Venezolano. ¡Qué alguien se atreva pues, a apagar esos
motores!
A razón de su discurso
en la ONU (2009) y en alusión a la película Al
Sur de la Frontera El Profeta sentenció, “…hay una Revolución en
suramericana, en América Latina, en el Caribe y es necesario que el mundo lo
vea, lo asuma y lo acepte porque es una realidad que no va a cambiar. Además,
es una Revolución que trasciende lo ideológico; es geográfica, geopolítica; es
una Revolución de los tiempos, una Revolución moral; es una Revolución
necesaria. Es grande esa Revolución y va a seguir creciendo a medida que pasen
los días y los meses. Es grande por el tiempo de carga por dentro, es grande
por el espacio que barca”. Es que el anuncio y la implementación de una
conciencia dignamente soberana no es
cuestión de días o de años, es proyecto de toda la vida. El Profeta señalo,
“Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el
socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI
que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y
en la igualdad”. (2006)
Un camarada
bolivariano, representante de millones, corajudo grito, “Chávez no murió, se
multiplicó por que todos somos Chávez”. El tiro les salió por la culata a los
representantes del statu quo, enemigos del poder popular bolivariano. El que
estaba físicamente entre nosotros ya era leyenda y ahora que pasó a un estado
diferente de existencia -esta leyenda- se inmortalizó y trascendió así mismo.
Finalmente, El Profeta pronunció, “Carlos Marx, el Einstein de la política;
¡ah!, lo satanizaron, pero cuánta razón tiene y en cuántas cosas: ‘Las crisis
son entonces la combinación general que apunta más allá de la presuposición y
el apremio que conduce hacia la adopción de una forma histórica nueva’.
Necesitamos eso, lo que tenemos es el viejo orden moribundo, necesitamos que
nazca el nuevo orden, una forma política nueva, una norma mundial nueva, una
nueva economía, una nueva sociedad, pero verdaderamente nueva, un mundo nuevo
pues”. (ONU, 2009)
"Nayaruw
jiwayapxista, waranqa waranqanakaw kutt'anika” (A mí solo me matarán, pero
mañana volveré y seremos millone). Tupaj Katari
joctavio9@gmail.com
joctavio9@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario