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sábado, 27 de abril de 2013

Panamá: La destrucción de la naturaleza

La mayoría de las veces, cuando se hace referencia a nuestro planeta, se le describe como recurso natural, y todo lo que sea recurso para nuestro sistema económico (el capitalismo) es explotable, y bajo esta determinación lo seguirán haciendo. Más, cuando las leyes son flexibles y nuestra condición de resignación no nos permita luchar por nuestro hogar y medio de subsistencia, la Tierra.

Abdiel Rodríguez Reyes / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

A Guillermo Castro Herrera, maestro en estos menesteres

A propósito del día mundial de la madre Tierra, un grave problema que quizás no tenga solución es que el género humano no ha comprendido a cabalidad su relación con la naturaleza. Al respecto, Guillermo Castro (2007), citando a Elinor Melville, sugiere entender esa relación a partir de  “el estudio de las interacciones entre los sistemas sociales y los sistemas naturales a lo largo del tiempo". (p30). El ser humano suele ver a la naturaleza como una cosa que se puede utilizar, manipular y gastar y que por arte de magia se renovara. Ni de asomo se ve al planeta tierra como la morada, como el gran hogar que se debe de conservar y sanear.

El escritor español Fernando Sánchez Drago, por su parte, señala lo siguiente: Yo creo que la raíz del problema es en primer lugar de índole zoológica. Sencillamente en el planeta Tierra no caben 6.000 millones (ahora más) de humanos consumiendo, devorando, trabajando, es decir: no hay comida, no hay trabajo para 6.000 millones de personas”, y cuando una especie no tiene suficiente espacio y alimento se extingue.  Este fenómeno se acrecienta más con la sobrepoblación en las ciudades, donde aumenta el efecto invernadero, la contaminación y para colmo la calidad de vida disminuye y desmejora considerablemente, a pesar de todo esto la población mundial sigue en aumento, cada minuto nacen aproximadamente 400 niños.

Por un lado las ciudades quedan sobrepobladas y por el otro el interior o las zonas (periféricas) campesinas e indígenas (Comarcas) solo son vista como fuente de extracción de materia prima. El desarrollo en la capital es  de 6 a 1 comparado con el interior del país. Los campesinos bajo la agricultura de subsistencia cada día están más apretados y excluidos económicamente por las empresas que producen a gran escala alimentos transgénicos y animales alterados genéticamente. Así, bajo la lógica de la acumulación de capital por estos medios no importa las consecuencias nefastas para las próximas generaciones. Pareciera que se quiere convertir al planeta en mera mercancía, lo cual sería una gran amenaza para la vida en la tierra. Por su parte el director general de la Organización de Naciones Unidas Ban Ki-Moon ha señalado: “Cuando creamos amenazas para nuestro planeta, no solo ponemos en peligro el único hogar que tenemos sino incluso nuestra futura supervivencia”.

Este año el Día de la Tierra tiene como lema: El rostro del cambio climático. La frase demanda saber a quién corresponde la responsabilidad mayor por ese fenómeno. Los responsables son capaces hasta culpar a la divinidad a cambio de seguir explotando y generando riquezas por medio de hidroeléctricas y la extracción de minerales en ríos, contaminando y dejando sin agua a poblaciones enteras, estas prácticas aceleran el proceso de descomposición de nuestro hogar, el planeta tierra. Pero es que el mismo nombre incita a estas prácticas, ya que la mayoría de las veces, cuando se hace referencia a nuestro planeta, se le describe como recurso natural, y todo lo que sea recurso para nuestro sistema económico (el capitalismo) es explotable, y bajo esta determinación lo seguirán haciendo. M´s, cuando las leyes son flexibles y nuestra condición de resignación no nos permita luchar por nuestro hogar y medio de subsistencia, la Tierra.

Hechos concretos demuestran la intolerancia que hay en Panamá (por ejemplo se ha devastado el 10 % de los manglares que forman parte de los humedales de la bahía de Panamá, esto produce contaminación en ríos, entre otros muchos ejemplos) esto se acentúa más cuando la economía determina los demás procesos políticos – sociales. Como es un secreto a voz alta, la política económica en Panamá es de corte neo-liberal, por lo tanto el libre mercado es el sistema económico, por consiguiente todo lo que sea mercancía entra en su dinámica, ya sea el recurso o el desecho natural entra a formar parte de la gama de mercancías que puede ofrecer al mercado. El problema en cuestión consiste en que no parece haber límites en la explotación de la naturaleza, ya que como su mismo nombre lo indica el mercado del neoliberalismo es libre –cuasi- sin límites. Por otra parte el daño que le hace esta política económica a la naturaleza es irreversible, para ser más crítico y amplio en el radio de acción, como diría Joan Martínez (2013): “El capitalismo no remplaza los nutrientes, erosiona los suelos y destruye tanto los recursos renovables (como la pesca y los bosques) como los no renovables (como los combustibles fósiles y otros minerales)”.

Si la humanidad sigue este rumbo que empezó desde la llegada de los españoles, el único camino que tendrá es directo a la destrucción de la naturaleza y por lo tanto el fin de la vida del hombre y la mujer y todos los animales en la madre Tierra, eso demuestra que quinientos años no son suficientes para aprehender la lección [aprender a convivir con nuestro entorno], lo que queda es recordar que el planeta tierra es la morada del -ser- humano y debemos al menos cuidar lo que queda de ella.

Bibliografía consultada
Castro, G. (2007). El agua entre los mares. Panamá: Editorial Ciudad del Saber.
Martínez, J. (2013, abril, 20). "Marx, el ecologismo y Correa". La Jornada.

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