La mayoría de las veces,
cuando se hace referencia a nuestro planeta, se le describe como recurso natural, y todo lo que sea recurso para nuestro sistema económico (el
capitalismo) es explotable, y bajo esta determinación lo seguirán haciendo.
Más, cuando las leyes son flexibles y nuestra condición de resignación no nos
permita luchar por nuestro hogar y medio de subsistencia, la Tierra.
Abdiel Rodríguez Reyes /
Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
A Guillermo Castro Herrera, maestro en estos menesteres
A propósito del día
mundial de la madre Tierra, un grave problema que quizás no tenga solución es
que el género humano no ha comprendido a cabalidad su relación con la
naturaleza. Al respecto, Guillermo Castro (2007), citando a Elinor Melville,
sugiere entender esa relación a partir de “el estudio de las
interacciones entre los sistemas sociales y los sistemas naturales a lo largo
del tiempo". (p30). El ser humano suele ver a la naturaleza como
una cosa que se puede utilizar, manipular y gastar y que por arte de magia se
renovara. Ni de asomo se ve al planeta tierra como la morada, como el gran
hogar que se debe de conservar y sanear.
El escritor español
Fernando Sánchez Drago, por su parte, señala lo siguiente: “Yo creo que la raíz del problema es en primer lugar
de índole zoológica. Sencillamente en el planeta Tierra no caben 6.000 millones (ahora más) de humanos consumiendo, devorando, trabajando, es decir: no hay
comida, no hay trabajo para 6.000 millones de personas”, y
cuando una especie no tiene suficiente espacio y alimento se extingue.
Este fenómeno se acrecienta más con la sobrepoblación en las ciudades,
donde aumenta el efecto invernadero, la contaminación y para colmo la calidad
de vida disminuye y desmejora considerablemente, a pesar de todo esto la
población mundial sigue en aumento, cada minuto nacen aproximadamente 400
niños.
Por un lado las ciudades
quedan sobrepobladas y por el otro el interior o las zonas (periféricas)
campesinas e indígenas (Comarcas) solo son vista como fuente de extracción de
materia prima. El desarrollo en la capital es
de 6 a 1 comparado con el interior del país. Los campesinos bajo la
agricultura de subsistencia cada día están más apretados y excluidos
económicamente por las empresas que producen a gran escala alimentos
transgénicos y animales alterados genéticamente. Así, bajo la lógica de la
acumulación de capital por estos medios no importa las consecuencias nefastas
para las próximas generaciones. Pareciera que se quiere convertir al planeta en
mera mercancía, lo cual sería una gran amenaza para la vida en la tierra. Por
su parte el director general de la Organización de Naciones Unidas Ban Ki-Moon
ha señalado: “Cuando creamos amenazas para nuestro planeta, no solo ponemos
en peligro el único hogar que tenemos sino incluso nuestra futura
supervivencia”.
Este año el Día de la
Tierra tiene como lema: El rostro del cambio climático. La frase demanda saber a quién
corresponde la responsabilidad mayor por ese fenómeno. Los responsables son
capaces hasta culpar a la divinidad a cambio de seguir explotando y generando
riquezas por medio de hidroeléctricas y la extracción de minerales en ríos,
contaminando y dejando sin agua a poblaciones enteras, estas prácticas aceleran
el proceso de descomposición de nuestro hogar, el planeta tierra. Pero es que
el mismo nombre incita a estas prácticas, ya que la mayoría de las veces,
cuando se hace referencia a nuestro planeta, se le describe como recurso natural, y todo lo que sea recurso para nuestro sistema económico (el
capitalismo) es explotable, y bajo esta determinación lo seguirán haciendo.
M´s, cuando las leyes son flexibles y nuestra condición de resignación no nos
permita luchar por nuestro hogar y medio de subsistencia, la Tierra.
Hechos concretos
demuestran la intolerancia que hay en Panamá (por ejemplo se ha devastado el 10 % de los manglares que forman parte
de los humedales de la bahía de Panamá, esto produce contaminación en ríos,
entre otros muchos ejemplos) esto se acentúa más cuando la economía
determina los demás procesos políticos – sociales. Como es un secreto a voz
alta, la política económica en Panamá es de corte neo-liberal, por lo tanto el
libre mercado es el sistema económico, por consiguiente todo lo que sea
mercancía entra en su dinámica, ya sea el recurso o el desecho natural
entra a formar parte de la gama de mercancías que puede ofrecer al mercado. El
problema en cuestión consiste en que no parece haber límites en la explotación
de la naturaleza, ya que como su mismo nombre lo indica el mercado del neoliberalismo
es libre –cuasi- sin límites. Por otra parte el daño que le hace esta política
económica a la naturaleza es irreversible, para ser más crítico y amplio en el
radio de acción, como diría Joan Martínez (2013): “El capitalismo no
remplaza los nutrientes, erosiona los suelos y destruye tanto los recursos
renovables (como la pesca y los bosques) como los no renovables (como los
combustibles fósiles y otros minerales)”.
Si la humanidad sigue
este rumbo que empezó desde la llegada de los españoles, el único camino que
tendrá es directo a la destrucción de la naturaleza y por lo tanto el fin de la
vida del hombre y la mujer y todos los animales en la madre Tierra, eso
demuestra que quinientos años no son suficientes para aprehender la lección [aprender
a convivir con nuestro entorno], lo que queda es recordar que el planeta
tierra es la morada del -ser- humano y debemos al menos cuidar lo que queda de
ella.
Bibliografía consultada
Castro, G. (2007). El
agua entre los mares. Panamá: Editorial Ciudad del Saber.
Martínez, J. (2013,
abril, 20). "Marx, el ecologismo y Correa". La Jornada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario