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sábado, 20 de julio de 2013

“Hay que cambiar Honduras desde una visión estructural”

Entrevista a Xiomara Castro de Zelaya, candidata presidencial por el partido Libertad y Refundación (LIBRE) de Honduras, de cara a las próximas elecciones presidenciales en Noviembre.

Juan Manuel Karg / Marcha (Argentina)

Xiomara Castro, candidata a la presidencia de Honduras por el partido LIBRE
- La última encuesta de CID/Gallup la ubica en primer lugar en intención de voto, a la vez que refleja una caída porcentual de Juan Hernandez, candidato del oficialista Partido Nacional. ¿Por qué cree que la intención de voto a LIBRE se encuentra en ascenso –de 25 a 28%, según Gallup-, y cae el candidato de Porfirio Lobo –de 23 a 18%, según la misma fuente-? ¿Qué factores de la coyuntura política hondureña pueden ayudar a explicar ambas tendencias?

Existen muchos factores que determinan este fenómeno en las encuestas. Encontramos en ellas tendencias claras que se marcan cada vez más debido esencialmente a las políticas impopulares que sigue imponiendo el gobierno de Honduras desde el Congreso: así como la percepción de que nada de lo que se legisla tiene más propósito que la campaña electoral del oficialismo. Mientras nuestro argumento, concreto, apunta de forma clara a la necesidad de cambiar Honduras desde una visión estructural.

Además, es evidente el vínculo indisoluble entre Juan Orlando Hernández y Mauricio Villeda (este último del Partido Liberal golpista) con el golpe de Estado, las violaciones a los derechos humanos y la calamidad económica, social y de seguridad en que ha entrado el país en los últimos 4 años. Para finalizar este apretado resumen, deberíamos incluir la falta de transparencia de todos los que se beneficiaron del Golpe de Estado Militar, algo que podemos afirmar ha minado seriamente la credibilidad en el tradicionalismo político hondureño.

- Relacionado con lo anterior, tanto usted como Mel Zelaya [su marido y ex presidente de Honduras antes del Golpe de Estado de 2009] vienen exigiendo la implementación del sistema de voto electrónico de cara a las próximas elecciones, algo que ha recibido la negativa del actual presidente Porfirio Lobo. A su vez, ustedes están exigiendo que organizaciones y movimientos de todo el continente puedan participar como veedores de la elección. ¿Teme un enrarecimiento del clima electoral de acá en más? ¿Cómo se evita un posible fraude contra LIBRE en las elecciones de noviembre?

En general nosotros no nos detenemos a hablar de fraude; han sido los propios miembros de los partidos tradicionales, en especial el de Lobo, quienes han denunciado un “fraude colosal” en las elecciones internas y primarias de 2012. Cierto es que el sistema electoral hondureño es poco confiable, y, en aras de hacer un proceso creíble para toda nuestra sociedad, hemos pedido y apoyado iniciativas para implementar mejoras en la manipulación de los resultados. Pero estamos conscientes de que las posibilidades de que esto suceda son remotas, ya que todo el andamiaje del Estado opera en la más absoluta impunidad desde el Golpe de 2009.

Estamos convencidos de que estas elecciones serán las más vigiladas de nuestra historia; por eso es importante contar con todo el acompañamiento y la observación internacional posibles; no debemos olvidar que en este proceso se juegan la estabilidad de la democracia en el continente. Nosotros estamos haciendo nuestra tarea, y ya hemos organizado más de veinte mil colectivos a nivel nacional, y posiblemente alcancemos los treinta mil en el proceso de vigilancia militante y defensa del voto. Será complicadísimo para ellos sustentar un fraude, a pesar de contar con cientos de millones de dólares para ese fin.

- En el plano interno, ¿Cuáles son las principales medidas que tiene previsto desplegar de cara a la situación económica que vive el país, tras una fuerte caída en el ingreso de divisas por exportaciones? ¿Tiene pensado fortalecer la inversión pública en ámbitos como la salud, la educación y la vivienda? ¿Cómo se sale de la actual situación económica que vive Honduras?

Este es un problema central: Honduras, en el aspecto económico, es un país muy pobre, con problemas de país rico. La aplicación irracional de medidas de profundización neoliberal en el país ha tenido resultados funestos. Hoy, la deuda pública tiene postrado al país y ya es una amenaza terrible para el nuevo gobierno. La deuda interna ha sido contratada a corto plazo y a intereses comerciales, por lo que muchos acreedores estarán prestos a exigir pago del nuevo gobierno.

Por otro lado, el deterioro en el aspecto social es dramático; según sus propias cifras, para finales de 2012 la pobreza había aumentado en 10%. Es decir, destruyeron todo lo que habíamos avanzado en la administración del presidente Zelaya. Ahora estamos en la obligación de adoptar medidas claras y contundentes para echar la economía a andar, enfocarnos en la producción, que ha de generar muchos empleos, y legislar de tal manera que la aceleración del proceso productivo  genere beneficios directos a la población, mientras el Estado establece mecanismos de apoyo que alivien las desventajas que se encuentran en el bajo poder adquisitivo de nuestro pueblo.

Tenemos, sobre todo, el desafío de que los sectores empresariales acepten el reto de invertir en Honduras, de trabajar junto a nosotros, el pueblo, en la resolución de problemas inmediatos como la soberanía alimentaria, la construcción de un sistema educativo público de primer nivel y un sistema de salud de alta calidad que dé cobertura a todos los hondureños. Desarrollaremos sistemas de economía social, que posibiliten la salida paulatina de la pobreza de millones de personas, que deben incorporarse a la vida económica del país. Nuestro principal reto radica en la construcción de soluciones realistas y viables basadas en la nuestra realidad nacional. Ya no debemos copiar modelos, ni aceptar la imposición desde fuera, eso solo nos sometería al desmembramiento total de nuestra nación.

- Tras el golpe de Estado de 2009, Honduras salió de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA). De ese tiempo a esta parte, además, UNASUR y CELAC tomaron gran dimensión en términos regionales. ¿De llegar a la presidencia de Honduras, cuál va a ser la política internacional que piensa desplegar?

Nuestro planteamiento en política exterior ha sido muy coherente y claro para todo el mundo. Nosotros somos un país soberano y así ha de ser nuestra política exterior, fiel al respeto del principio de autodeterminación de los pueblos y a las leyes internacionales. Rechazamos con vehemencia la guerra, pues somos el producto de un proceso revolucionario pacifico, sin manchas, por eso condenamos la agresión o la injerencia extranjera contra cualquier nación del mundo.

Nuestra postura a favor de la integración de la América Latina y el Caribe es inclaudicable e irrenunciable. Planteamos el fortalecimiento del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), y aportaremos toda nuestra energía y empeño para la consolidación de la CELAC. En el tema del ALBA, es una decisión acertada para aquel momento  que ya había tomado el presidente Zelaya, y que el gobierno de facto denunció rompiendo el tratado: ahora Honduras está fuera del ALBA.

Apoyamos todas las formas regionales de integración, siempre que estas no tengan la intención de aislar a alguno de nosotros del resto de países. Apoyamos firmemente a UNASUR, al MERCOSUR y a la región económica propuesta por PETROCARIBE, iniciativa nuestra, que sigue siendo de nuestro pueblo, por mucho que otros imposten y engañen para aprovecharse cínicamente de la solidaridad de nuestros hermanos, misma que muchas veces atacaron con furia demencial.

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