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sábado, 7 de septiembre de 2013

Panamá: Balboa y la modernidad

El encontronazo con el Mar del Sur pone en perspectiva global al Istmo  desde un punto de vista estratégico, primero por ser el lugar de encuentro de dos mares, y segundo por ser la ruta más corta entre Sevilla y Oriente.

Abdiel Rodríguez Reyes / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

Balboa y la conquista del istmo panameño.
El maestro Alfredo Castillero Calvo ha advertido con frecuencia la falencia que hay en el conocimiento historiográfico de Panamá, a decir de él: “nuestro país ha sido y sigue siendo historiográficamente, poco menos que una isla desierta y mal conocida”. Esto no permite por un lado tener una visión clara de lo que paso ayer -siglo XVI–  y, por  el otro hacer una interpretación crítica del mismo que permita encontrar una significación que nos ayude a comprendernos.

Este año se cumplen los quinientos años del  llamado Descubrimiento del Mar del Sur. La conmemoración de este evento ha motivado una serie de actividades cuyo contenido e intención no son muy claros. El tema por su naturaleza requiere de permanente reflexión. Teniendo en cuenta que este hecho histórico marca todo nuestro posterior desarrollo. Es la entrada a cambios estructurales de onda significación como la modernidad y la globalización del mercado.

Ahora bien ¿qué es la modernidad? Al respecto, el filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría ha tejido finamente estas ideas. Primero, “ubicarse el inicio histórico de la modernidad, que van entre el siglo XV y el XVI”. Allí, se  da  “una nueva –lógica- que se encontraría en proceso de sustituir al principio organizador ancestral, al que ella designa como tradicional”.  Teniendo en cuenta estos aspectos, es evidente que la cultura del Abya Yala no sale bien librada –condición que por su naturaleza después de tantos años sigue siendo compleja.

Nuestra posición geográfica, que une el Atlántico y el Pacífico, es un factor determinante que, junto al descubrimiento del Mar del Sur para los cristianos europeos por Balboa, aceleró los cambios en las rutas interoceánicas, de ese hecho se dio un desarrollo en la cartografía que permitió incluir a América Latina a los mapamundis.  Posteriormente se establece la ruta Acapulco–Manila.  Iniciando así otro ciclo histórico, por el dominio del Pacífico.

Lo que interesa es ubicar el papel del Istmo en el desarrollo de la modernidad, así como el mediterráneo determinó los procesos sociales, históricos, culturales y económicos en Europa; tenemos que lograr captar el mismo efecto, pero desde el Atlántico en relación con la franja canalera en toda la zona central – caribeña y, el pacifico. En esta dinámica hay que tener muy claro que los intereses económicos determinan en gran medida los procesos históricos, y por consiguiente culturales.

En tal sentido, el encontronazo con el Mar del Sur pone en perspectiva global al Istmo  desde un punto de vista estratégico, primero por ser el lugar de encuentro de dos mares, y segundo por ser la ruta más corta entre Sevilla y Oriente. A la misma ves esa condición de prestar un servicio de ruta de transito será una tendencia que se mantendrá hasta nuestros días, incluso hasta un punto de vista financiero.

Desde la misma llegada de los españoles cuando permutaron cristales por oro data el comercio. De ahí en adelante el oro y la plata se convierte en el mecanismo de pago, Jorge Conte Porras nos señala que: “el año 1578, afianzaba la conquista en Tierra Firme, el monarca español Felipe II, autorizó la creación de una casa de moneda en el Istmo, la cual empezó a funcionar en el año de 1580, bajo el mando de don Manuel de Hurtado. – esta casa de moneda no demorara mucho.

Las circunstancias donde se desarrollan las actividades económicas durante el siglo XVI en el Istmo fueron de carácter terciario. Somos una pequeña comunidad de servicios inmersos en la globalización, en el mejor de los casos en su conjunto al margen de su propio beneficio. Es decir, Panamá trabaja para la comunidad de servicio, cuando debe ser todo lo contrario. Todo en beneficio de los grandes centros económicos de Europa y China. Como diría Galeano, unos son dueños de la vaca y otros se toman la leche.

Una realidad concreta es que los panameños hijos de la modernidad no saldremos de esta condición de larga duración, si no comprendemos nuestros procesos de cambios en curso y no tenemos claro que el desarrollo de la modernidad en el Istmo trajo consigo dependencia e incapacidad para desarrollarse a nivel económico y cognoscitivo por los altos niveles de dominación, donde esta área de la periferia solo era utilizada como un medio y nunca como un fin.

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