El encontronazo con el Mar del Sur pone
en perspectiva global al Istmo desde un
punto de vista estratégico, primero por ser el lugar de encuentro de dos mares,
y segundo por ser la ruta más corta entre Sevilla y Oriente.
Abdiel Rodríguez Reyes / Especial
para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
Balboa y la conquista del istmo panameño. |
El maestro Alfredo Castillero Calvo ha advertido
con frecuencia la falencia que hay en el conocimiento historiográfico de
Panamá, a decir de él: “nuestro país ha sido y sigue siendo historiográficamente,
poco menos que una isla desierta y mal conocida”. Esto no permite por un
lado tener una visión clara de lo que paso ayer -siglo XVI– y, por
el otro hacer una interpretación crítica del mismo que permita encontrar
una significación que nos ayude a comprendernos.
Este año se cumplen los quinientos años del
llamado Descubrimiento del Mar del Sur. La conmemoración de este evento ha
motivado una serie de actividades cuyo contenido e intención no son muy claros.
El tema por su naturaleza requiere de permanente reflexión. Teniendo en cuenta
que este hecho histórico marca todo nuestro posterior desarrollo. Es la entrada
a cambios estructurales de onda significación como la modernidad y la
globalización del mercado.
Ahora bien ¿qué es la modernidad? Al respecto, el
filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría ha tejido finamente estas ideas.
Primero, “ubicarse el inicio histórico de la modernidad, que van entre el siglo
XV y el XVI”. Allí, se da “una
nueva –lógica- que se encontraría en proceso de sustituir al principio
organizador ancestral, al que ella designa como tradicional”. Teniendo en
cuenta estos aspectos, es evidente que la cultura del Abya Yala no sale bien
librada –condición que por su naturaleza después de tantos años sigue siendo compleja.
Nuestra posición geográfica, que une el Atlántico y el
Pacífico, es un factor determinante que, junto al descubrimiento del Mar del
Sur para los cristianos europeos por Balboa, aceleró los cambios en las rutas
interoceánicas, de ese hecho se dio un desarrollo en la cartografía que
permitió incluir a América Latina a los mapamundis. Posteriormente se
establece la ruta Acapulco–Manila.
Iniciando así otro ciclo histórico, por el dominio del Pacífico.
Lo que interesa es ubicar el papel del Istmo en el
desarrollo de la modernidad, así como el mediterráneo determinó los procesos
sociales, históricos, culturales y económicos en Europa; tenemos que lograr
captar el mismo efecto, pero desde el Atlántico en relación con la franja
canalera en toda la zona central – caribeña y, el pacifico. En esta dinámica
hay que tener muy claro que los intereses económicos determinan en gran medida
los procesos históricos, y por consiguiente culturales.
En tal sentido, el encontronazo con el Mar del
Sur pone en perspectiva global al Istmo desde un punto de vista estratégico, primero
por ser el lugar de encuentro de dos mares, y segundo por ser la ruta más corta
entre Sevilla y Oriente. A la misma ves esa condición de prestar un servicio de
ruta de transito será una tendencia que se mantendrá hasta nuestros días, incluso hasta un
punto de vista financiero.
Desde la misma llegada de los españoles cuando permutaron
cristales por oro data el comercio. De ahí en adelante el oro y la plata se
convierte en el mecanismo de pago, Jorge Conte
Porras nos señala que: “el año
1578, afianzaba la conquista en Tierra Firme, el monarca español Felipe II,
autorizó la creación de una casa de moneda en el Istmo, la cual empezó a
funcionar en el año de 1580, bajo el mando de don Manuel de Hurtado.” – esta casa de moneda no demorara
mucho.
Las circunstancias donde se desarrollan las
actividades económicas durante el siglo XVI en el Istmo fueron de carácter
terciario. Somos una pequeña comunidad de servicios inmersos en la
globalización, en el mejor de los casos en su conjunto al margen de su propio
beneficio. Es decir, Panamá trabaja para la comunidad de servicio, cuando debe
ser todo lo contrario. Todo en beneficio de los grandes centros económicos de
Europa y China. Como diría Galeano, unos son dueños de la vaca y otros se toman
la leche.
Una realidad concreta es que los panameños hijos de
la modernidad no saldremos de esta condición de larga duración, si no
comprendemos nuestros procesos de cambios en curso y no tenemos claro que el
desarrollo de la modernidad en el Istmo trajo consigo dependencia e incapacidad
para desarrollarse a nivel económico y cognoscitivo por los altos niveles de
dominación, donde esta área de la periferia solo era utilizada como un medio y
nunca como un fin.
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