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sábado, 7 de septiembre de 2013

¿Se desacelera la economía panameña?

La economía panameña redujo su ritmo en forma significativa. El informe sobre el producto interno bruto revela que en el primer trimestre de 2013 creció en un 7 por ciento. En el mismo período de 2012, el PIB creció a una tasa del 11. 4 por ciento.

Marco A. Gandásegui, hijo. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

Los medios de comunicación han comenzado a publicar notas sobre la desaceleración de la economía del país que preocupa a los sectores financieros que operan en Panamá. Algunos le pasan la factura al gobierno del presidente Ricardo Martinelli y la corrupción. Hay quienes plantean que el estancamiento/recesión de EEUU (2008-2013) ha comenzado a sentirse en Panamá. Incluso, en algunos círculos dicen que la culpa de la desaceleración la tiene el colapso de Europa y el euro. Recientemente, ha surgido la tesis de que los cambios que experimenta China afectan negativamente a Panamá.

Todos estos factores influyen sobre el crecimiento de la economía panameña. Sin embargo, no apuntan al problema de fondo: La estructura social panameña, el modelo económico que impulsan los sectores dominantes y las políticas públicas que promueven los gobiernos. Lo preocupante es que casi todos los análisis parten de supuestos superficiales y externos, sin mayor fundamentación.
Panamá tiene una estructura social asimétrica, donde la gran mayoría no participa en el mercado de consumo y se vincula de manera informal al empleo. Es decir, tenemos una estructura social que concentra la actividad ‘productiva’ de la población en un sector muy pequeño, aproximadamente el 20 por ciento. El otro 80 por ciento está, en gran parte, excluido del mercado y no contribuye al crecimiento. Esta realidad da cuenta de la pobreza en que se encuentran los panameños (el 40 por ciento según el Banco Mundial). Más aún, apunta a la desigualdad social y económica.

El modelo económico vigente en Panamá sólo agudiza las contradicciones de la estructura social. Por un lado, tiende a privilegiar a los sectores propietarios con subvenciones, privilegios impositivos y derechos al despojo de los bienes públicos. En cambio, a los sectores trabajadores le cae el peso de los impuestos (ITBMS) y no recibe privilegios. En la actualidad, los tres sectores de mayor crecimiento del país, como son la banca, el sistema portuario y la Zona Libre de Colón, no pagan impuestos. Además, las mil personas jurídicas o naturales que concentran la riqueza del país apenas pagan impuestos. El sector comercial se mantiene gracias a la manipulación del mercado y una legislación favorable. En cambio, los sectores productivos como la agro-industria y la manufactura se estancaron en la década de 1990, retrocedieron en la década pasada y, actualmente, la están destruyendo.

Los últimos gobiernos panameños han impulsado políticas públicas relacionadas con la especulación inmobiliaria y un turismo, en parte, asociado con el crimen organizado. Estas actividades, junto con los ingresos provenientes del Canal de Panamá y el aparente lavado de dinero, generan los recursos que el actual gobierne utiliza para emprender las megas obras envueltas en múltiples escándalos de corrupción. Las altas tasas de crecimiento del PIB –cerca del 10 por ciento anual– en el último lustro son atribuidas a estas actividades.

Según algunos medios “la actividad económica del país está experimentado una desaceleración en 2013”. Según cifras de la Contraloría, la economía redujo su ritmo en forma significativa. El informe sobre el producto interno bruto revela que en el primer trimestre de 2013 creció en un 7 por ciento. En el mismo período de 2012, el PIB creció a una tasa del 11. 4 por ciento.

Los medios agregan que “la tendencia a crecer menos es causada por factores internacionales. La crisis que afecta a la Unión Europea, el lento crecimiento – 2 por ciento - que experimenta EEUU y la desaceleración por la que atraviesa China impactan las actividades relacionadas con el comercio exterior”.
Según el economista Aristides Hernández, “los sectores que están marcando la desaceleración de la economía son la Zona Libre de Colón, que ha experimentado una caída del 12 por ciento, el movimiento de contenedores en el sistema portuario que cayó en un 15 por ciento y el tránsito a través del Canal de Panamá que se redujo un 9 por ciento”.

La serie de números, sin embargo, no contribuye mucho a conocer las razones de una posible reducción del crecimiento económico panameño. Más aún,  no explican porque Panamá, en la presente situación, no puede hacer algo para mitigar o modificar la tendencia que se comienza a sentir.

En forma inmediata nos corresponde cambiar el modelo económico y buscar otro equipo político que se ponga a la cabeza del país. Los grandes excedentes que está absorbiendo la economía nacional tienen que reinvertirse en el desarrollo de los sectores productivos. En primer lugar los sectores manufactureros y agropecuarios. Los políticos neoliberales panameños – si se pueden calificar con este adjetivo - han apostado a la economía mundial y han abandonado lo fundamental: la economía nacional.

Hay que poner a los panameños a trabajar y producir. De lo contrario, seremos víctimas del primer temblor que sacuda el actual arreglo internacional que depende de las importaciones agro-mineras de China y de las exportaciones de ese país, principalmente a EEUU. El Canal de Panamá seguirá pasando barcos, habrán puertos e, incluso, una zona franca. Pero si Panamá no cuenta con una población trabajadora estable y productiva con la primera sacudida se hundirá el país.

5 de septiembre de 2013

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