No se puede subestimar
los efectos de la campaña del miedo en el electorado. Corresponde a las fuerzas
progresistas cerrar filas alrededor de la propuesta del Frente Amplio. Quedarse
mirando los toros detrás de la barrera o encerrados en su propia concha
sectaria, lleva agua al molino del continuismo neoliberal.
Giovanni Beluche V. / Especial para Con Nuestra América
Ante la campaña del miedo, Villalta refuerza el encuentro con la gente, cara a cara, en barrios y ciudadades. |
El actual proceso
electoral obliga a contribuir a la toma de decisiones de una parte del
electorado que se mantiene a la expectativa. Con modestia propongo dos
reflexiones en voz alta, esta primera polemiza con la izquierda sobre la
necesidad de apoyar críticamente al Frente Amplio. En un próximo artículo
debatiremos frente a los argumentos que la derecha esgrime contra la
candidatura de José María Villalta (Frente Amplio).
El pueblo y la juventud quieren un cambio
La escalada en la
intención de votos a favor del Frente Amplio, tal como se refleja en las
encuestas, confirma que amplias franjas de la ciudadanía, sobre todo la
población joven, no está dispuesta a votar por los partidos tradicionales que
han hecho del neoliberalismo su programa político. El descontento con tanta
desigualdad, pobreza galopante y desempleo a veces toma un giro peligroso hacia
la derecha (pasó en Panamá con Martinelli). Pero en el actual proceso
electoral, el golpe de timón parece hacer un vuelco parcial hacia el progresismo.
Como de costumbre, los últimos en enterarse son los dirigentes de la mayoría de
grupos de izquierda, que fueron incapaces de dotar al pueblo costarricense de
una propuesta electoral unitaria y clasista.
Mientras los líderes de
cada agrupación nadan en el sectarismo y la autocomplacencia puritana, cuasi
religiosa, el pueblo y la juventud reclaman el cese de las consecuencias del
modelo aperturista y de libre mercado, que les ha negado un porvenir con
dignidad: pobreza, desigualdad, crisis del agro, desempleo, inseguridad
ciudadana, crisis de la CCSS, etc. Faltando menos de un mes para las
votaciones, la campaña electoral debería convertirse en una oportunidad de
reflexión colectiva sobre las consecuencias del modelo de acumulación
capitalista vigente y la necesidad de establecer un gobierno democrático,
popular, progresista, clasista y anti neoliberal que revierta sus medidas. Cada
persona que emita un voto consciente de ruptura con el paradigma de la sociedad
de mercado, estará en mejores condiciones de avanzar en sus concepciones
ideológicas.
Votar por el Frente Amplio y el debate en las izquierdas
El Frente Amplio
claramente levanta una propuesta anti neoliberal. Su programa se puede
cuestionar por contener elementos desarrollista, socialdemócratas, keynesianos
y hasta reformistas, pero es una propuesta progresista alternativa que hay que apoyar
de forma crítica. El pueblo tiene el derecho de hacer su experiencia con el
Frente Amplio y eso sería altamente progresivo. Si bien la pobreza y la desigualdad
obedecen a causas estructurales de la sociedad capitalista (que hay que
erradicar), la aplicación de medidas redistributivas ha sacado de la pobreza a
millones de personas en varios países de la región.
En vez de empujar la
carreta en esa dirección, a una parte de la izquierda se le olvidó aquello de
“analizar la realidad concreta para elaborar política concreta”. No se han dado
cuenta de que con todas sus carencias y defectos no es lo mismo el Brasil de
Lula que el de Fernando Henrique Cardoso, el Ecuador de Correa que el de Lucio
Gutiérrez, o la Bolivia de Evo Morales que la de Gonzalo Sánchez de Losada. A
algunos hasta les cuesta encontrar alguna diferencia entre Álvaro Uribe y Hugo
Chávez.
Cerrar filas contra la campaña del miedo y en favor del
Frente Amplio
Durante el mes que
resta de campaña electoral, las maquinarias y los millones con que cuentan los
partidos del bloque neoliberal, sobre todo el PLN y el Movimiento Libertario,
se gastarán en una campaña sucia. Ante su falta de discurso coherente y
convincente, echan mano del recurso del miedo, igual que cuando estaban
perdiendo el referéndum del TLC, cuando sin empacho se unieron PLN, Otto
Guevara, PUSC y demás hierbas aromáticas.
No se puede subestimar
los efectos de la campaña del miedo en el electorado. Corresponde a las fuerzas
progresistas cerrar filas alrededor de la propuesta del Frente Amplio. Quedarse
mirando los toros detrás de la barrera o encerrados en su propia concha
sectaria lleva agua al molino del continuismo. Que una segunda ronda se dirima
entre el Frente Amplio y el PLN sería un triunfo para todo el movimiento
popular. Si por el contrario, la campaña del miedo surte efecto, la segunda
ronda podría ser entre los dos partidos del bloque neoliberal: PLN y Movimiento
Libertario. De ese binomio saldría una nueva derrota para el pueblo y las
fuerzas progresistas. ¿Qué papel jugará cada quién para evitarlo?
Se trata de acumular fuerzas para las duras jornadas de lucha que los sectores populares, la clase trabajadora, los movimientos de la diversidad sexual, campesinos, comunidades, mujeres, ambientalistas, juventudes y pueblos indígenas seguirán dando por una sociedad con justicia social y equidad.
Este artículo es orientador de lo que corresponde en esta coyuntura de escaso tiempo para tomar la decisión correcta.Ojalá muchos lo lean y atiendan lo recomendado, estarán haciendo historia.
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