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sábado, 11 de enero de 2014

El Salvador: En la recta final, hacia la victoria

En las elecciones del 2 de febrero se disputan dos proyectos claramente diferenciados; el FMLN al lado de mayorías y al que le costó ganar pulso a pulso el respaldo mayoritario, y ARENA, que representa los intereses de grupos oligárquicos acostumbrados a que los gobiernos hicieran sus caprichos a costa del pueblo.

Norma Guevara* / Diario CoLatino

Más de 4 millones de ciudadanas y ciudadanos estamos a escasas tres semanas de una cita con la historia y el porvenir de nuestra patria, por ahora resulta evidente que la voluntad mayoritaria ha comprendido la importancia de asegurar el camino de cambios, iniciado por su propia voluntad el 15 de marzo de 2009 cuando elegimos a Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, Presidente y Vice Presidente de la República; bien lo ha dicho el Presidente, necesitamos cinco años más para consolidar los cambios realizados en favor de las mayorías de nuestro pueblo y avanzar en transformaciones importantes que consoliden un estado social y democrático de derecho.

No se trata de una frase retórica, sino de la voluntad de generar espacios para una amplia participación pluralista social y políticamente hablando, capaz de consolidar una ruta de país en el que se aseguran para la mayoría los derechos al agua, a la salud, educación, al trabajo, a la seguridad, a la justicia, a la propiedad y a la identidad. Es en este gobierno cuando más se han afirmado espacios institucionales para facilitar el desarrollo social y al mismo tiempo para ponernos a tono con requerimientos que permitan a los empresarios insertarse en la economía regional y global.

Se dice con facilidad que una elección es una fiesta cívica y democrática; es posible secundar esa expresión cuando el pueblo puede percibir con claridad la frontera existente entre sus propias necesidades, intereses y expectativas, y las de los grupos minoritarios que siempre buscarán engañarle momentáneamente para defender viejos privilegios. Las oligarquías no tienen problema en la celebración de elecciones cuando la disputa es en el mismo campo de la derecha y los partidos tradicionales; pero eso dejó de pasar en nuestro país, cuando el pueblo logró crear un partido profundamente identificado y enraizado en su historia de luchas y sueños; aquí si hay que “elegir” en el sentido estricto de la palabra; se disputan dos proyectos claramente diferenciados; el FMLN al lado de mayorías y al que le costó ganar pulso a pulso el respaldo mayoritario, y ARENA, que representa los intereses de grupos oligárquicos acostumbrados a que los gobiernos hicieran sus caprichos a costa del pueblo.

El 2 de febrero, entonces sí hay una elección auténtica, es algo más que una simple votación. Culminará un proceso político en el cual la evidencia de logros y empeños para asegurar derechos a la gente han sido la plataforma sólida a una campaña limpia, de propuestas, de ideas, y compromisos; ha logrado el reconocimiento de propios y extraños y la “vieja derecha” se ha perdido en el pasado y el odio, la mentira y la difamación sin que tal estilo sea aceptado ni por sus propios seguidores. La derecha aunque quiera no puede recuperar sus privilegios, porque el pueblo es sabio y aprende a valorar los hechos más que la demagogia.

El FMLN, Salvador y Oscar [Ortiz] ofrecieron el 2 de octubre una campaña limpia que encaja con las reglas nuevas aprobadas unánimemente en la Asamblea Legislativa que crearon un nuevo marco a la justicia electoral y deberes políticos para los actores. ARENA se quedó en el camino, como su candidato se quedó a media ruta de su desvencijado metro bus turístico queriendo cambiar de una pista de críticas acres y amargura a un diseño de hechos aparentemente positivos que están lejos de responder a la necesidad del pueblo.

El 2 de febrero es nuestra cita; todos somos necesarios para el futuro progresista y democrático de nuestro país, nadie se puede quedar en casa creyendo que otros resolverán por nosotros. Hay que reconocer especialmente a las decenas de miles de patriotas que ya se han comprometido y se preparan para administrar y vigilar el proceso de votación como miembros de Juntas Receptoras de Votos, como Vigilantes, como Supervisores, Orientadores, Logísticos y como Jefes y Jefas de Centros de votación. El requerimiento en esta elección es más alto por la generalización del voto residencial; se triplicarán las jefaturas para servir en sitios más cercanos a la ciudadanía.

En el FMLN a esa inmensa organización de voluntarias y voluntarios le llamamos Ejército Político Electoral, quienes serán las y los defensores de la voluntad del pueblo, haciendo un inmenso servicio a la democracia del país. Por eso debemos estar prestos a apoyar a cada destacamento en su lugar de servicio y  acudir a esa cita histórica reafirmando nuestra voluntad de mantenernos en el camino de los cambios positivos para nuestro pueblo, votando por el FMLN. La mayoría afirma claramente su voluntad de no retroceder al pasado, consolidemos esa voluntad participando, ejerciendo el sufragio y defendiendo nuestro voto.


*Diputada del FMLN

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