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sábado, 15 de marzo de 2014

Honduras: ¿Es posible defender los derechos humanos donde el derecho ha muerto?

Cuando el derecho ha muerto solo es posible defender los derechos humanos junto al pueblo organizado, movilizado en resistencia, unidos en la diversidad con el movimiento social para transformar las condiciones de sumisión infrahumana en que vive el pueblo hondureño.

Juan Almendares / Especial para Con Nuestra América

“El Derecho ha muerto si el Derecho no defiende a quien tiene que defender porque es víctima del Poder", "Si se cumpliera el 50% del la Declaración de Derechos Humanos, la situación del mundo y de la gente sería infinitamente mejor"...
“¿Qué es lo que tenemos nosotros para oponer a esto? No tenemos poder, no estamos en el gobierno, no tenemos multinacionales, no dominamos la finanza especulativa mundial, no tenemos nada de eso. ¿Qué es lo que tenemos, entonces, para oponer? Nada más que la conciencia. La conciencia sobre los hechos, la conciencia de mi propio derecho, la conciencia de que soy un ser humano  -sencillamente un ser humano, y que no quiero ser más que eso- la conciencia de que lo que está en el mundo me pertenece -no en el sentido de propiedad, me pertenece como responsabilidad, me pertenece como derecho a saber, como derecho a intervenir, como derecho a cambiar-. Eso se llama la conciencia… La alternativa al Neoliberalismo es la conciencia”. 
José Saramago.

Partimos de la realidad concreta de Honduras, el país con la tasa de homicidios mas alta del mundo, seis millones viven en la pobreza de una población total de 8.5 millones. ¿Somos el país más violento del mundo, o sufrimos la violencia extrema de la explotación humana y degradación ambiental del modelo extractivo minero y agroexportador del sistema capitalista? ¿Es posible vivir en una democracia y respetar los derechos humanos en un territorio ocupado militarmente por los Estados Unidos de América? ¿Es posible la democracia sin respeto a los derechos humanos,  o se pueden defender los derechos humanos cuando no existe democracia? ¿Es la militarización de la sociedad en nombre de seguridad ciudadana y el plan Mérida contra las drogas,  la garantía del respeto a los derechos humanos?

¿Es el Estado hondureño frágil y débil frente a la hegemonía de los países dominantes,  y fuertemente militarizado para reprimir a  la población civil y servir de portaviones del Pentágono para frenar la lucha de liberación de los pueblos de América Latina? ¿Somos un Estado de derecho sin derechos sociales ni humanos? ¿Estamos ante  una guerra total contra el pueblo, que no solo es militar sino  es de naturaleza  mediática, económica, política, jurídica, ideológica, y fundamentalista?  ¿Por qué se trata de invisibilizar la presencia  de la contrainsurgencia  foránea?

La defensa de los derechos humanos es esencial para justificar la democracia y una figura relevante es el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Ombusman), que en Honduras puede ser hombre o mujer. Además de ser  un cargo honorífico, es de lo mas remunerativo, de  larga duración e independencia de los poderes del gobierno. Durante el proceso del golpe militar del 28 de junio del 2009, el actual Comisionado legitimó y avaló este proceso, lo cual produjo el desconocimiento nacional y mundial de la persona que dirigía esta entidad. Después de ejercer el cargo durante seis años, el período  vence el 14 de marzo del 2014.

La elección del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), ha adquirido una relevancia nacional, a pesar de que la decisión del Congreso Nacional solo requiere la mitad más uno de los diputados, y las alianzas partidarias que favorecen el gobierno actual tienen  el control relativo de este poder.

El Comando Sur y los derechos humanos

El 11 de febrero del 2014 fueron invitadas  las organizaciones no gubernamentales (ONG) y dirigentes de los derechos humanos por la Embajada de Estados Unidos de América en Honduras, a una mesa redonda sobre el tema: El Estado de Derecho  y los Derechos Humanos (DH), con el Secretario Adjunto de Estado para Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, William R. Brownfield, y el Comandante del Comando Sur, el General John F. Kelly. El Secretario Adjunto salió de Honduras el 12 de febrero. Por su parte, el General Kelly el 13 de febrero, después de reunirse con el personal militar estadounidense de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, acantonado en la Base Aérea Soto Cano.

Esta reunión sobre DH con el Comando Sur,  que ocurría por primera vez en Honduras, la vamos a relatar por su relevancia histórica del significado de las implicaciones  político militares con los derechos humanos. El General Kelly expresó: que el respeto a los derechos humanos era una condición fundamental para la asistencia militar de EUA a Honduras y preguntó a las organizaciones presentes la opinión sobre esas relaciones y la situación de DH en Honduras.

En mi calidad de defensor de los derechos humanos del pueblo hondureño manifesté lo siguiente: “He sido un luchador histórico contra la presencia de las bases militares de EUA en Honduras y contra la política intervencionista bajo el pretexto de la Seguridad que ha contribuido a las violaciones de los derechos humanos en Honduras”. El General Kelly, con su talante militar, me respondió en forma categórica elevando el tono de su voz: “¡Señor, los Estados Unidos no tienen bases militares en Honduras; lo que existen son misiones y asistencia de buena voluntad, servicios médicos y trabajo humanitario”.

Luego continué mi discurso: reitero que sí existen bases militares y que la política estadounidense obliga a un país paupérrimo a gastar en armas, y lo que tenemos en Honduras una guerra contra el pueblo… El General Kelly, con un tono de voz mas fuerte, como quien se dirige a su tropa manifestó: “Señor, usted quiere que se vaya la asistencia militar de Estados Unidos de Honduras”; a lo cual respondí con la voz respetuosa, suave y firme: precisamente eso es lo que quiere decir que se vaya la asistencia militar estadounidense. No se rechaza  la solidaridad del pueblo norteamericano basada en el respeto mutuo. Tengo un gran respeto y amor  por la lucha que se libra en Estados Unidos contra la guerra.

A continuación, el General Kelly le preguntó a cada una de las organizaciones y personas hondureñas: “¿Usted o ustedes están de acuerdo con este Señor -me señalaba a cada momento- de que se vaya la asistencia militar de Honduras?” Mi posicionamiento era solitario, a excepción de un colega defensor que le manifestó al General Kelly que esa persona a la que le llamaba ¡Señor! era una persona muy respetada en la comunidad nacional e internacional como defensor de los derechos humanos. Después de esta reunión llegué a la simple conclusión de que, para el Comando Sur, las bases militares son una ficción que ha inventado la imaginación de los verdaderos luchadores por los derechos humanos.

Proceso de elección del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos
Ante el escenario de violaciones graves violaciones a los derechos humanos y políticas represivas en Honduras  nos formulamos las siguientes preguntas sobre la elección del Ombudsman: ¿Es posible la existencia de un proceso limpio y democrático en la selección del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en un país donde se criminaliza a los defensores y defensoras de los derechos humanos, tal como ocurrió con la abogada Marlen Cruz, que fue detenida, humillada y ultrajada  por defender los derechos de los campesinos?

 ¿Tomó el Congreso en cuenta la transparencia y la rendición de cuentas?

¿Fue considerada  la concepción y práctica de los derechos humanos  de los integrantes de la Comisión que hará la propuesta al Congreso?

¿Por qué no se tomó en cuenta al pueblo y a todos los sectores sociales en la elaboración de los criterios de selección?

Desde luego, prevalecieron los criterios partidarios. Los integrantes de la Comisión no pueden tener criterios independientes porque ellos y ellas, como miembros de partidos, están sujetos a los dictados de los partidos que participaron en el golpe de Estado Militar y otras fuerzas que estuvieron en contra del golpe. Sin embargo, para las organizaciones nacionales e internacionales -con excepción de una minoría- el golpe de Estado fue uno de los actos horrendos que violó los derechos humanos y cuyas consecuencias todavía siguen en la impunidad.

Para nosotros, las leyes en las cuales han participado algunos integrantes de la Comisión de Selección, tales como las Zonas Especiales de Desarrollo (“ciudades modelo”), o las Zonas económicas de desarrollo y trabajo, donde se entrega el territorio nacional, son violatorias a la soberanía nacional, a la autodeterminación , la cultura y los derechos de las comunidades: o sea la enajenación del territorio nacional.

En consecuencia debió explicarse  al pueblo bajo que criterios  se produjo la selección de los miembros de la Comisión Legislativa. Esta comisión a nuestro juicio debería haber estado integrada por sectores de la sociedad que no fueran diputados del Congreso Nacional y que tuvieran una historia y trabajo sustancial en la defensa de los DH.

Sobre los temas que evaluará la Comisión no se consideran las posiciones políticas, ideológicas, y práctica de los derechos humanos. Para citar un ejemplo: ¿cómo evaluará  un miembro de la Comisión, que fue partidario del golpe militar y la enajenación del territorio, a un defensor de los derechos humanos que considera que todos y todas aquellas personas que participaron el golpe militar y en la creación de leyes represivas, son violadores de los DH? Definitivamente, la  opinión del miembro de la Comisión será en contra  y por lo tanto este defensor será excluido, y el que esté a favor del golpe o sea funcionario del Estado, y que limpie el rostro de Honduras a nivel internacional sobre las violaciones a los derechos humanos, será favorecido.

El proceso  de selección está basado en el conocimiento de la Constitución  y leyes del país que, dicho sea de paso, son miles y que nunca se aplican, y cuando se hace es para defender los intereses de los poderosos  y las multinacionales.

La valoración se hace en base al “derecho de papel”, pero no en la práctica y la historia de los defensores y defensoras de los derechos humanos.

La Comisión ha tomado en cuenta  algunos conceptos, por ejemplo patria (me gusta más el término matria). Según la Constitución enajenar el territorio nacional es traición a la patria. Algunos candidatos o candidatas,  así como la Comisión de Selección, debemos preguntarnos: ¿en qué forma se ha participado en la defensa o en las violaciones de los derechos humanos de las comunidades indígenas, campesinas, garífunas, el derecho al agua, a la Madre Tierra, soberanía alimentaria y los derechos de la Mujer y la niñez?

¿Por qué no tienen derecho a ser Comisionado Nacional de los Derechos Humanos los que no tienen título universitario? Esta ley es discriminativa y excluyente.

Sobre la nacionalidad, podemos decir que esta es negada con la ocupación militar estadounidense. La identidad nacional está fundamentada en el derecho a ser y a tener dignidad, libertad y justicia social. Pero la elección misma del Comisionado está basada un derecho a ser negado como defensor y defensora de los derechos humanos.

Cuando la Comisión nos pregunta sobre la idoneidad del Comisionado, solo cabe preguntarse a quién defiende el Comisionado: a las clases poderosas o a los pobres. El diseño de esta selección está basado en defender los interés de los poderosos  y de las grandes multinacionales: ¿por qué no preguntan cuál es la posición del comisionado frente a las empresas del modelo extractivo minero y agroexportador, o sobre las bases militares  estadounidenses?

La forma de selección está muy alejada del concepto y práctica de un defensor o defensora que tenga un trabajo real , objetivo y de conciencia solidaria con el pueblo.

El retiro de la candidatura al cargo de Defensor del Pueblo

A partir de lo anterior retiré mi candidatura al cargo de Comisionado Nacional de Derechos Humanos, porque no puedo avalar un proceso  que no es trasparente ni está basado en la rendición de cuentas  de cuentas.

Cuando el derecho ha muerto solo es posible defender los derechos humanos junto al pueblo organizado, movilizado en resistencia, unidos en la diversidad con el movimiento social para transformar las condiciones de sumisión infrahumana en que vive el pueblo hondureño, y ser siempre solidarios con la lucha por la dignidad histórica de los pueblos de América Latina

Como dice Saramago: “Hay personas  que no pueden ser  vendidas porque no pueden ser compradas”. Siempre he sido y sigo siendo Defensor del Pueblo con amor, solidaridad a todos los seres,  sea o no Comisionado Nacional de los Derechos Humanos.

La alternativa al neoliberalismo y a la entrega a la soberanía y a la violación de los derechos humanos es la conciencia. La conciencia social histórica de ser pueblos con dignidad y defensa de sus territorios, lugar y cultura.       

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