Cuando el derecho ha muerto solo es posible defender los derechos
humanos junto al pueblo organizado, movilizado en resistencia, unidos en la
diversidad con el movimiento social para transformar las condiciones de
sumisión infrahumana en que vive el pueblo hondureño.
Juan Almendares / Especial para
Con Nuestra América
“El Derecho
ha muerto si el Derecho no defiende a quien tiene que defender porque es
víctima del Poder", "Si se cumpliera el 50% del la Declaración de
Derechos Humanos, la situación del mundo y de la gente sería infinitamente
mejor"...
“¿Qué es lo que tenemos nosotros para
oponer a esto? No tenemos poder, no estamos en el gobierno, no tenemos
multinacionales, no dominamos la finanza especulativa mundial, no tenemos nada
de eso. ¿Qué es lo que tenemos, entonces, para oponer? Nada más que la
conciencia. La conciencia sobre los hechos, la conciencia de mi propio derecho,
la conciencia de que soy un ser humano -sencillamente un ser humano, y que no quiero
ser más que eso- la conciencia de que lo que está en el mundo me pertenece -no
en el sentido de propiedad, me pertenece como responsabilidad, me pertenece
como derecho a saber, como derecho a intervenir, como derecho a cambiar-. Eso
se llama la conciencia… La alternativa al Neoliberalismo es la conciencia”.
José Saramago.
Partimos de la realidad
concreta de Honduras, el país con la tasa de homicidios mas alta del mundo,
seis millones viven en la pobreza de una población total de 8.5 millones.
¿Somos el país más violento del mundo, o sufrimos la violencia extrema de la
explotación humana y degradación ambiental del modelo extractivo minero y
agroexportador del sistema capitalista? ¿Es posible vivir en una democracia y
respetar los derechos humanos en un territorio ocupado militarmente por los
Estados Unidos de América? ¿Es posible la democracia sin respeto a los derechos
humanos, o se pueden defender los derechos humanos cuando no existe
democracia? ¿Es la militarización de la sociedad en nombre de seguridad
ciudadana y el plan Mérida contra las drogas, la garantía del respeto a
los derechos humanos?
¿Es el Estado hondureño
frágil y débil frente a la hegemonía de los países dominantes, y
fuertemente militarizado para reprimir a la población civil y servir de
portaviones del Pentágono para frenar la lucha de liberación de los pueblos de
América Latina? ¿Somos un Estado de derecho sin derechos sociales ni humanos?
¿Estamos ante una guerra total contra el pueblo, que no solo es militar
sino es de naturaleza mediática, económica, política, jurídica,
ideológica, y fundamentalista? ¿Por qué se trata de invisibilizar la
presencia de la contrainsurgencia foránea?
La defensa de los
derechos humanos es esencial para justificar la democracia y una figura
relevante es el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Ombusman), que en
Honduras puede ser hombre o mujer. Además de ser un cargo honorífico, es
de lo mas remunerativo, de larga duración e independencia de los poderes
del gobierno. Durante el proceso del golpe militar del 28 de junio del 2009, el
actual Comisionado legitimó y avaló este proceso, lo cual produjo el
desconocimiento nacional y mundial de la persona que dirigía esta entidad.
Después de ejercer el cargo durante seis años, el período vence el 14 de
marzo del 2014.
La elección del
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), ha adquirido una
relevancia nacional, a pesar de que la decisión del Congreso Nacional solo
requiere la mitad más uno de los diputados, y las alianzas partidarias que
favorecen el gobierno actual tienen el control relativo de este poder.
El Comando Sur y los
derechos humanos
El 11 de febrero del 2014
fueron invitadas las organizaciones no gubernamentales (ONG) y dirigentes
de los derechos humanos por la Embajada de Estados Unidos de América en
Honduras, a una mesa redonda sobre el tema: El Estado de Derecho y los
Derechos Humanos (DH), con el Secretario Adjunto de Estado para Asuntos Internacionales de
Narcóticos y Aplicación de la Ley, William R. Brownfield, y el Comandante del
Comando Sur, el General John F. Kelly. El Secretario Adjunto salió
de Honduras el 12 de febrero. Por su parte, el General Kelly el 13 de febrero,
después de reunirse con el personal militar estadounidense de la Fuerza de
Tarea Conjunta Bravo, acantonado en la Base Aérea Soto Cano.
Esta reunión sobre DH con
el Comando Sur, que ocurría por primera vez en Honduras, la vamos a
relatar por su relevancia histórica del significado de las implicaciones
político militares con los derechos humanos. El General Kelly expresó:
que el respeto a los derechos humanos era una condición fundamental para la
asistencia militar de EUA a Honduras y preguntó a las organizaciones presentes
la opinión sobre esas relaciones y la situación de DH en Honduras.
En mi calidad de defensor
de los derechos humanos del pueblo hondureño manifesté lo siguiente: “He sido
un luchador histórico contra la presencia de las bases militares de EUA en
Honduras y contra la política intervencionista bajo el pretexto de la Seguridad
que ha contribuido a las violaciones de los derechos humanos en Honduras”. El
General Kelly, con su talante militar, me respondió en forma categórica
elevando el tono de su voz: “¡Señor, los Estados Unidos no tienen bases
militares en Honduras; lo que existen son misiones y asistencia de buena
voluntad, servicios médicos y trabajo humanitario”.
Luego continué mi
discurso: reitero que sí existen bases militares y que la política
estadounidense obliga a un país paupérrimo a gastar en armas, y lo que tenemos
en Honduras una guerra contra el pueblo… El General Kelly, con un tono de voz
mas fuerte, como quien se dirige a su tropa manifestó: “Señor, usted quiere que
se vaya la asistencia militar de Estados Unidos de Honduras”; a lo cual
respondí con la voz respetuosa, suave y firme: precisamente eso es lo que
quiere decir que se vaya la asistencia militar estadounidense. No se
rechaza la solidaridad del pueblo norteamericano basada en el respeto
mutuo. Tengo un gran respeto y amor por la lucha que se libra en Estados
Unidos contra la guerra.
A continuación, el
General Kelly le preguntó a cada una de las organizaciones y personas
hondureñas: “¿Usted o ustedes están de acuerdo con este Señor -me señalaba a
cada momento- de que se vaya la asistencia militar de Honduras?” Mi
posicionamiento era solitario, a excepción de un colega defensor que le
manifestó al General Kelly que esa persona a la que le llamaba ¡Señor! era una
persona muy respetada en la comunidad nacional e internacional como defensor de
los derechos humanos. Después de esta reunión llegué a la simple conclusión de
que, para el Comando Sur, las bases militares son una ficción que ha inventado
la imaginación de los verdaderos luchadores por los derechos humanos.
Proceso de elección del Comisionado Nacional de los
Derechos Humanos
Ante el
escenario de violaciones graves violaciones a los derechos humanos y políticas
represivas en Honduras nos formulamos
las siguientes preguntas sobre la elección del Ombudsman: ¿Es posible la existencia de un proceso limpio y democrático en la
selección del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en un país donde se
criminaliza a los defensores y defensoras de los derechos humanos, tal como
ocurrió con la abogada Marlen Cruz, que fue detenida, humillada y
ultrajada por defender los derechos de
los campesinos?
¿Tomó el Congreso en cuenta la
transparencia y la rendición de cuentas?
¿Fue considerada la concepción
y práctica de los derechos humanos de
los integrantes de la Comisión que hará la propuesta al Congreso?
¿Por qué no se tomó en cuenta al pueblo y a todos los sectores
sociales en la elaboración de los criterios de selección?
Desde luego, prevalecieron los criterios partidarios. Los integrantes
de la Comisión no pueden tener criterios independientes porque ellos y ellas,
como miembros de partidos, están sujetos a los dictados de los partidos que participaron
en el golpe de Estado Militar y otras fuerzas que estuvieron en contra del
golpe. Sin embargo, para las organizaciones nacionales e internacionales -con
excepción de una minoría- el golpe de Estado fue uno de los actos horrendos que
violó los derechos humanos y cuyas consecuencias todavía siguen en la
impunidad.
Para nosotros, las leyes en las cuales han participado algunos
integrantes de la Comisión de Selección, tales como las Zonas Especiales de
Desarrollo (“ciudades modelo”), o las Zonas económicas de desarrollo y trabajo,
donde se entrega el territorio nacional, son violatorias a la soberanía
nacional, a la autodeterminación , la cultura y los derechos de las
comunidades: o sea la enajenación del territorio nacional.
En consecuencia debió explicarse
al pueblo bajo que criterios se
produjo la selección de los miembros de la Comisión Legislativa. Esta comisión
a nuestro juicio debería haber estado integrada por sectores de la sociedad que
no fueran diputados del Congreso Nacional y que tuvieran una historia y trabajo
sustancial en la defensa de los DH.
Sobre los temas que evaluará la Comisión no se consideran las
posiciones políticas, ideológicas, y práctica de los derechos humanos. Para
citar un ejemplo: ¿cómo evaluará un
miembro de la Comisión, que fue partidario del golpe militar y la enajenación
del territorio, a un defensor de los derechos humanos que considera que todos y
todas aquellas personas que participaron el golpe militar y en la creación de
leyes represivas, son violadores de los DH? Definitivamente, la opinión del miembro de la Comisión será en
contra y por lo tanto este defensor será
excluido, y el que esté a favor del golpe o sea funcionario del Estado, y que
limpie el rostro de Honduras a nivel internacional sobre las violaciones a los
derechos humanos, será favorecido.
El proceso de selección está
basado en el conocimiento de la Constitución
y leyes del país que, dicho sea de paso, son miles y que nunca se
aplican, y cuando se hace es para defender los intereses de los poderosos y las multinacionales.
La valoración se hace en base al “derecho de papel”, pero no en la
práctica y la historia de los defensores y defensoras de los derechos humanos.
La Comisión ha tomado en cuenta
algunos conceptos, por ejemplo patria (me gusta
más el término matria). Según la Constitución enajenar el territorio nacional
es traición a la patria. Algunos candidatos o candidatas, así como la
Comisión de Selección, debemos preguntarnos: ¿en qué forma se ha participado en
la defensa o en las violaciones de los derechos humanos de las comunidades
indígenas, campesinas, garífunas, el derecho al agua, a la Madre Tierra,
soberanía alimentaria y los derechos de la Mujer y la niñez?
¿Por qué no tienen derecho a ser Comisionado
Nacional de los Derechos Humanos los que no tienen título universitario? Esta
ley es discriminativa y excluyente.
Sobre la nacionalidad, podemos decir que esta es
negada con la ocupación militar estadounidense. La
identidad nacional está fundamentada en el derecho a ser y a tener dignidad,
libertad y justicia social. Pero la elección misma del Comisionado está basada
un derecho a ser negado como defensor y defensora de los derechos humanos.
Cuando la Comisión nos pregunta sobre la idoneidad del Comisionado,
solo cabe preguntarse a quién defiende el Comisionado: a las clases poderosas o
a los pobres. El diseño de esta selección está basado en defender los interés
de los poderosos y de las grandes
multinacionales: ¿por qué no preguntan cuál es la posición del comisionado
frente a las empresas del modelo extractivo minero y agroexportador, o sobre
las bases militares estadounidenses?
La forma de selección está muy alejada del concepto y práctica de un
defensor o defensora que tenga un trabajo real , objetivo y de conciencia solidaria
con el pueblo.
El retiro de la
candidatura al cargo de Defensor del Pueblo
A partir de lo anterior retiré mi candidatura al cargo de Comisionado
Nacional de Derechos Humanos, porque no puedo avalar un proceso que no es trasparente ni está basado en la
rendición de cuentas de cuentas.
Cuando el derecho ha muerto solo es posible defender los derechos
humanos junto al pueblo organizado, movilizado en resistencia, unidos en la
diversidad con el movimiento social para transformar las condiciones de sumisión
infrahumana en que vive el pueblo hondureño, y ser siempre solidarios con la
lucha por la dignidad histórica de los pueblos de América Latina
Como dice Saramago: “Hay personas
que no pueden ser vendidas porque
no pueden ser compradas”. Siempre he sido y sigo siendo Defensor del Pueblo con
amor, solidaridad a todos los seres, sea
o no Comisionado Nacional de los Derechos Humanos.
La alternativa al neoliberalismo y a la entrega a la soberanía y a la violación de los derechos humanos es la conciencia. La conciencia social histórica de ser pueblos con dignidad y defensa de sus territorios, lugar y cultura.
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