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sábado, 5 de abril de 2014

Ecuador: El presidente y el socialismo

La recuperación del socialismo como opción ha venido al mundo de la mano de los regímenes de Nueva Izquierda en América Latina. Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador están a la vanguardia sudamericana por un “socialismo del siglo XXI”. Este “socialismo moderno”, como también lo ha calificado el presidente Correa, ni atenta contra la empresa privada, ni busca eliminar la propiedad.

Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo

I

En su enlace ciudadano 363 (01/03/14), el presidente Rafael Correa analizó el PIB-enfoque ingresos (reparto del ingreso nacional), asegurando que este era un punto clave para la Revolución Ciudadana, que permite “saber si está mejorando la justicia social”; pues “esto nos define como de izquierda o no”; y además: “esto es uno de los fundamentos del socialismo del siglo XXI”.

El Presidente dijo que el tema inspiró a Marx, “y la respuesta marxista fue eliminar la propiedad privada para que no haya gran remuneración al capital”, añadiendo: “a nadie se le puede ocurrir eso en el siglo XXI”; y luego: “pero sabemos que en el siglo XXI eso no cabe; el remedio es más caro que la enfermedad”; para concluir: “el problema, de todos modos, existe: cuánto capta la clase trabajadora y cuánto captan los dueños de los medios de producción, los dueños del capital”.

De acuerdo con el Presidente, en Ecuador todavía el 4% (patronos) se lleva el 33% del ingreso nacional; mientras el 54% (trabajadores) obtiene otro 33%; en tanto un 42% (trabajadores no-remunerados) se lleva el 29%.

El Presidente argumentó: “Hay que dar respuestas inteligentes para ese problema” y añadió: “en el siglo XXI existen esas respuestas, y la estamos dando como revolución”, señalando las vías: “mejores políticas laborales, mejores políticas de salarios, incremento de salarios, democratización de la propiedad del capital, pero también con un buen sistema de impuestos redistributivos”, de manera de “sacarles un poco a estas gentes que ganan tanto y mandarlo un poco acá, sobre todo a los más pobres”.

El asunto ha pasado desapercibido. Pero el Presidente introdujo así un tema crucial para el debate entre las izquierdas: ¿qué es el capitalismo hoy? y ¿qué socialismo queremos? Porque el capitalismo actual no es el que Marx examinó, el socialismo estatista se derrumbó, y es cierto que hoy es posible un “capitalismo social” con redistribución del ingreso nacional.

Para Marx la abolición de la propiedad privada no era un asunto de redistribución de la riqueza, sino un hecho necesario y hasta “inevitable” por dos razones: ser fuente de la explotación de los trabajadores (ley de la plusvalía) y contradecir la socialización de las fuerzas productivas.

Sin embargo, el capitalismo se define por dos condiciones: la propiedad privada y el trabajo asalariado. De manera que el socialismo, lo que verdaderamente desafía, es al sistema de propiedad privada de los medios de producción.

II

En su enlace ciudadano 363 (01/03/14), el presidente Rafael Correa enfatizó en la redistribución de la riqueza, sin eliminación de la propiedad privada. En el siguiente enlace (364, del 08/03/2014), el Presidente destacó como “una buena noticia” la visita de Muhtar Kent, presidente de Coca Cola, y su futura inversión de 1.000 millones de dólares en Ecuador, añadiendo: “Bienvenida esa inversión extranjera… La mala gente, la mala fe, dicen que el Gobierno está contra la inversión extranjera… Y en buena hora que se invierta del extranjero… Bienvenidos los inversionistas que no buscan evadir impuestos, explotar la mano de obra, irrespetar la naturaleza”.

En el mismo enlace, el presidente Correa resaltó a los emprendedores tungurahuenses y concluyó: “Así es que un saludo cariñoso a Tungurahua y todo el apoyo del Gobierno Nacional, que es el gobierno de los empresarios.

Algunas veces se cree que la derecha es la de los empresarios. No, señores. El socialismo moderno, el socialismo del siglo XXI, sabe que necesitamos empresarios, de esa gente que crea, de esa gente que toma riesgos, de esa gente que genera valor, que genera empleo. El objetivo del socialismo del siglo XXI, el objetivo de la Revolución Ciudadana, es tener en nuestro país quince millones de empresarios. Así es que vivan los empresarios, sobre todo los pequeños empresarios de la patria, nuestros artesanos de aquí, de Tisaleo”.

En el siguiente enlace (365, del 15/03/2014), el Presidente anunció que Carlos Marx Carrasco es el nuevo Ministro de Relaciones Laborales y añadió: “Nosotros somos socialistas, estamos con la clase trabajadora, estamos con el trabajo humano, estamos con la supremacía del ser humano sobre el capital”.

Los conceptos expuestos por el presidente Correa no han merecido la atención debida. Sin embargo, introdujeron elementos teóricos que desafían al pensamiento tradicional de la izquierda y, sobre todo, de la marxista, porque el ‘socialismo’ que requiere de la empresa privada, del capital extranjero, ambos subordinados al ser humano y con fuerte redistribución de la riqueza, es en verdad un ‘capitalismo social’ que nunca pudo examinar Karl Marx, que ha demostrado ser capaz de solucionar condiciones sociales (ejemplos: Canadá y varios países europeos), y que es un camino distinto al socialismo marxista, que debía edificarse necesariamente sobre la eliminación del capital, por ser la relación social en la que se origina la explotación a la fuerza de trabajo.

III

Karl Marx (1818-1883) estudió el capitalismo de libre-competencia, levantado sobre la miseria del proletariado europeo. V. I. Lenin (1870-1924) avanzó en la comprensión del “imperialismo” como fase del capitalismo monopolista. Ninguno pudo examinar la solución de la crisis capitalista de los años 30 mediante el “New Deal” de F. D. Roosevelt (1882-1945), ni vivió el nacimiento de la “economía social de mercado” en la Alemania de la postguerra mundial, que luego se extendió por Europa.

Esos nuevos modelos de “capitalismo social” mejoraron sustancialmente las condiciones de vida y de trabajo. En varios países de Europa y en Canadá el capitalismo social produjo “Estados de bienestar”, basados en una combinación de empresa privada, intervencionismo económico estatal, educación pública, seguridad social universal y redistribución de la riqueza.

El derrumbe mundial del socialismo desestabilizó no solo a la teoría marxista, sino a la posibilidad de concebir un “socialismo” distinto al estatista-soviético y capaz de superar al capitalismo como régimen histórico. Pero en Marx está muy claro que el socialismo se define por la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y la extinción del sistema capitalista de clases sociales.

La recuperación del socialismo como opción ha venido al mundo de la mano de los regímenes de Nueva Izquierda en América Latina. Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador están a la vanguardia sudamericana por un “socialismo del siglo XXI”. Este “socialismo moderno”, como también lo ha calificado el presidente Correa, ni atenta contra la empresa privada, ni busca eliminar la propiedad.

¿Dónde está la diferencia con el socialismo marxista? El nuevo socialismo articula empresa privada con inversión pública e intervencionismo económico estatal, amplias políticas sociales y firmes medidas para redistribuir la riqueza. Económicamente es una nueva modalidad de “capitalismo social”. La diferencia está en lo político: la captación del Estado, para desplazar los intereses de las burguesías/oligarquías e imponer la hegemonía de los ciudadanos y sectores populares. Es un sistema de capitalismo social y Estado popular, a la vez que una oportunidad histórica en América Latina, que no la han sabido comprender las izquierdas ortodoxas, aunque este “socialismo” resulta absolutamente repudiable para las burguesías y para los intereses imperialistas.


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