La recuperación del
socialismo como opción ha venido al mundo de la mano de los regímenes de Nueva
Izquierda en América Latina. Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Evo
Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador están a la vanguardia
sudamericana por un “socialismo del siglo XXI”. Este “socialismo moderno”, como
también lo ha calificado el presidente Correa, ni atenta contra la empresa
privada, ni busca eliminar la propiedad.
Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo
I
En su enlace ciudadano
363 (01/03/14), el presidente Rafael Correa analizó el PIB-enfoque ingresos
(reparto del ingreso nacional), asegurando que este era un punto clave para la
Revolución Ciudadana, que permite “saber si está mejorando la justicia social”;
pues “esto nos define como de izquierda o no”; y además: “esto es uno de los
fundamentos del socialismo del siglo XXI”.
El Presidente dijo que el
tema inspiró a Marx, “y la respuesta marxista fue eliminar la propiedad privada
para que no haya gran remuneración al capital”, añadiendo: “a nadie se le puede
ocurrir eso en el siglo XXI”; y luego: “pero sabemos que en el siglo XXI eso no
cabe; el remedio es más caro que la enfermedad”; para concluir: “el problema,
de todos modos, existe: cuánto capta la clase trabajadora y cuánto captan los
dueños de los medios de producción, los dueños del capital”.
De acuerdo con el
Presidente, en Ecuador todavía el 4% (patronos) se lleva el 33% del ingreso
nacional; mientras el 54% (trabajadores) obtiene otro 33%; en tanto un 42%
(trabajadores no-remunerados) se lleva el 29%.
El Presidente argumentó:
“Hay que dar respuestas inteligentes para ese problema” y añadió: “en el siglo
XXI existen esas respuestas, y la estamos dando como revolución”, señalando las
vías: “mejores políticas laborales, mejores políticas de salarios, incremento
de salarios, democratización de la propiedad del capital, pero también con un
buen sistema de impuestos redistributivos”, de manera de “sacarles un poco a
estas gentes que ganan tanto y mandarlo un poco acá, sobre todo a los más
pobres”.
El asunto ha pasado
desapercibido. Pero el Presidente introdujo así un tema crucial para el debate
entre las izquierdas: ¿qué es el capitalismo hoy? y ¿qué socialismo queremos?
Porque el capitalismo actual no es el que Marx examinó, el socialismo estatista
se derrumbó, y es cierto que hoy es posible un “capitalismo social” con
redistribución del ingreso nacional.
Para Marx la abolición de
la propiedad privada no era un asunto de redistribución de la riqueza, sino un
hecho necesario y hasta “inevitable” por dos razones: ser fuente de la
explotación de los trabajadores (ley de la plusvalía) y contradecir la
socialización de las fuerzas productivas.
Sin embargo, el
capitalismo se define por dos condiciones: la propiedad privada y el trabajo
asalariado. De manera que el socialismo, lo que verdaderamente desafía, es al
sistema de propiedad privada de los medios de producción.
II
En su enlace ciudadano
363 (01/03/14), el presidente Rafael Correa enfatizó en la redistribución de la
riqueza, sin eliminación de la propiedad privada. En el siguiente enlace (364,
del 08/03/2014), el Presidente destacó como “una buena noticia” la visita de
Muhtar Kent, presidente de Coca Cola, y su futura inversión de 1.000 millones
de dólares en Ecuador, añadiendo: “Bienvenida esa inversión extranjera… La mala
gente, la mala fe, dicen que el Gobierno está contra la inversión extranjera… Y
en buena hora que se invierta del extranjero… Bienvenidos los inversionistas
que no buscan evadir impuestos, explotar la mano de obra, irrespetar la
naturaleza”.
En el mismo enlace, el
presidente Correa resaltó a los emprendedores tungurahuenses y concluyó: “Así
es que un saludo cariñoso a Tungurahua y todo el apoyo del Gobierno Nacional,
que es el gobierno de los empresarios.
Algunas veces se cree que
la derecha es la de los empresarios. No, señores. El socialismo moderno, el
socialismo del siglo XXI, sabe que necesitamos empresarios, de esa gente que
crea, de esa gente que toma riesgos, de esa gente que genera valor, que genera
empleo. El objetivo del socialismo del siglo XXI, el objetivo de la Revolución
Ciudadana, es tener en nuestro país quince millones de empresarios. Así es que
vivan los empresarios, sobre todo los pequeños empresarios de la patria,
nuestros artesanos de aquí, de Tisaleo”.
En el siguiente enlace
(365, del 15/03/2014), el Presidente anunció que Carlos Marx Carrasco es el
nuevo Ministro de Relaciones Laborales y añadió: “Nosotros somos socialistas,
estamos con la clase trabajadora, estamos con el trabajo humano, estamos con la
supremacía del ser humano sobre el capital”.
Los conceptos expuestos
por el presidente Correa no han merecido la atención debida. Sin embargo,
introdujeron elementos teóricos que desafían al pensamiento tradicional de la
izquierda y, sobre todo, de la marxista, porque el ‘socialismo’ que requiere de
la empresa privada, del capital extranjero, ambos subordinados al ser humano y
con fuerte redistribución de la riqueza, es en verdad un ‘capitalismo social’
que nunca pudo examinar Karl Marx, que ha demostrado ser capaz de solucionar
condiciones sociales (ejemplos: Canadá y varios países europeos), y que es un
camino distinto al socialismo marxista, que debía edificarse necesariamente sobre
la eliminación del capital, por ser la relación social en la que se origina la
explotación a la fuerza de trabajo.
III
Karl Marx (1818-1883)
estudió el capitalismo de libre-competencia, levantado sobre la miseria del
proletariado europeo. V. I. Lenin (1870-1924) avanzó en la comprensión del
“imperialismo” como fase del capitalismo monopolista. Ninguno pudo examinar la
solución de la crisis capitalista de los años 30 mediante el “New Deal” de F.
D. Roosevelt (1882-1945), ni vivió el nacimiento de la “economía social de
mercado” en la Alemania de la postguerra mundial, que luego se extendió por
Europa.
Esos nuevos modelos de
“capitalismo social” mejoraron sustancialmente las condiciones de vida y de
trabajo. En varios países de Europa y en Canadá el capitalismo social produjo
“Estados de bienestar”, basados en una combinación de empresa privada,
intervencionismo económico estatal, educación pública, seguridad social
universal y redistribución de la riqueza.
El derrumbe mundial del
socialismo desestabilizó no solo a la teoría marxista, sino a la posibilidad de
concebir un “socialismo” distinto al estatista-soviético y capaz de superar al
capitalismo como régimen histórico. Pero en Marx está muy claro que el
socialismo se define por la abolición de la propiedad privada de los medios de
producción y la extinción del sistema capitalista de clases sociales.
La recuperación del
socialismo como opción ha venido al mundo de la mano de los regímenes de Nueva
Izquierda en América Latina. Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Evo
Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador están a la vanguardia
sudamericana por un “socialismo del siglo XXI”. Este “socialismo moderno”, como
también lo ha calificado el presidente Correa, ni atenta contra la empresa
privada, ni busca eliminar la propiedad.
¿Dónde está la diferencia
con el socialismo marxista? El nuevo socialismo articula empresa privada con
inversión pública e intervencionismo económico estatal, amplias políticas
sociales y firmes medidas para redistribuir la riqueza. Económicamente es una
nueva modalidad de “capitalismo social”. La diferencia está en lo político: la
captación del Estado, para desplazar los intereses de las
burguesías/oligarquías e imponer la hegemonía de los ciudadanos y sectores
populares. Es un sistema de capitalismo social y Estado popular, a la vez que
una oportunidad histórica en América Latina, que no la han sabido comprender
las izquierdas ortodoxas, aunque este “socialismo” resulta absolutamente
repudiable para las burguesías y para los intereses imperialistas.
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