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sábado, 7 de junio de 2014

El Capital en el siglo XXI

Acaso lo que resulta novedoso en el libro de Piketty no es solamente  el vasto material empírico que sustenta su obra: datos que comprenden los dos últimos siglos en 30 países. La gran novedad es que quien está diciendo que el capitalismo se encamina a un desastre y que es necesario hacerle reformas drásticas y profundas no es un marxista,  sino un economista enmarcado en los cánones de la economía neoclásica.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

Tal es el título del  libro de más de 900 páginas  recientemente traducido al inglés hoy convertido en un best seller. El libro fue publicado por  primera vez en francés hace dos años, pero no es sino hasta que salió la edición en inglés en marzo de este año, que adquirió notoriedad mundial. Su autor, Thomas Piketty,  un hombre de 43 años, es uno de esos afortunados académicos  cuyo libro lo convierte  en una celebridad mundial. El Capital en el siglo XXI ha merecido  reseñas elogiosas de economistas de alto calibre como los premios Nobel de Economía Paul Krugman y Joseph Stiglitz.  También reseñas críticas como las de James Galbraith y una elogiosa y crítica reseña como  la del académico español Vincenc Navarro.

Al leer las reseñas del libro -acabo de encontrar en internet una versión digital en inglés-, constato que dice cosas que los analistas marxistas han estado diciendo desde hace mucho tiempo: que el modelo actual de la economía a lo que conduce es a una desigualdad sin precedente.  En datos magros: el 1% de  la población mundial  tiene 43% de la riqueza y el 10% el 83%. Economistas como Walden Bello o analistas del capitalismo mundial como Win Dierckxsens  han hecho extraordinarios análisis de las tendencias del capitalismo mundial  en el que ven  una rampante desigualdad, un estancamiento económico producto del deterioro salarial y la inversión cada vez mayor en capital constante (maquinaria, materia prima, tecnología) lo que hace que la tasa de ganancia sea cada vez menor. Y en América latina no podemos dejar de mencionar los análisis de Julio Gambina, Alejandro Nadal y Atilio Borón. Estos penetrantes análisis sin embargo, no han tenido la fama mundial que hoy está teniendo Piketty.

Acaso lo que resulta novedoso en el libro de Piketty no es solamente  el vasto material empírico que sustenta su obra: datos que comprenden los dos últimos siglos en 30 países. La gran novedad es que quien está diciendo que el capitalismo se encamina a un desastre y que es necesario hacerle reformas drásticas y profundas no es un marxista,  sino un economista enmarcado en los cánones de la economía neoclásica. Piketty afirma que es necesario frenar dicha desigualdad a través de una reforma tributaria tan drástica como  que propone tasas impositivas hasta de 82% para los capitales más opulentos, por lo que ha merecido calificativos injuriosos de Wall Street. Por supuesto que la derecha ramplona  lo ha empezado a calificar de comunista.

El libro de Piketty al parecer tiene fallas teóricas como ignorar que el capital es una relación social y no una cosa. Como pasar por alto los efectos perniciosos del capital especulativo.  Pero tiene una fundamentación asombrosa en los datos y llega a través de los mismos a una conclusión demoledora: el neoliberalismo  ha fracasado y es necesario su desmantelamiento. El autor no usa la categoría de neoliberalismo, pero obviamente está haciendo una crítica devastadora al modelo que lleva este nombre.

Recomiendo esta lectura a todo el mundo, especialmente a los redomados neoliberales.

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