Acaso lo que resulta
novedoso en el libro de Piketty no es solamente
el vasto material empírico que sustenta su obra: datos que comprenden
los dos últimos siglos en 30 países. La gran novedad es que quien está diciendo
que el capitalismo se encamina a un desastre y que es necesario hacerle reformas
drásticas y profundas no es un marxista,
sino un economista enmarcado en los cánones de la economía neoclásica.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Tal es el título
del libro de más de 900 páginas recientemente traducido al inglés hoy
convertido en un best seller. El libro fue publicado por primera vez en francés hace dos años, pero no
es sino hasta que salió la edición en inglés en marzo de este año, que adquirió
notoriedad mundial. Su autor, Thomas Piketty,
un hombre de 43 años, es uno de esos afortunados académicos cuyo libro lo convierte en una celebridad mundial. El Capital en el siglo XXI ha
merecido reseñas elogiosas de
economistas de alto calibre como los premios Nobel de Economía Paul Krugman y
Joseph Stiglitz. También reseñas
críticas como las de James Galbraith y una elogiosa y crítica reseña como la del académico español Vincenc Navarro.
Al leer las reseñas del
libro -acabo de encontrar en internet una versión digital en inglés-, constato
que dice cosas que los analistas marxistas han estado diciendo desde hace mucho
tiempo: que el modelo actual de la economía a lo que conduce es a una
desigualdad sin precedente. En datos
magros: el 1% de la población
mundial tiene 43% de la riqueza y el 10%
el 83%. Economistas como Walden Bello o analistas del capitalismo mundial como
Win Dierckxsens han hecho
extraordinarios análisis de las tendencias del capitalismo mundial en el que ven
una rampante desigualdad, un estancamiento económico producto del
deterioro salarial y la inversión cada vez mayor en capital constante
(maquinaria, materia prima, tecnología) lo que hace que la tasa de ganancia sea
cada vez menor. Y en América latina no podemos dejar de mencionar los análisis
de Julio Gambina, Alejandro Nadal y Atilio Borón. Estos penetrantes análisis
sin embargo, no han tenido la fama mundial que hoy está teniendo Piketty.
Acaso lo que resulta
novedoso en el libro de Piketty no es solamente
el vasto material empírico que sustenta su obra: datos que comprenden
los dos últimos siglos en 30 países. La gran novedad es que quien está diciendo
que el capitalismo se encamina a un desastre y que es necesario hacerle
reformas drásticas y profundas no es un marxista, sino un economista enmarcado en los cánones
de la economía neoclásica. Piketty afirma que es necesario frenar dicha
desigualdad a través de una reforma tributaria tan drástica como que propone tasas impositivas hasta de 82%
para los capitales más opulentos, por lo que ha merecido calificativos
injuriosos de Wall Street. Por supuesto que la derecha ramplona lo ha empezado a calificar de comunista.
El libro de Piketty al
parecer tiene fallas teóricas como ignorar que el capital es una relación
social y no una cosa. Como pasar por alto los efectos perniciosos del capital
especulativo. Pero tiene una
fundamentación asombrosa en los datos y llega a través de los mismos a una
conclusión demoledora: el neoliberalismo
ha fracasado y es necesario su desmantelamiento. El autor no usa la
categoría de neoliberalismo, pero obviamente está haciendo una crítica devastadora
al modelo que lleva este nombre.
Recomiendo esta lectura
a todo el mundo, especialmente a los redomados neoliberales.
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