La semana que termina ha sido la
de la VI Cumbre en Fortaleza, Brasil, del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China
y Sudáfrica). Todo un acontecimiento que simboliza los tiempos que corren: los
de los esfuerzos por establecer un nuevo orden mundial más justo.
Rafael
Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica
Los presidentes de UNASUR y el grupo BRICS se reunieron en Brasil |
Los BRICS tienen un peso
importante mundialmente: aglutinan 40% de la población, 26% de la superficie
terrestre, 27% de la producción y 21% del PIB mundial. Argentina ha solicitado
incorporarse, y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) mantuvo una
fructífera reunión con ellos, en la que se estrecharon lazos y posibilidades de
colaboración futura.
Nicolás Maduro, presidente de
Venezuela, catalogó este estrechamiento de relaciones como “una alianza de
ganar-ganar”, y un hito en la geopolítica mundial.
No le falta razón al presidente
venezolano. Esta Cumbre de los BRICS se da en el contexto del ataque
inmisericorde de los llamados fondos
buitres contra la Argentina, y cuando los Estados Unidos da muestras de no
saciar sus apetitos geoestratégicos y económicos utilizando la fuerza. Asimismo, cuando el
Fondo Monetario Internacional evidencia que las tibias autocríticas y atisbos
de cambio de rumbo que se dieron durante el período de la presidencia de
Strauss-Kahn han sido totalmente olvidados, y ha vuelto a las andadas de los
famosos ajustes que están haciendo estragos en Europa.
Pero más allá de la coyuntura
actual, esta alianza de países que no pertenecen al grupo que tradicionalmente
ha tenido el poder mundial en sus manos es totalmente inédita, y muestra una
tendencia impensable hasta hace pocos años.
Es una tendencia que se expresa no
solamente en la creación del grupo de los BRICS, sino también, en la de
organizaciones como la misma UNASUR, a la que habría que agregar el ALBA y la
CELAC en América Latina, que persiguen la colaboración Sur-Sur en el marco del compromiso
con el derecho internacional, el multilateralismo político, el desarrollo económico,
la equidad social, el crecimiento sostenible y la preservación del medio
ambiente.
Un protagonista de primera línea
en todo esto es China, motor de la economía mundial contemporánea. En reunión
con la CELAC en Brasilia, aprovechando la reunión de los BRICS en Fortaleza,
el presidente Xi Jinping ofreció a la región 35.000 millones de dólares
para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo: un fondo para
proyectos de infraestructuras por 20.000 millones de dólares, apertura de una
línea de créditos preferenciales por un total de 10.000 millones de dólares y
la constitución de otro fondo, por 5.000 millones de dólares, para proyectos
específicos en diversas áreas de la economía y la producción.
Según Raúl Castro, presente en la
reunión, "los países de América Latina y el Caribe tienen una proporción
importante de las reservas minerales, la segunda reserva de petróleo y un
tercio de las reservas mundiales de agua dulce", lo que les confiere un
valor estratégico clave para el Siglo XXI, siempre que los sepa y pueda
desarrollar. "Tenemos el desafío de trabajar por la industrialización de
esos recursos naturales" y "en eso pueden tener un muy importante
papel los vínculos con la República Popular de China".
Son, efectivamente, movimientos
geopolíticos de primero orden en los que Centroamérica participa de forma muy
tangencial. En este caso, con la sola presencia de Luis Guillermo Solís,
presidente de Costa Rica, que lo hace en su calidad de presidente pro tempore de la CELAC.
Se abren, pues, nuevas
perspectivas para un desarrollo distinto al que ha prevalecido hasta hora.
Es importantísimo que no se nos despierte la codicia por las reservas petrolíferas como combustibles fósiles. Esencial es que pensemos en las fuentes energéticas solares, eólicas y geotérmicas. Saludos Prof. Celestino Flores
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