Cuba enviará 62 médicos y 102 enfermeras
a Sierra Leona, país asolado de tal forma por el Ébola que ha tenido que
declara r cuarentena total para tratar, desesperadamente, de frenar la
enfermedad.
Rafael
Cuevas Molina /Presidente AUNA-Costas Rica
Margaret Chan, de la OMS, y Roberto Morales, Ministro de Salud de Cuba, anunciaron el envío de médicos cubano a Sierra Leona. |
Las imágenes y las noticias que nos
llegan desde el África Occidental son pavorosas: enfermos huyendo de los
hospitales por las condiciones infrahumanas en las que se encuentran, otros
rechazados sin ningún tratamiento por saturación de los hospitales, y decenas
tirados en las mismas puertas de nosocomios y clínicas sin que nadie les brinde
la más mínima atención.
Son imágenes que evocan las grandes
epidemias de la Europa medieval pero que, en pleno siglo XXI, no son más que
una muestra más de la indiferencia con la que el mundo opulento trata a quienes
no son más que descartados para los grandes proyectos del capital
transnacional.
En ese mundo opulento, un dirigente de
la más recalcitrante derecha francesa, cuyo partido, por cierto, dicen las
encuestas que accedería al Elíseo en caso que las elecciones fueran ahora, ha
dicho sin ambages que el Ébola puede ser la solución para su país en lo que
atañe a la llegada de inmigrantes africanos: "Hay una explosión
demográfica en el mundo y existe el riesgo de invasión. El reemplazo de la
población está de camino". En cualquier caso, "el señor Ébola puede
solucionar el problema en tres meses", aseguró.
Tratamientos de emergencia han sido
aplicados a algunos norteamericanos que, estando en la zona devastada, fueron
trasladados hasta su país. Se trataba de miembros de organizaciones
humanitarias o de misioneros cristianos que fueron pillados por la hecatombe y
se contagiaron. Los tratamientos que parecen haber dado resultados no fueron,
sin embargo, aplicados en los países infectados, ¿para qué, si se trata solo de
negros pobres cuyas vidas son prescindibles?
Las potencias occidentales, sin embargo,
gastan ingentes sumas en armamento enviado a Irak, Siria, Israel y Ucrania. Las
armas que utilizan “amigos” y “enemigos” en el Medio Oriente provienen en buena
medida de las usinas de armamentos occidentales. Hoy arman a quienes
consideran amigos, pero que mañana serán
considerados enemigos. El negocio es redondo y el despilfarro tremendo: el
capitalismo contemporáneo encuentra en la fabricación y venta de armas uno de
los motores para mantenerse a flote.
¿Interesa en este contexto hacer algo
por las miles de vida que penden de un hilo en África? No, más bien son un
estorbo y, como dice Le Pen en Francia, tal vez la peste forma parte de la
solución que buscan para desembarazarse de quienes consideran una molestia para
su tranquilidad burguesa.
Es en este contexto que Cuba envía un
contingente de médicos y enfermeras a Sierra Leona. África es un continente que
tiene una deuda impagable con la isla. En muy buena medida, como lo reconoció
gallardamente Nelson Mandela en su momento, la derrota del Apartheid y sus
acólitos fue posible por la ayuda más que solidaria de ese país.
Y ahora están nuevamente ahí; al igual
que entonces, en la primera línea de fuego, jugándose la vida literalmente, en
medio del griterío y los vituperios de quienes los denigran e insultan
difamándolos y tratando de entorpecer su trabajo. Igual que en Haití, que en
Brasil y que en Palestina (a donde enviaron seis toneladas de alimentos que,
seguramente, buena falta les hacen a ellos mismos).
Nuestro saludo y agradecimiento al
gobierno y al pueblo de Cuba por estos gestos, que nos recuerdan a todos que
otro mundo es posible y que hay quienes trabajan efectivamente por él, sin
poses ni estridencias.
Este ejemplo de valentía y solidaridad,demuestra que el amor por las personas de carne y hueso es parte de la opción por la vida; es evidencia de la transformación del ser humano como resultado profundo de la revolución, cualquiera sea el pueblo que la encamine. Felicitaciones al pueblo cubano por tan grande demostración para toda la humanidad.
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