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sábado, 15 de noviembre de 2014

Gaspar Jiménez Escobedo: Miami, este muerto no es mío

Los Cinco, como se les conoce internacionalmente a los antiterroristas cubanos, arriesgaron sus vidas para salvar la de otros; se ofrecieron a tamaña tarea, porque en Miami los terroristas caminan libres y desde ahí fraguan sus atentados contra la Isla. Uno de esos ha sido Gaspar Jiménez Escobedo, quien falleció el pasado 29 de octubre.

Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América

Orlando Bosch, Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo
Novo: autores intelectuales y materiales de numerosos
atentados terroristas contra Cuba.
Ignacio Ramonet le preguntó a Fidel Castro hace ocho años, para el libro Cien hora con Fidel: “Usted me dijo antes que, inmediatamente después del triunfo de la Revolución, “empezaron las conspiraciones”. ¿A qué se refería?”. Parte de la respuesta del Comandante fue: “…Nuestro país ha sido objeto de la más prolongada guerra económica de la historia, y de una incesante y feroz campaña de terrorismo que dura ya más de 45 años”. 

De esa feroz campaña terrorista contra los dirigentes, el pueblo e instalaciones cubanas los grandes medios al servicio del Imperio no informan. Ahora que en Estados Unidos el diario The New York Times pidió en su editorial del 02 de noviembre el canje de presos entre Estados Unidos y Cuba, otros medios reaccionarán; y así el tema habrá salido a la luz, por parte de quienes lo han estado silenciando por más de quince años (tampoco sería extraño que la extrema derecha de Miami acuse de comunista al The New York Times).

El 2009 fue detenido en Cuba el estadounidense Alan Gross, quien fue juzgado y condenado a 15 años de cárcel por distribuir equipos satelitales (este era un programa del Departamento de Estado) que buscaba la “promoción de la democracia en Cuba”, para un “cambio de régimen”. Luego de una ardua investigación el Gobierno de Cuba probó que Gross pretendía desarrollar "acciones contra la integridad territorial del Estado”, violando así la legislación cubana.

En Miami sucedía lo contrario, en los años noventa cinco cubanos monitoreaban a grupos terroristas, para impedir la materialización de sus planes contra Cuba -y contra Estados Unidos-. Fueron detenidos y juzgados sin un proceso justo. Aunque trabajaban contra el terrorismo, les impusieron castigos irracionales. Dos de ellos -René González y Fernando González- ya cumplieron las injustas condenas. Tres aún están presos en Estados Unidos: Gerardo Hernández condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años; Ramón Labañino a 30 años de cárcel y Antonio Guerrero a 21 años y 10 meses.

Los Cinco, como se les conoce internacionalmente, arriesgaron sus vidas para salvar la de otros; se ofrecieron a tamaña tarea, porque en Miami los terroristas caminan libres y desde ahí fraguan sus atentados contra la Isla. Uno de esos ha sido Gaspar Jiménez Escobedo, quien falleció el pasado 29 de octubre.

Llama la atención que a diferencia de otras veces, en las que los medios de Miami acostumbrados a justificar las agresiones contra Cuba, llamando “defensores de la libertad” a quienes se ensañaban contra la Isla, en esta ocasión, han preferido callar, dando a entender que nadie quiere cargar con este muerto. Solo el fanático de Armando Pérez Roura, apologista del terrorismo contra Cuba (ayudó a Jiménez Escobedo cuando estuvo en México y Panamá), se ha expresado condolido por su amigo. Sus otros compinches como Novo Sampoll, Pedro Remón, “Pepe” Hernández y Carlos Alberto Montaner han permanecido en silencio.

El prontuario de Jiménez Escobedo es inmenso: cómplice de Posada Carriles en varios atentados contra instalaciones, autoridades y civiles cubanos; especialista en preparación y manipulación de explosivos; miembro de organizaciones terroristas (Abdala, Cuba Independiente y Democrática, CORU, FNCA); autor y ejecutor de varios atentados dinamiteros contra misiones diplomáticas cubanas en otros países; organizador de varios planes –frustrados- para atentar contra la vida de Fidel Castro, etc.

¿Será por todas estas evidencias que esta vez los diarios de Miami no se han molestado en ofrecer mayor información de la muerte de este terrorista?

Un cable informa que Carmen -esposa de Jiménez Escobedo-, le declaró al locutor Armando Pérez Roura su asombro por la rapidez con que en la Isla los medios habían reaccionado ante la noticia del fallecimiento de su esposo. ¿Pensará acaso doña Carmen que en Cuba la gente hará fiesta por esa muerte? No. Pero debe saber que el pueblo cubano no olvida la historia de sangre, dolor y muerte provocada por monstruos del terror como su marido.

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