Páginas

sábado, 20 de diciembre de 2014

Nueva victoria cubana

El pueblo estadounidense gana con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, pero también y sin lugar a dudas los pueblos del mundo y especialmente los de América Latina y el Caribe, pues con ésta nueva victoria cubana se refrenda lo que sabiamente  apuntaba  el gran prócer cubano, José Martí: “Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”.

Adalberto Santana*  
Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de México

En el 184 aniversario luctuoso de la partida de Simón Bolívar,  el 17 de diciembre de 2014, es también una fecha cardinal para la historia de Cuba, pero también de la historia latinoamericana y mundial. El anuncio dado a conocer ese día tanto por el presidente cubano Raúl Castro Ruz y el mandatario estadounidense  Barack Obama sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, sin lugar a dudas, es uno de los hechos históricos más trascendentales   del nuevo siglo XXI.

Las conversaciones que se iniciaron en la segunda mitad del año 2013, tuvieron un excelente resultado. Entre ellos la liberación de los tres presos  políticos cubanos (Gerardo Hernández, Ramón Labaniño y Antonio Guerrero) que en su lucha antiterrorista en EU, mostraron al estar más de diez años presos injustamente la dignidad de Cuba.  Asimismo las participaciones del Papa Francisco así como del gobierno de Canadá, contribuyeron en mucho a lograr un diálogo muy constructivo.   Desde hace largo  tiempo los dos gobiernos mantienen  oficinas de intereses tanto en Washington como en La Habana, seguramente en el corto  plazo esas representaciones  se convertirán en embajadas. Con ello dichas sedes diplomáticas a mediano plazo alentarán mejores intercambios. Particularmente por parte de la Casa Blanca, en el sentido propiciar enriquecedores intercambios  políticos, económicos, financieros, comerciales, educativos, sociales, culturales, migratorios,  sanitarios  y deportivos entre otros.

Sin embargo, todavía al interior de los EU se presentarán posiciones intolerantes contra el restablecimiento de esas relaciones diplomáticas y todavía mucho más en contra del levantar el bloqueo. Las principales oposiciones ya han comenzado a figurar por parte de los sectores políticos republicanos más conservadores y anticubanos. La llamada mafia cubano-americana, en la que figuran los más veligerantes   y furibundos representantes de la ultraderecha estadounidense y terrorista, han comenzado a vociferar en contra de esa correcta política de Obama.  Pensamos también que los inmensos recursos financieros otorgados por la Casa Blanca y por el Congreso estadounidense, van a disminuir el potencial  contrarrevolucionario de una  minoría anticastrista.

La postura del presidente Raúl Castro Ruz fue muy elecuente al haber creado las mejores condiciones para dar  el primer paso con la reanudación  de esas relaciones diplomáticas. Sin embargo, también apuntó que “eso no quiere decir que lo principal se haya resuelto que es el bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca grandes daños y debe cesar”. En efecto, este es un punto cardinal en el nuevo curso de las relaciones cubano-estadounidenses. Desmontar por parte de las fuerzas políticas más incluyentes en el Congreso de los EU es una tarea política que va a requerir mucha audacia, convencimiento y habilidad política para alcanzar la mayoría que logre el levantamiento del bloqueo. Para la ultraderecha norteamericana sin duda será una política a la que se va a aferrar para impedir lo que el mismo Obama calificó como “un modelo caduco”. En tanto que oficialmente la Casa Blanca ha tenido que reconocer en su “Nota informativa sobre el cambio de política hacia la Isla”, vertida el mismo día en Washington, sobre la nueva victoria de la Revolución Cubana,  al apuntar:

No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar obtener un resultado diferente. Intentar empujar a Cuba al abismo no beneficia a Estados Unidos ni al pueblo cubano. Hemos aprendido por propia experiencia que es mejor fomentar y respaldar las reformas que imponer políticas que convierten a los países en estados fallidos. Hoy, al tomar estas medidas, hacemos un llamamiento a Cuba para que desencadene el potencial de 11 millones de cubanos poniendo punto final a las innecesarias restricciones impuestas en sus actividades políticas, sociales y económicas. Con ese mismo espíritu, no debemos permitir que las sanciones de EE. UU. impongan una carga aún mayor a los ciudadanos cubanos a los que estamos intentando ayudar.

El pueblo estadounidense gana con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, pero también y sin lugar a dudas los pueblos del mundo y especialmente los de América Latina y el Caribe, pues con ésta nueva victoria cubana se refrenda lo que sabiamente  apuntaba  el gran prócer cubano, José Martí: “Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”.

* El Dr. Adalberto Santana es director e investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), UNAM.

No hay comentarios:

Publicar un comentario