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sábado, 4 de abril de 2015

El vía crucis de Ollanta Humala

El mandatario peruano, Ollanta Humala, no solo traicionó al electorado que lo llevó a la silla presidencial, sino a los principios del movimiento etnocacerista, al cual representó,  que bien la resume el diario BBC: El Movimiento Etnocacerista impulsa la creación de una nueva república, en la que se respete el legado cultural Inca, se nacionalice la industria y se instaure la pena de muerte y el libre cultivo de coca.

José Toledo Alcalde / Especial para Con Nuestra América
Desde Estados Unidos

Ollanta Humala, presidente de Perú.
El peregrinaje del pueblo peruano, excluido y explotado, hacia el calvario en una histórica agonía socio-económica, empieza desde aquel trágico recodo histórico en el cual jaurías europeas llegaron a sus tierras con fines nefastos, el saqueo. Las luchas independentistas lideradas por Sucre, San Martin, Bolívar, abrieron una nueva etapa en donde la independencia del poderío europeo no significó el final de la cultura del extermino, expoliación y violencia institucionalizada. El engranaje gubernamental cívico-militar ha sido caracterizado por una concesión de la nación como reservorio de materias primas, como colonia, al servicio de corporaciones nacionales y extranjeras. La voraz hambre de poder y ceguera de la ambición no tienen límites. Este tipo de patología social no es reconocido como tal, más aún, existen centros de preparación especializados en entrenar y adiestrar eruditos y eruditas en hacer de esta enfermedad el remedio para todos los males, conocida como la insensible cultura de la tecnocracia. Es así como este vía crucis permanente, de agonías y crucifixiones históricas, desde el vejamen de Francisco Pizarro hasta Ollanta Humala hacen del Perú un país dividido entre el país botín arruinado por la política orientada desde Washington-Europa y las corporaciones financieras y el crecimiento ilusorio de millones de familias basado en la cultura del crédito y endeudamiento financiero. Ideología del despojo conducido por felipillos de la política barata en búsqueda de la perpetuidad de un sistema de acumulación y nefasta destrucción.
Karl Marx en el primer tomo de El Capital no fue ajeno a este descomunal despojo: “El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria”. Continuando con la historia aberrante de expoliación e impuesta miseria, el Perú se inscribe, una vez más, en la lista de naciones invadidas y saqueadas con la permisibilidad de sus gobernantes, testaferros políticos, que venden la nación en nombre del progreso y el burdo desarrollo económico como es el caso del actual fraudulento régimen. Así como los ensayos neoliberales en Chile (1973), Argentina (1976), Granada (1983), Panamá (1989), Haití (2004), Honduras (2009) y Paraguay (2012), el auto-golpe de Estado en el Perú (1992) legitimó la injerencia “constitucional” del irónicamente de facto-de jure capítulo económico peruano de orientación neoliberal contrarios a las perspectivas soberanas del Proyecto Bolivariano. 

La historia se repite dentro los mismos esquemas de traición. Así es como el día de hoy, un mandatario que prometió defender los ideales nacionalistas, es gestor y responsable del continuismo político marcado por el vil y grosero entreguismo a los poderes facticos alineados con Washington y Europa. Cual virrey, representante de la obscena corona española e irónicamente vocero del movimiento denominado etnocacerista, fundado por su padre, hace de la expoliación de los recursos nacionales el festín de mafias económicas las cuales gozan de total impunidad para delinquir “lícitamente” en contra  la soberanía y los principios de no injerencia. Modelo político-económico caracterizado por el escándalo de la corrupción y la demagogia de libreto estudiados en base a slogans aprendidos de memoria perfila la real esencia del modelo defendido a capa y espada por los lobistas peruanos y sus prestigiosos embajadores de opinión pública internacional como Hernando de Soto y Vargas Llosa. 

El mandatario peruano, Ollanta Humala, no solo traicionó al electorado que lo llevó a la silla presidencial, sino a los principios del movimiento etnocacerista, al cual representó,  que bien la resume el diario BBC: El Movimiento Etnocacerista impulsa la creación de una nueva república, en la que se respete el legado cultural Inca, se nacionalice la industria y se instaure la pena de muerte y el libre cultivo de coca.[1] Estas son las bases político-ideológicas por las cuales luchó Ollanta Humala y su hermano, el reo, Antauro Humala, bases que supuestamente defenderían la independencia de un Perú soberano, entregado hoy a los poderes foráneos. El mandatario peruano califica su gestión como no ideológica, técnica y moderna, el resultado el fracaso del modelo y no solo a niveles económicos, sino de índole ético-moral como lo testifica la censura a la primera ministra Ana Jara – por espionaje - y la puesta en jaque de todo el consejo de ministros. Las concesiones de tierras al emporio minero en Cajamarca y la eliminación de Petroperú[2] favoreciendo a grupos como Graña y Montero y El Comercio lo único que hace es confirmar la clara orientación neoliberal auto-destructiva impuesta, por lo que llamaríamos, el golpe ético-moral, la estafa electoral, atentado contra la soberanía y la confianza del pueblo.

Así como el famoso ventrílocuo Edgar Bergen (1903-1978) y su increíble capacidad de manejar a su inseparable muñeco "Charlie McCarthy", la fracasada orientación politico-economica de la administración Ollanta Humala es manejada cual ventrílocuo desde Washington. Lo impresionante de esta “invisible” presencia es su capacidad para agendar la discusión nivel nacional.   Todos hablan de los muñecos, pero nadie hace, ni por casualidad, alusión al artista detrás del muñeco. Los intereses geoestratégicos de Washington y sus preocupaciones por preservar sus aliados de la Alianza del Pacifico serán defendidos a como dé lugar. No nos llamaría la atención que en la agenda de Washington-Ollanta Humala estaría apoyar la candidatura de Alan García Pérez y para esto tendría que disolver el congreso desbaratando las investigaciones y acusaciones constitucionales en contra de García Pérez lo cual inhabilitaría su candidatura para los próximos comicios presidenciales 2016. El ventrículo sabe que su actual muñeco es un fracaso. Los grupos de poder de han cansado de usar al testaferro andino, útil mientras lea los guiones que le redactan, más aun con las conocidas manipulaciones de Mario Vargas Llosa debido a la no entrevista concedida, por el mandatario peruano, con los representantes conspiradores contra el gobierno bolivariano de Venezuela.[3]

Washington y sus representantes en el Perú son omitidos de la discusión sobre la ruptura del modelo neoliberal. La retrograda política extractivista, minería-petróleo, el próximo paro de trabajadores de Petroperú el 8 de abril,  las revueltas de las comunidades campesinas en el Valle del Tambo exigiendo la salida de la controversial minera Southern Copper, filial del Grupo México[4] y el quiebre de la estabilidad y credibilidad del consejo de ministros, perfilan una anomalía gubernamental enemiga de los intereses nacionales y cómplice conspirativo de los grupos de poder. La presencia de USAID (UnitedStates Agency for International Development)[5] como representante de Washington, ha sido naturalizada dentro de la estructura de gobierno sin mayores observaciones. La política de la dadiva generosa de Washington, el favoritismo entreguista de las políticas arancelarias, el control del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a favor de la venta de tierras a consorcios mineros extranjeros, hace del Perú el perfecto aliado del ventrílocuo del norte y punta de lanza, con Colombia y México,  de la sistemática conspiración contra las organizaciones de orientación bolivariana como UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) , CELAC (La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) , ALBA-TCP (La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos) y CARICOM (Comunidad del Caribe) quienes han manifestado su apoyo al gobierno democrático de la Republica Bolivariana de Venezuela y el rechazo rotundo a la política violentamente injerencista de Washington.

Recibimos con especial atención y expectativa el pedido de UNASUR para acabar con la presencia de centros de operación militar extranjeras en Latinoamérica y el Caribe; seguramente punto de agenda en la próxima Reunión de las Américas a celebrarse en Panamá el próximo 11-12 de abril.[6]

Este vía crucis del mandatario Ollanta Humala ojalá repotencie las fuerzas sociales y políticas estafadas por el actual régimen quien hizo de la Gran Transformación un triste recuerdo de un nefasto periodo electoral.[7] La política del doble rasero, en donde usando – con fines electorales – retorica progresista-ambiental y posteriormente gobernando con guiones supervisados por Washington debe encontrar su punto final y esta transformación radica en la posibilidad de aproximar fuerzas socio-políticas alternativas a la voraz y salvaje política neoliberal que lo único que busca es su continuidad y perpetuación ya sea en la persona de Alan García Pérez, Keiko Fujimori o cualquier otro. Como sabemos, el poder no radica en quien se sienta en el “trono presidencial”, como reza el dicho, el poder radica en quienes se encuentran detrás del trono. Llega la hora de revertir este inicuo vía crisis en un caminar de esperanza y cultura solidaria sin darles la espalda a los intereses de las mayorías por siglos excluidas y no es retorica, no se puede llamar no pobre a una persona por el hecho de tener servicio de televisión digital, internet, smart phono o tarjetas de crédito, hablo de las mayorías, hay gente, como en todo lugar que les va muy bien económicamente y celebro esta realidad, pero esto no quiere decir que sea  el reflejo de una política gubernamental soberanamente consolidada, sin injerencias invasivas. Lamentablemente, esperanza y solidaridad son vocablos ajenos al vocabulario del capitalismo salvaje. A diferencia del vía crucis de Jesús de Nazaret quien se opuso al esquema inhumanamente imperial de Roma y la cúpula religiosa, el mandatario peruano, perfecto representante de último periodo del neoliberalismo, transita su camino al calvario político auto-sentenciado por defender el rapto del Estado y mostrar su incondicionalidad  al modelo agobiante.

De no dar su voto de confianza, el Congreso de la Republica del Perú, al nuevo y controversial presidente del Consejo de Ministro Pedro Cateriano,[8] convicto, confeso y radical político neoliberal, propuesto por Ollanta Humala, se correría el riesgo que el mandatario disuelva el Congreso y convoque a nuevas elecciones a solo un año del término de su gestión, de ser aprobado, por cuestiones estratégicas, seriamos testigos del desastre final de la gestión testaférrica del actual mandatario.  Esta en las fuerzas progresistas, los movimientos sociales,  agrupaciones estudiantiles, asociaciones laborales y probos representantes de la política nacional cerrar filas, mas allá de las diferencias, reorientar la política económica hacia terrenos de mayor convergencia y participación de la sociedad en su conjunto, proponer políticas en donde la soberanía sea institucionalizada y desplazada la cruda e inhumana violencia con rostro económico y político. Creemos en la fe del pueblo en donde su capital moral es su mayor riqueza. Fe en su capacidad y fuerza de trabajo, recursos básicos para emprender una de sus más grandes responsabilidades, transformar las bases entreguistas de una inicua ideología colonial por una cultura donde la soberanía y la concertación de los diferentes frentes sociales sean el pilar fundamental de la convivencia con bases de equidad y justicia social inspirado en la compleja originalidad que nos inspira lo señalado por el Amauta José Carlos Mariátegui: “No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva” (JCM, “Aniversario y Balance”, Septiembre de 1928).[9]




[2] Importante e histórica participación del congresista Manuel Dammert https://www.youtube.com/user/Dammert7

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