Las posiciones del Papa y la consecuente
oposición que sufren, han evidenciado cómo el aparato de la Iglesia Católica se
encuentra atascado en ideas conservadoras y retrógradas que son las que, en
última instancia, le han valido la hemorragia de fieles que, o se pasan a otras
confesiones, o se suman a las legiones de escépticos que crecen día con día.
Rafael
Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica
El Papa Francisco |
Con su Encíclica Laudatio Si’, el Papa Francisco posiciona a la Iglesia Católica en
un tema central de nuestro tiempo, de
impostergable discusión y sobre el cual la humanidad no puede atrasar
decisiones cruciales. Sin embargo, como dice el grupo Cristianos por el Tercer
Mundo, hay que tener cuidado con las lecturas tergiversadoras del documento,
que no han tardado en aparecer en el seno de la mismísima Iglesia, aligerando
el mensaje claro y directo que la caracteriza.
En ella, se identifica con meridiana
claridad cuál es la causa principal de la llamada “crisis medioambiental”: el capitalismo,
la sociedad de consumo que devora todo a su paso con tal de producir ganancias
que, por demás, se concentran cada vez más en menos manos.
Esto incomoda a los poderosos, y no se
han hecho esperar las voces de quienes tildan al Papa de ignorante,
incompetente y, ¿cómo no? comunista (¡faltaba más!).
El inefable Jeb Bush, precandidato a
presidente de los Estados Unidos por el Partido Republicano, emulando el
comportamiento troglodita de su padre y su hermano, fue uno de los primeros en
salir al paso del documento. No ha sido, claro está, el único que en ese país
ha dicho cosas en contra de lo que plantea la Encíclica. A Bergoglio lo han
tildado de impulsar un “socialismo al estilo latinoamericano”, de ser
“peligroso” y cosas por el estilo.
El Papa Francisco no ha dado la
campanada solamente en esta temática. Sus declaraciones en torno a los
homosexuales o los divorciados, por ejemplo, tienen asustados, y secándose las
manos sudadas en la sotana por los nervios, a toda una legión de curas conservadores
que se atragantan con lo que dice.
Y la oposición cerrada empieza en el
Vaticano mismo, en donde los intereses de la curia no conocen escrúpulos. Como
se sabe, extractos de la Encíclica se filtraron a la prensa antes de su
presentación, lo cual fue interpretado por algunos como una estrategia de los
sectores más conservadores de la iglesia para disminuir el impacto mediático
del mensaje del pontífice.
Las posiciones del Papa y la consecuente
oposición que sufren, han evidenciado cómo el aparato de la Iglesia Católica se
encuentra atascado en ideas conservadoras y retrógradas que son las que, en
última instancia, le han valido la hemorragia de fieles que, o se pasan a otras
confesiones, o se suman a las legiones de escépticos que crecen día con día.
En Europa, las descalificaciones que
sufre el Papa también tienen otra tónica: la xenofobia, y la mirada peyorativa
de los europeos hacia todo lo que venga de Asia, África o América Latina. Esta
mirada eurocéntrica, que mira sobre el hombro todo lo que venga “del
subdesarrollo”, escucha con sorna lo que dice y espera que, por su edad, no
esté por mucho tiempo en ese lugar en donde los incomoda.
Se trata, en última instancia, de la
lucha de clases en el seno de la Iglesia. Los que lo denigran velan por sus intereses,
en primer lugar económicos, y por todo lo que refuerza su dominio. Y la Iglesia
ha sido, desde siempre, su aliada incondicional, desde la más alta autoridad
hasta el cura del pueblo. Verla decir lo que dice hoy, por boca de Francisco,
lo ven como traición y añoran, hasta las lágrimas, los tiempos en que quienes
se promovían para santos eran personajes como la Madre Teresa, y se aceptaban
como buenos en el Vaticano los chismes contra Monseñor Romero.
Han cambiado los tiempos y parece que el
papa se ha cerciorado de ello pero no su Iglesia. Tenga cuidado Francisco
porque, como se ha visto ya en otras oportunidades, la curia romana no le teme
al Dios que pregonan, y son capaces de las más bajas acciones con tal de poner
a buen resguardo sus intereses.
El profesor Cuevas confunde la Iglesia con un sector de la Curia vaticana. El papa Francisco proviene de una Iglesia latinoamericana abundante en profetas, teólogos y mártires. Habiendo Cuevas nacido en Guatemala, país que llevo en el alma, resulta extraño que no incluya, en lo que entiende por Iglesia, al obispo Juan Gerardi, que murió asesinado por promover el proyecto Rescate de la Memoria Histórica, por mencionar uno solo los centenares de católicos y evangélicos guatemaltecos martirizados, mujeres y hombres.
ResponderEliminarLa iglesia es mucho más que la Curia vaticana. El papa Francisco proviene de una Iglesia latinoamericana rica en mártires, profetas y teólogos. Por mencionar solo uno que Cuevas debe conocer bien, el obispo Juan Gerardi fue martirizado a causa de su proyecto Remhi, Rescate de la Memoria Histórica.
ResponderEliminarEs necesario apoyar al Papa Francisco y a todas las personas que están tratando de hacer presente el Reino de Dios, defendiendo, como Jesús, a los más pobres y a la Madre Tierra. La Curia Vaticana no nos representa, ni mucho menos los conservadores de Estados Unidos o los demás países. La Iglesia de los pobres, la Iglesia de Jesús, no tiene denominación. Es el camino donde nos encontramos quienes queremos ser fieles a Jesús.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con el título del artículo. Sí lo estoy con los dos comentarios anteriores.
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