Nunca como ahora el
pensamiento crítico tiene que volcarse hacia el tema del Estado, de las formas
que debe asumir para corresponder a los gobiernos que buscan la construcción de
modelos de superación del neoliberalismo. Del tipo de poder popular que se
necesita para echar raíces definitivas a las nuevas formas de Estado que
necesitamos.
Emir Sader/ Página12
Desde que Ronald Reagan
dijo que el Estado dejaba de ser solución para ser el problema, el Estado pasó
a estar en el centro de los debates y de las luchas políticas. Reagan apuntaba
al Estado como ineficiente, corrompido, expropriador de recursos de las
personas, productor de inflación –el resumen de los problemas que la humanidad
estaría enfrentando—.
En su lugar, se promovía
la centralidad del mercado y de las empresas, identificados como eficientes,
dinámicos, baratos. Cuanto menos Estado, mejor (para ellos). Estado mínimo
significa mercado máximo. Menos regulación estatal, menos derechos, menos
protección, menos políticas de inclusión social.
Algunos de los que han
hecho la crítica de una llamada “estadolatría” de la izquierda en el período
histórico anterior, han buscado refugio en “la sociedad civil”, que mal pudo
enmascarar al mercado, en la versión dominante del neoliberalismo. ONG y
algunos intelectuales se han dejado mezclar con el neoliberalismo, por el
rechazo común al mercado. Sin qué decir del punto de vista del poder del
Estado, esas fuerzas han desaparecido de la escena política.
Superar al neoliberalismo
es asumir funciones que fueron anuladas en el Estado mínimo. Estado mínimo no
significa más ciudadanía, sino menos, porque ciudadano es el sujeto de derechos
y lo que más hace el neoliberalismo es expropiar derechos, en favor del
consumidor y del mercado. Es el Estado el que puede garantizar derechos,
promover políticas sociales, participar de procesos de integración regional y
de alianzas Sur-Sur, implementar políticas externas soberanas, proteger el
mercado interno, inducir políticas de expansión económica con distribución de
la renta, programas de desarrollo tecnológico y científico, entre otras
medidas,
Por todo ello, el blanco
central de la derecha, en sus intentos de restauración conservadora, es el
Estado. Es alrededor del Estado que se dan los grandes debates actuales sean
económicos, sociales, culturales o directamente políticos.
Dime qué tienes que decir
sobre el Estado y te diré dónde te ubicas política e ideológicamente. No es la
polarización que le gustaría al neoliberalismo, entre un Estado que él ha
maltratado, desecho, y una supuesta esfera privada. Porque la esfera del
neoliberalismo no es una esfera privada, sino mercantil, donde todo se vende,
todo se compra, todo es mercancía. Y la esfera de la izquierda es la esfera
pública, la esfera de los derechos y de la ciudadanía. El Estado es un espacio
de disputa hegemónica entre las dos esferas, la pública y la mercantil,
frecuentemente las dos se representan y se disputan a su interior.
Mucha razón tienen los
países que han decidido refundar el Estado, para adecuarlo a la nueva base
social que sostiene el poder político, el nuevo bloque social que lleva
adelante las políticas de superación del neoliberalismo. Los que no lo han
hecho, padecen de un aparato burocrático incapaz de incorporar a la participación
popular que los nuevos gobiernos requieren.
No es que todo debate
pueda reducirse al Estado, pero cada propuesta de modelo y de política
económica reserva un lugar al Estado, supone una forma de Estado. Un Estado
subordinado a las fuerzas del mercado o un Estado que implemente políticas
soberanas, democráticas, populares.
Como el mercado anda con
poco prestigio, no solo por los daños que han causado las políticas
neoliberales, sino también por la profunda y prolongada crisis internacional
del capitalismo, la derecha se concentra en atacar al Estado y a los gobiernos
que se valen del Estado para practicar políticas “populistas”, de “corrupción”,
inflacionarias. Pero atacan al Estado para promover alternativas centradas en
el mercado.
Nunca como ahora el
pensamiento crítico tiene que volcarse hacia el tema del Estado, de las formas
que debe asumir para corresponder a los gobiernos que buscan la construcción de
modelos de superación del neoliberalismo. Del tipo de poder popular que se
necesita para echar raíces definitivas a las nuevas formas de Estado que
necesitamos.
Me encuentro en el momento de precierre de un trabajo de investigación sobre Soberanía Popular, Democracia, Estado y Socialismo; cuando leo y he disfrutado el contenido del artículo-carta de Emir Sader sobre el Estado.
ResponderEliminarConfieso sus planteamientos forma parte de algunas de mis apreciaciones sobre el tema.
Y tambien he encontrado nuevas pistas que no las habia visualizado, de alli que releere dicho trabajo para precisar. Agradezco al autor y a Con Nuestra América la oportunidad que me brindan.
Enviaré a Emir Sader, en el momento asertivo el borrador o resumen de mi trabajo.
Con saludos solidarios y revolucioonarios.... Prof. José Huerta Castillo