Páginas

sábado, 18 de junio de 2016

El problema moral de la oposición venezolana

¿Puede alguien vivir sin referencias morales de ningún tipo? ¿Se puede ser totalmente amoral al punto de no sentir el menor remordimiento a la hora de mentir? ¿Puede alguien violar una ley mientras jura que la respeta? ¿Se puede llamar a alguien ladrón cuando eres tú mismo el  que inventó que lo era?

Carmen Bohórquez / ALAI

Pareciera que la respuesta es afirmativa por los cuatro costados cuando piensas en la oposición venezolana.

Desde 1999 comenzaron a acusar a Hugo Chávez de ser un dictador y de imponer un régimen totalitario y esto lo decían y lo siguen diciendo de Nicolás Maduro, no a través de panfletos anónimos o pintas clandestinas en las paredes, sino en declaraciones públicas televisadas o en entrevistas de prensa acompañadas de varias fotografías como para que a nadie le quede dudas de quién es el declarante. ¿Se trata de un gran acto de valentía el hacerlo públicamente? ¿O se trata de la confesión de que lo que se dice es una gran mentira pues se está seguro de no serás visitado a medianoche por ningún “esbirro” del régimen?

Ramos Allup vocifera que al Tribunal Supremo de Justicia, que se “atreve” a declarar inconstitucional una ley aprobada inconstitucionalmente por la Asamblea Nacional, le llegará muy pronto la justicia y pagará por sus crímenes.

Otra diputada de oposición acusa al gobierno de crímenes de lesa humanidad, que ella refuerza diciendo que son imprescriptibles y por los cuales será llevado muy pronto a la justicia, porque según ella le niegan las bolsas de comida de los Claps a los que no son chavistas. Sin embargo, la única prueba es su propia afirmación.

Bandas de delincuentes pagados según confesión de algunos detenidos, por diputados de oposición y dirigentes de Bandera Roja y Voluntad Popular inician ataques a los centros de distribución de alimentos, gritan ¡saqueo!, asaltan los camiones que le llevan los alimentos a Mercal y a los Caps,  y luego sus medios y sus dirigentes quieren hacer creer que son levantamientos del pueblo exigiendo comida.

Pero lo que sí lo deja a uno boquiabierto es la absoluta indiferencia que han mostrado ante la más que evidente culpabilidad en el vergonzante fraude cometido en la recolección de firmas para activar el proceso del Referendo Revocatorio; un proceso en el que quieren involucrar al planeta entero pero en el que  siquiera se han molestado en guardar la más mínima apariencia de honestidad. Casi once mil fallecidos firmando y ellos con su cara’e tabla impertérrita; 1.335 presos cumpliendo condena y por tanto inhabilitados políticamente; 3003 menores de edad; 9.333 cédulas falsas; 659 cédulas con seriales anulados y 3 personas con problemas mentales, más una enorme cantidad de datos incompletos, firmas planas, etc. etc. y ellos, sin siquiera pestañear, siguen diciendo que es el gobierno el que le está poniendo obstáculos al referendo. Y lo peor es que esto parece una característica común de la gente de la derecha en todo el planeta, pues ninguno de esos personajes que los apoyan  ha sido capaz de poner en duda el resto de la información que la derecha venezolana les ha hecho creer. Simplemente ese fraude nunca ha existido ni siquiera para intentar explicarlo.

Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo.
Albert Camus (1913-1960). Escritor francés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario