¿Puede alguien vivir
sin referencias morales de ningún tipo? ¿Se puede ser totalmente amoral al
punto de no sentir el menor remordimiento a la hora de mentir? ¿Puede alguien
violar una ley mientras jura que la respeta? ¿Se puede llamar a alguien ladrón
cuando eres tú mismo el que inventó que
lo era?
Carmen Bohórquez / ALAI
Pareciera que la
respuesta es afirmativa por los cuatro costados cuando piensas en la oposición
venezolana.
Desde 1999 comenzaron a
acusar a Hugo Chávez de ser un dictador y de imponer un régimen totalitario y
esto lo decían y lo siguen diciendo de Nicolás Maduro, no a través de panfletos
anónimos o pintas clandestinas en las paredes, sino en declaraciones públicas
televisadas o en entrevistas de prensa acompañadas de varias fotografías como
para que a nadie le quede dudas de quién es el declarante. ¿Se trata de un gran
acto de valentía el hacerlo públicamente? ¿O se trata de la confesión de que lo
que se dice es una gran mentira pues se está seguro de no serás visitado a
medianoche por ningún “esbirro” del régimen?
Ramos Allup vocifera
que al Tribunal Supremo de Justicia, que se “atreve” a declarar
inconstitucional una ley aprobada inconstitucionalmente por la Asamblea
Nacional, le llegará muy pronto la justicia y pagará por sus crímenes.
Otra diputada de
oposición acusa al gobierno de crímenes de lesa humanidad, que ella refuerza
diciendo que son imprescriptibles y por los cuales será llevado muy pronto a la
justicia, porque según ella le niegan las bolsas de comida de los Claps a los
que no son chavistas. Sin embargo, la única prueba es su propia afirmación.
Bandas de delincuentes
pagados según confesión de algunos detenidos, por diputados de oposición y
dirigentes de Bandera Roja y Voluntad Popular inician ataques a los centros de
distribución de alimentos, gritan ¡saqueo!, asaltan los camiones que le llevan
los alimentos a Mercal y a los Caps, y
luego sus medios y sus dirigentes quieren hacer creer que son levantamientos
del pueblo exigiendo comida.
Pero lo que sí lo deja
a uno boquiabierto es la absoluta indiferencia que han mostrado ante la más que
evidente culpabilidad en el vergonzante fraude cometido en la recolección de
firmas para activar el proceso del Referendo Revocatorio; un proceso en el que
quieren involucrar al planeta entero pero en el que siquiera se han molestado en guardar la más
mínima apariencia de honestidad. Casi once mil fallecidos firmando y ellos con
su cara’e tabla impertérrita; 1.335 presos cumpliendo condena y por tanto
inhabilitados políticamente; 3003 menores de edad; 9.333 cédulas falsas; 659
cédulas con seriales anulados y 3 personas con problemas mentales, más una
enorme cantidad de datos incompletos, firmas planas, etc. etc. y ellos, sin
siquiera pestañear, siguen diciendo que es el gobierno el que le está poniendo
obstáculos al referendo. Y lo peor es que esto parece una característica común
de la gente de la derecha en todo el planeta, pues ninguno de esos personajes
que los apoyan ha sido capaz de poner en
duda el resto de la información que la derecha venezolana les ha hecho creer.
Simplemente ese fraude nunca ha existido ni siquiera para intentar explicarlo.
Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este
mundo.
Albert Camus
(1913-1960). Escritor francés.
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