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sábado, 11 de junio de 2016

México en ruta hacia el 2018

El partido encabezado por Andrés Manuel López Obrador se consolida como la tercera fuerza electoral y lo que es más significativo, muestra un avance significativo en términos absolutos y relativos al alcanzar 2.5 millones de votos.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

El día domingo 5 de junio de 2016, México celebró elecciones en catorce de sus 32 estados, en doce  de los cuales se eligió gobernador. En dos de éstos -Puebla y Veracruz-, se eligieron gubernaturas que durarán solamente dos años (“minigubernaturas”). Esto con el propósito de ir uniformando los calendarios electorales en todo el país y que las elecciones presidenciales paulatinamente se sincronicen con las  de gobernadores en la totalidad del país. Después de las elecciones intermedias de 2015, cuando se renovó la cámara de diputados, esta elección de 2016 es una medición con respecto al desgaste del partido oficial y a las fuerzas acumuladas por la oposición.  En relación a esto último, hay que decir que la oposición de derecha comandada por el PAN avanzó de manera importante pues obtuvo 7 de las 12 gubernaturas que estuvieron en disputa. Al perder el estado de Veracruz, el PRI queda significativamente mermado de cara a las elecciones presidenciales de 2018. Nunca dicho partido había perdido electoralmente  la mayoría de las gubernaturas en juego. Cuatro estados que había gobernado ininterrumpidamente por 86 años, pasaron a manos del PAN. Los grandes derrotados en esta contienda son el PRI y sus aliados.

No obstante lo anterior, el gran triunfador de esta contienda electoral no es el PAN sino Morena que se va perfilando como una fuerza creciente. El partido encabezado por Andrés Manuel López Obrador se consolida como la tercera fuerza electoral y lo que es más significativo, muestra un avance significativo en términos absolutos y relativos al alcanzar 2.5 millones de votos. Ha obtenido 700 mil votos más que en 2015,  a pesar de que el año pasado hubo elecciones en los 32 estados mientras que en 2016 solamente hubo en 14. Todos los demás partidos disminuyeron en términos absolutos y relativos sus cifras de votación. Así las cosas,  si en 2015 Morena obtuvo 8% de los votos,  en 2016 ha alcanzado el 21%. Los demás partidos en su conjunto bajaron de 92 al 79%. En la ciudad de México se consolidó como primera fuerza electoral: triunfó en las elecciones para la Asamblea Constituyente, en 10 de las 16 delegaciones  de la capital del país. Sabiendo esto, la derecha neoliberal (PRI y PAN) y el antaño partido de izquierda, el Partido de la Revolución Democrática, se confabularon para que solamente 60 de los 100 constituyentes fueran elegidos. Los restantes 40 fueron designados por la cámara de diputados (14), la de senadores (14), por el presidente de la república (6) y por  el jefe de gobierno de la ciudad de México (6).  Con esa triquiñuela, PRI, PAN y PRD tendrán entre 65 y 66 diputados constituyentes y  Morena como fuerza mayoritaria solamente tendrá 22-23.

A pesar de la compra masiva de votos,  las más diversas formas de coacción,  acarreo en taxis y microbuses de votantes cautivos, boletas electorales apócrifas, perdidas y robadas, Morena ha logrado avanzar. En el 2018 irá aliada con los ciudadanos a las elecciones presidenciales.

Así de desprestigiados están los demás partidos.

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