En el XXII Encuentro del Foro de
Sao Paulo realizado del 23 al 26 de julio en San Salvador, la izquierda
latinoamericana ahí representada ha realizado una lamentable declaración: ha
calificado el trabajo que realiza la Comisión Contra la Impunidad en Guatemala
(CICIG) como instrumento emblemático de intervención imperialista en América
Latina.
Rafael Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica
Dice
textualmente: “La izquierda latinoamericana impulsa la transparencia, la
honradez en el uso y manos (sic) de los recursos públicos y nos manifestamos en
contra de la pretensión de Estados Unidos de arrogarse prerrogativas
fiscalizadoras en el enfrentamiento a la corrupción, irrespetando la soberanía
de nuestros pueblos mediante mecanismos inconstitucionales, como resultado de
lo cual llama la atención que no han sido señaladas ni afectadas las figuras
políticas vinculadas con la oligarquía, de donde provienen los más grandes
actos de corrupción, irrespetando la soberanía de nuestros pueblos mediante
mecanismos inconstitucionales, como resultado de lo cual llama la atención que
no han sido señaladas ni afectadas las figuras políticas vinculadas con la
oligarquía, de donde provienen los más grandes actos de corrupción, lo cual
también es un engendro del intervencionismo imperialista. El caso de la CICIG
en Guatemala es emblemático en ese sentido, pero el propio pueblo guatemalteco
ha demostrado que no se necesita de la tutela imperial mediante organismos
intervencionistas para enfrentar la corrupción, pues la garantía para eso es la
capacidad de lucha de los sectores populares, siempre que se cuente con un
movimiento revolucionario unido, organizado y a la altura de su misión
histórica”.
Como se sabe,
en Guatemala se han dado pasos importantísimos en la persecución y eventual
juzgamiento de políticos y miembros de la oligarquía corruptos y en asocio. El
ex presidente Otto Pérez Molina, su ex vicepresidenta Roxana Baldetti, ex
ministros, ex consejeros, ex diputados y otros funcionarios de su gobierno, así
como cómplices suyos miembros del empresariado guatemalteco, se encuentran en
este momento detenidos con vistas a iniciarse un juicio contra todos ellos por
corrupción.
El proceso
que concluyó con su renuncia tuvo varios momentos importantes, entre los cuales
debe destacarse de manera especial el papel de la CICIG y el Ministerio Público
guatemalteco, quienes de forma profesional y valiente recogieron pruebas que
les permitieron desentrañar la red de corrupción conocida como La Línea, de la
cual Otto Pérez y Roxana Baldetti eran los cabecillas. Actualmente, la profundización
de dichas investigaciones les han permitido llegar a la conclusión que ambos,
junto a sus compinches de la oligarquía, idearon un plan que tuvo como uno de
sus momentos estelares la creación de una partido-careta, el Partido Patriota,
a través del cual , mediante financiamiento fraudulento, lograron llegar al
poder del Estado y desde ahí utilizarlo como instrumento para sus objetivos
cleptómanos.
Acompañó a
ese proceso llevado adelante por la CICIG y el Ministerio Público un amplio
movimiento de masas que, bajo el lema de RenunciaYa, se manifestó convocado a
través de las redes sociales en las principales plazas centrales de las más
importantes ciudades del país.
Efectivamente,
en ese proceso tuvieron también un papel los Estados Unidos de América. Su
carácter no está muy claro porque, como es la costumbre de esta potencia
continental, su accionar es poco transparente. Por lo que se sabe, los Estados
Unidos de América presionaron a favor de que la CICIG, cuyo mandato debe ser
renovado por el Estado guatemalteco periódicamente, continuara trabajando en el
país, a lo cual el ex general Pérez Molina, que a la sazón fungía como
presidente constitucional de Guatemala, se oponía rotundamente.
En el caso
guatemalteco, los Estados Unidos tienen especial interés por solventar algunos
problemas que los afectan a ellos directamente. Mencionamos solo a manera de
ejemplos el del tráfico de drogas y el de las migraciones, pero no deben
perderse de vista las más amplias consideraciones de carácter geoestratégico que
hacen de Centroamérica, sus canales interoceánicos y su ubicación en la Cuenca
del Caribe, una zona clave.
Se ha
especulado sobre la manipulación que pueden haber ejercido sobre las
convocatorias a las marchas de protesta contra Pérez Molina, y el mismo ex
presidente ha esgrimido ante el juez que se encuentra en la etapa de oír
argumentos para decidir si se le inicia juicio, que él no es sino una víctima
de esta intromisión extranjera.
Todo eso es
posible, no lo ponemos en duda, pero lo que si nos parece incuestionable es que
a lucha contra la corrupción y la impunidad en Guatemala ha sido liderada por
la CICIG -que fue creada a raíz de los acuerdos de paz entre la guerrilla y el
gobierno en 1996- y el Ministerio Público guatemalteco; que esa lucha ha sido
secundada fervorosa y multitudinariamente por el pueblo guatemalteco; que las
jornadas de protestas masivas que llevaron a la renuncia del hoy ex presidente
ha elevado el nivel de conciencia y autoestima de los guatemaltecos, lo cual
incide positivamente en la posibilidad de que asuma en el futuro un papel más
protagónico en procesos de democratización y cambio social en el país.
Nada de esto
se puede ignorar y mal hace la izquierda representada en la reunión del Foro de
Sao Paulo en San Salvador en hacerlo. Si algo puede reprochársele es que,
además de su errática declaración al respecto, no ha estado en la capacidad de
ponerse a la vanguardia de dicho proceso.
Algunas
expresiones de la izquierda guatemalteca han hecho algunas declaraciones
tomando distancia de lo dicho en el documento del Foro: el Movimiento Winaq,
por ejemplo, aduce que la derecha continental, especialmente a través de los
medios de comunicación que en distintos países se encuentran en manos del
mexicano Ángel González, cuya esposa se está perseguida por la justicia
guatemalteca por estos casos de corrupción, ha tergiversado lo dicho por el
Foro. Como se puede comprobar, sin embargo, con simplemente leer el párrafo que
alude a lo aquí discutido del documento del Foro, hay poco que tergiversar. Lo
que sí ha hecho el señor González, millonario dueño de un verdadero emporio de
medios de comunicación, ha sido aprovechar la metida de pata de la izquierda
latinoamericana representada en la reunión de marras, lo cual es totalmente
comprensible dada la atención personal que tiene en los sucesos guatemaltecos.
Asimismo, un
representante de la izquierda guatemalteca presente en el cónclave justificó su
voto a favor de dicha declaración, en la que va incluida la aseveración sobre
Guatemala y la CICIG, en aras de no romper la unidad de la izquierda
continental. Ganó, entonces, la unidad de criterio acrítico y perdió la
izquierda guatemalteca y continental. La guatemalteca porque seguramente tuvo
la oportunidad de explicar su posición disidente de tales afirmaciones, y la
continental porque tal declaración la no hace sino reafirmar prejuicios
respecto a ella.
En nuestro
caso, reivindicándonos de izquierda, nos demarcamos de estas declaraciones, y
exhortamos a quienes las promovieron a tener más cuidado con sus análisis sobre
la variada y rica realidad latinoamericana.
en nuestro pais se esta tratando de combatir la corrupcion gracias por intervecion de la ccig que esta instala en nuestro pais
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