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sábado, 15 de octubre de 2016

Fidel y el ejercicio de la diplomacia

Cuba tiene importancia y trascendencia en la política internacional. Cuba no se inmiscuye en los problemas, sino que media para sus soluciones. La diplomacia de Cuba es de primer nivel; siendo un país tan pequeño ha logrado tener una gran influencia en la política exterior.

Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América

El presidente de Guinea Bissau y Fidel Castro.
Pareciera que todavía tuviera cincuenta o sesenta años. Muchos han escrito sobre él diciendo que es el estadista y estratega político y militar más grande del siglo XX. Pero estamos en el siglo XXI y sigue siendo un gigante; es el mismo que en 1953, con tan solo 26 años asaltó el Cuartel Moncada y desde ese día le anunciaba al mundo para qué había nacido: para luchar por los pobres, por la justicia y contra el imperialismo.

Cuando en la madrugada del 27 julio de 2006 se enfermó gravemente, colapsaron por varias horas las líneas telefónicas en Cuba, porque cientos de miles de amigos de la Revolución querían saber sobre su salud; la vida del Comandante es la vida de la Revolución; la vida de Fidel es la vida de los pueblos de la tierra que combaten por un mundo mejor.
La noticia de su enfermedad regocijo a los miserables de siempre, porque creyeron que le había llegado la hora final. Organizaron más de setecientas conspiraciones con el fin de asesinarlo, pero no lo lograron. Se resignaron a la derrota, y apelaron a que sea su dolencia quien haga el trabajo que ellos nunca pudieron.

Alejado de los cargos y responsabilidades al frente del gobierno desde hace diez años, los enemigos de Cuba se lo imaginaban acostado en una cama. Pero en estos dos lustros Fidel ha seguido siendo el Comandante, ya no sólo de Cuba, sino de los pueblos del mundo que resisten y luchan en búsqueda de justicia. Todos los artículos de Fidel tienen un impacto mediático internacional, y cualquier nueva aparición que haga, en cuestión de segundos acapara los portales de los medios impresos, televisivos y electrónicos.

En mayo de 1985, en plena Guerra Fría, Fidel en conversaciones con Frei Betto le expresó: “no creas que cualquier político se atreve a visitar a Cuba, puesto que jefes de Estado y políticos tienen que tomar muy en consideración lo que piensa Estados Unidos, y muchos de ellos tienen en cuenta eso, temen represalias económicas, políticas, temen disgustar a Estados Unidos…De modo que conocemos mucha gente que incluso mira con simpatía las actividades de Cuba, pero deben tener en cuenta todos estos intereses antes de tomar la decisión casi heroica de venir a Cuba. Visitar a Cuba se convierte, realmente, en una manifestación de independencia”.

Hoy aunque los tiempos son otros, Cuba sigue siendo la misma, y la Revolución tiene en Fidel a ese genio político, que es visitado y consultado por personalidades mundiales. Recientemente en el lapso de doce días se ha reunido con cuatro altos dirigentes internacionales (ningún otro líder político en funciones hace esto); el 19 de setiembre recibió la visita del Presidente de Irán, Hasan Rohani, quien manifestó su "satisfacción" al realizar su primer viaje oficial a Cuba, e "hizo patente su admiración por la lucha y su ayuda desinteresada a otros pueblos”.

El jueves 22 de setiembre se reunión con el Señor Shinzo Abe, Primer Ministro de Japón. Este le declaró su agrado por esta su primera visita a la Isla. Y recordó el viaje de Fidel a su país y su significado en el fortalecimiento de la amistad entre ambos pueblos. Tres días después (el 25 de setiembre) Fidel recibió al Primer Ministro de la República Popular China Li Keqiang, quien reveló admiración hacia el pueblo cubano por su patriotismo y elogió los logros alcanzados en distintas áreas.

El viernes 30 tuvo una reunión con el Señor José Mário Vaz, Presidente de la República de Guinea Bissau, quien le expresó sus agradecimientos por la contribución solidaria e inolvidable de Cuba a la lucha de los pueblos del continente africano por su independencia, en particular de su país, frente a todos los riesgos y amenazas.

Con cada una de estas personalidades el Comandante trató distintos temas, pero las mayores preocupaciones fueron: la complejidad de la situación internacional, la importancia de la producción de alimentos en un mundo amenazado por el cambio climático, la necesidad de preservar la existencia humana, los peligros que acechan a la preservación de la paz y la necesidad de la eliminación de las armas nucleares.

Fuentes cercanas a los cuatro líderes informaron que los visitantes llegaron a La Habana para escuchar la opinión de Fidel sobre política asiática y política africana respectivamente; necesitaban algunos consejos en política internacional, porque el Comandante continúa siendo un referente a consultar sobre los problemas mundiales. Ese es Fidel, esa es la Revolución cubana. Cuba tiene importancia y trascendencia en la política internacional. Cuba no se inmiscuye en los problemas, sino que media para sus soluciones. La diplomacia de Cuba es de primer nivel; siendo un país tan pequeño ha logrado tener una gran influencia en la política exterior.

Miguel Bonasso periodista, escritor y exmilitante argentino de la organización guerrillera Montoneros, cuenta una anécdota con Fidel a principios de 2006: “Recordé una conversación que habíamos tenido en el Palacio de Convenciones, hace siete u ocho meses. Parecía abstraído, lejano, pero súbitamente me miró como si regresara del futuro y confesó: “Lo que necesito es tiempo”.

Ha pasado una década de esa confesión, y el Comandante se impuso a ese tiempo. Ahí está él, dando cátedra de política internacional; está lleno de historia, lúcido e impregnado de combate y de dignidad.

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