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sábado, 29 de abril de 2017

Argentina: La esperanza aturdida

A casi un año y medio del recambio y con la conmoción causada por todas las medidas adoptadas, por la razón o la fuerza de los decretos de necesidad y urgencia, pocos desclasados, asalariados y ningún desplazado o despedido, duda de las características oligárquicas y cipayas de este gobierno, ni del giro copernicano en los mecanismos de la distribución de la riqueza, en beneficio de los grandes conglomerados económicos, transnacionales o locales.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

¿Qué pensaban los votantes esperanzados que vieron en el “cambio” un horizonte jubiloso? Difícil saberlo. Difícil suponer cómo funcionó la cabeza de aquel mediano empresario de clase media a la hora de emitir el voto que, se ilusionaba con un mejoramiento y optimización de la cosa pública con el cambio de gestión, optimizar lo realizado y eliminar los sesgos demagógicos que mostraban algunos indicadores, como el crecimiento del consumo interno, la consolidación de algunos sectores industriales y tecnología de punta, como el avance de los proyectos de investigaciones con la incorporación de los científicos repatriados.

El mejoramiento de lo realizado, desbrozado por esa pátina nacional y popular, era una ilusión colectiva, al menos de esa porción no peronista de la sociedad, más democrática o, respetuosa de las instituciones, según se ufanaban. Idéntica situación se planteaban algunos docentes, irritados por la suficiencia y convicción que mostraba en sus discursos la ex mandataria. Su solvencia y destreza oratoria, seguramente despertaba rechazo y teñía de soberbia sus alegatos en foros internacionales o, a nivel interno, en la tan frecuentada cadena nacional. Otros, pequeños reaccionarios que siempre están agazapados, soñaban con su eliminación, como si fuera una enfermedad letal. Algunos, tal vez imposibles de cuantificar, sin mucha convicción ideológica, apostaban a una saludable alternancia, con cierto escepticismo y descreimiento o, mejor dicho, con cierta inocente perplejidad. Una gran mayoría variopinta, entre aquella que recluta intelectuales disconformes, obreros urbanos, cuentapropistas, profesionales desencantados, desganados burócratas, ignotos campesinos, lejanos habitantes de la Argentina profunda, seducidos por las luces de la ciudad y los discursos simples y rimbombantes y corazón futbolero, adhirieron sin más a la raquítica y deslucida, pero simple y directa exhortación a la alegría del ex presidente del Club Boca Junior, ignorando la delicada tarea de marketing político que escondía detrás toda esa jauría empresaria que lo alentaba, sobándose las manos al anticiparse a futuras ganancias y toda la maquinaria mediática que había puesto en funcionamiento sus perversas usinas de información, dispuestas a taladrar y someter a las multitudes con sus mentiras sobriamente convincentes.

Todo es posible imaginar, menos suponer, como en tiempos mágicos, en que soñábamos con la imaginación al poder, que los tiempos por venir serían venturosos. Si algo podía llegar a imaginarse, en vista del lúgubre entorno del candidato, era el cariz que tomarían los acontecimientos a partir de los primeros festejos de asunción.

A casi un año y medio del recambio y con la conmoción causada por todas las medidas adoptadas, por la razón o la fuerza de los decretos de necesidad y urgencia, pocos desclasados, asalariados y ningún desplazado o despedido, duda de las características oligárquicas y cipayas de este gobierno, ni del giro copernicano en los mecanismos de la distribución de la riqueza, en beneficio de los grandes conglomerados económicos, transnacionales o locales. Para el caso, es lo mismo. Hasta algunos encumbrados empresarios dudan de la lucidez política de algunas medidas, como también se cuestionan la existencia de un plan racional en lo coyuntural o, el mediano y largo plazo.

Lo cierto es que, la topadora gobernante está arrasando con la producción de alimentos, tal como lo han manifestado con el “verdurazo” los productores en la alta y masivamente visitada Plaza de Mayo esta semana. Sus dirigentes se quejan de sus dificultades productivas, frente al incentivo con que se benefician los sojeros, con subsidios para disminuir los costos de traslado. Situación de desprotección y aciago ya vivida por los productores y obreros de la cuenca lechera de Santa Fe y Córdoba.

En ese escenario de protesta colectiva e indiferencia gobernante, el presidente Macri viaja a entrevistarse con el intempestivo patrón del imperio, entusiasmado por atraer inversiones, cuando en realidad, las mismas egresan del país en forma descarada. Techint, la multinacional del acero, ha dejado sin trabajo a obreros argentinos en Campana y abre una fábrica de tubos sin costura en Houston, Texas, a la que asiste el insensible mandatario.

Dentro de la agenda, se reserva un espacio especial para fogonear la caída del gobierno bolivariano de Maduro, en la secreta creencia que esto le sumará puntos frente al imprevisible Trump, sumándose de esa manera al coro de la Comunidad Europea que, ante la soberana salida de Venezuela de la OEA, quiere obligarle a llamar a elecciones, rompiendo con el vulnerado principio de no intervención.

Las alabanzas mutuas, puestas de manifiesto en la conferencia abierta, de este jueves 27, en donde se alternaban chanzas entre el ingreso de los limones argentinos y el apoyo contra Corea del Norte, hacen retornar a los memoriosos a las “relaciones carnales” de los noventa entre Carlos Menem y George Bush, padre, cuya estrecha y hasta lúdica relación, llevó al pueblo argentino a vivir las consecuencias del mayor desguace y descuartizamiento del estado y el imperio del mercado, dejándolo en la intemperie existencial, destruida la escuela pública, el sistema de salud y de seguridad social, cuestión que llevó más de una década intentar recuperarlas, sacándolo a éste último de la voraz garra empresaria que manejaba el negocio de las AFJP.

De modo que no es un inocente juego de visitas, sin posteriores consecuencias. Por el contrario, esta graciosa alianza que va más allá de un apretón de manos, sonrisas y frases halagüeñas, traerá consecuencias imprevisibles, como inciertas son las decisiones que pueden adoptar los protagonistas, dadas sus especiales características personales.

Todo cierra dentro de esta atmósfera oscura y pestilente que se vive a espalda de las grandes mayorías. Indiferencia y soberbia. Prepotencia y represión, dentro de una democracia cada vez más licuada y deslucida, en donde la separación de poderes es puesta en duda, dadas las presiones ejercidas directa o indirectamente por el dueño de la pelota.

Sin embargo, esta semana hubo un destello de luz que iluminó la debilitada esperanza popular, aunque ante los ojos ansiosos que esperan una salida inmediata a sus dificultades pareciera mínimo e intrascendente, la aparición del nieto 122, alentada por la minuciosa investigación llevada a cargo por las Abuelas de la Plaza de Mayo, fue un preciado estímulo a la lucha por las causas justas. “Esta nueva restitución es la demostración que la verdad y justicia, siempre vencen al olvido y al silencio”, expresó en conferencia de prensa este último martes, Estela de Carlotto, presidenta de la entidad, recordando que, la memoria es la mejor herramienta de los pueblos para fortalecer su identidad y el ejercicio de sus derechos. Aliento que, en el otoño austral, con miles de docentes, empleados obreros en vilo y cautivos de la presión salarial y sus condiciones de trabajo, impone redoblar la apuesta a las luchas emprendidas con vistas a torcer los próximos resultados electorales y mirar el futuro con algo más de optimismo.

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