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sábado, 28 de octubre de 2017

Argentina: El montaje del Truman Show criollo y las enseñanzas de Antonio Tabucci

El gobierno de Mauricio Macri llama a los principales dirigentes de todo el arco productivo y los gobernadores provinciales para anunciar los nuevos cambios. Cambios que ya incluyen modificación del régimen laboral, en lo posible a la brasileña, nuevas reglas para los sindicatos con baja en los salarios, subas de servicios y, si se dispara la inflación, automáticamente el Banco Central, aumenta las tasas, cosa de seguir montados en la bicicleta financiera.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

La embriaguez triunfalista del gurú Duran Barba le llevó a expresar en los medios esta semana que “Macri es la nueva izquierda”. Un absurdo absoluto pero totalmente cierto en el clima post eleccionario instalado desde el domingo. No importa el resultado. No importa el escaso margen respecto de Unidad Ciudadana, liderada por CFK en la provincia de Buenos Aires. Nada tiene sentido en el sin sentido instalado y blindado por los medios, como tampoco que el pasado lunes el pueblo se haya levantado con una nueva suba de combustibles que, en lo que va del año, ronda un 27% y nadie proteste. Que se agache la cabeza porque hay que seguir viviendo aunque no alcancen los sueldos. Se puede – como repetían en sus publicidades todo el tiempo –, claro que se puede hacer antojadizamente todo dentro de la burbuja The Truman Show en que se ha transformado el país.

El resultado mínimo o inexistente, ha promovido un envalentonamiento oficial que, exultante, llama a los principales dirigentes de todo el arco productivo y los gobernadores provinciales para anunciar los nuevos cambios. Cambios que ya incluyen modificación del régimen laboral, en lo posible a la brasileña, nuevas reglas para los sindicatos con baja en los salarios, subas de servicios y, si se dispara la inflación, automáticamente el Banco Central, aumenta las tasas, cosa de seguir montados en la bicicleta financiera. Tampoco importa que vuelvan el mismo lunes, día de tantas reuniones, funcionarios del FMI, dispuestos a vigilar y controlar las cuentas nacionales, como en las viejas épocas en que el organismo colocaba los presidentes del Banco Central y de otros organismos financieros.

Sin embargo el aluvión mediático cómplice se llevó por delante el cadáver de Santiago Maldonado identificado a escasas horas de su encuentro, se llevó a los posibles culpables, aunque todas las sospechas caen sobre la Gendarmería, esa misma Gendarmería que, con sus uniformes de tortugas ninjas reprimen las manifestaciones y salieron rápidamente ayer a capturar al ex senador Julio de Vido, luego del infamante cuadro montado en el Congreso para su desafuero y posterior prisión en Devoto. Todo un espectáculo indignante, de circo romano, un montaje espeluznante que, sin lugar a dudas, arrepentirá a los horrorizados que hoy vivan con tanto entusiasmo la destrucción de las instituciones de la República, donde la Justicia es una caricatura más, una gárgola simiesca, cuyos representantes se arrastran como monstruos íncubos celebrando la decadencia colectiva.

También ya deslizan que Cristina podría ir a prisión antes de asumir en el cargo para el que fuera elegida y, seguramente, ya han armado todo un entramado de mentiras para instalar este nuevo sofisma. Entre los periodistas que se animan a dar la cara en esta nueva puesta en escena, ya la acusan de traición a la patria y como es de esperar, una turba que se solaza con las achuras sangrientas del escándalo aplaude frenéticamente, frente al televisor y las redes sociales expresamente diseñadas para los cinco minutos de odio.

Antonio Tabucci, el celebrado escritor italiano ya fallecido y enconado enemigo de Silvio Berlusconi, “Il cavalieri”, quien ejercía su poder sin límites a través de construir un absolutismo mediático, en un reportaje de la Rnw[1] (Radio mundial de los países bajos) solicitando libertad de prensa, exponía escándalos similares a los que aquí suceden, desde un celebrado apoyo de la dirigencia empresarial – cabe recordar el reciente Coloquio de Idea en Mar del Plata en que, por primera vez estuvieron los potentados de las principales empresas del país que no se juntaban allí desde 2004, hasta el dictado de una ley de blanqueo de capitales para los íntimos – escudo fiscal, se le denominó en Italia – como el que hubo aquí. Al momento en que se le efectuaba el reportaje, Tabucci sufría acusaciones y juicios millonarios con el fin de intimidarlo, hecho que descalificaba por razones de edad, pero que le hacía perder un tiempo precioso dedicado a escribir, en la defensa de tanta patraña.

La pesadilla bufonesca desapareció de Italia hace unos años y, las recientes apariciones de Berlusconi con Forza Italia fueron – como era de esperar – para mofarse de Emmanuel Macron y su esposa, 24 años mayor. Pero ya no disfruta de su poder omnímodo y es probable que los jóvenes, adictos a la tecnología y las redes, ya no lo identifiquen.

Tabucci reflexionaba desconcertado sobre los espasmos sociales que llevan a las multitudes a apoyar cuestiones aberrantes y recordaba a su país en los años ’20 y ’30 del siglo pasado, como también a la Alemania de esos mismos años, que luego se unieron en una guerra horrible, imposible de calificar. De la misma época de la gran depresión se entronizaron las mafias y el tango Cambalache de Enrique Santos Discépolo echó raíces en la gran confusión.  

He evocado al autor de Sostiene Pereyra, porque de él leía: “creo haber comprendido una cosa, que las historias son siempre más grandes que nosotros, nos ocurrieron y nosotros fuimos inconscientemente sus protagonistas, pero el verdadero protagonista de la historia que hemos vivido no somos nosotros, es la historia que hemos vivido.”[2]

Desde luego no nos excusa del disparate en que estamos inmersos, pero tampoco nos hace cómplices complacientes, porque el asco nos excede.





[1] Ver Youtube
[2] Revista Ñ Nº 733, sábado 14/10/2017, Perlas cultivadas,p.5.

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