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sábado, 10 de marzo de 2018

Argentina: Vacuidad letal

Cuando una nuez pierde su contenido, se atrofia la pulpa, se dice que es vana. Vana porque la recubre sólo la corteza, la cáscara queda hueca. Vana, vacía, hueca, no tiene nada adentro. Hay un vacío dentro de una cáscara. El fruto que le daba razón de ser se perdió. No está ni volverá. Murió, no tiene más vida.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Cuando observamos los actos del gobierno asumido en diciembre de 2015, actos con fanfarria obligada, pero solitarios, acompañados por una claque escuálida, a ojos vistas, armada, producto de un casting y un libreto previo, estudiado, asimilamos a ese escenario político al ejemplo de la nuez. Hay una ausencia notoria del pueblo, origen y sostén del gobierno que lo representa. Por eso carecen de esa energía vital que vibra en las calles y las nutre de entusiasmo, entusiasmo que reciben y retribuyen los gobernantes, estableciendo ese diálogo emocional indispensable que tienen los organismos vivos, como una colmena donde todas las abejas se agitan alrededor de la reina. Se producen intercambios de emociones, expresadas en vítores, en sonrisas, en miradas cargadas de contenido a favor o en contra, pero jamás indiferentes, porque la exposición no tiene puntos intermedios ni neutros, salvo los observadores profesionales que intentan leer esas corrientes pasionales y ponerles palabras y transformar aquello en crónicas, relato del momento. Desde un comienzo colocaron una valla, un muro y una guardia pretoriana entre autoridades y la gente.

Esta distancia se refuerza mucho más si hacemos extensiva la mirada al desarrollo cotidiano de la democracia, a sus declaraciones y actos institucionales. Sugieren una envoltura con papel celofán, transparente donde no existe el contenido a envolver o, peor aún la envoltura envuelve al sujeto que percibe advirtiendo o no, que es envuelto o mareado por el evento. Hay un vacío, una ausencia del sujeto sostén del sistema al que va dirigida la arenga. En síntesis, no hay comunidad, salvo la de negocios que le dio origen a la alianza gobernante, por eso tampoco hay ideología, solo escaramuzas, picardías, vivezas, pioladas en beneficio propio. Se repiten eslogan, frases marketineras y una recurrente alusión al futuro, a los sueños, seguramente dirigidos a adolescentes, desestimando el momento presente. Todo cierra, el hueco, el vacío, la ausencia de contenidos como de ideas si tenemos presente que todo lo que es, fue en principio una idea. La ontología como parte de la filosofía nos habla de todo lo que es y existe a partir de esa idea.

Si partimos del análisis del discurso, advertimos escasez de palabras y de términos, una avara elaboración; un micro relato propio de la ausencia de ideas. Nada que decir, nada que transmitir, sólo deseos lanzados al aire para que el azar o alguien les dé contenido o se esperance en ponerle carnadura, espesor a ese leve manto de palabras vacías. Descartemos la obligada alusión bíblica del Génesis, en principio fue el verbo, porque eso es pasado y pesado.

El mejor equipo de gobierno de los últimos cincuenta años descree de las palabras, nació atacando el relato. Tapa la historia, no le interesa, porque el pragmatismo meritocrático avanza como un dinosaurio que aplasta todo lo existente. El dinero todo lo puede no importa su origen. De ahí que lo punible es la ausencia de dinero porque indica incapacidad de conseguirlo. Ergo, un pobre es un incapaz, un miope ante las oportunidades que le pasan por los costados.

Descartemos sensibilidad y la ceguera que les impide ver el pueblo en las calles desde Río Turbio a los cañaverales de Salta y Tucumán, de todas las calles de las ciudades del país. Les impide ver el daño provocado a jubilados, enfermos, personas con discapacidad y a todas las personas más débiles que el Estado debe especialmente proteger y amparar. Por el contrario, planifican la represión con todo el poder de que dispone el Estado weberiano, sacando a la Gendarmería altamente equipada para actuar masivamente, como lo ha venido haciendo cuando salen grupos desesperados de despedidos a manifestarse, recordando a las dictaduras que apuntaban al enemigo interno.

Infancias opulentas, educación estrecha y elitista, con esa rémora de odio y rencor de las peores épocas, donde se celebraba el cáncer y la muerte de Evita, donde los radicales ligados al golpismo festejaban la propaganda del jabón homónimo que evita–(ba) la mugre, no impide remozarse en tiempos del sálvese quien pueda del capitalismo financiero feroz, que destruye todo a su paso.

El árbol no les deja ver el bosque y eso que el bosque es inmenso, inconmensurable, como lo ha demostrado este último 8M en donde aprovechando el Día Internacional de la mujer, ellas salieron en todo el mundo a manifestarse.

En Plaza de Mayo se estima que fueron cerca de un millón que al grito de ¡Aborto legal Ya! Basta de Ajustes y Despidos, procedentes de diversos colectivos femeninos aunados en reclamos jurídicos, sociales y económicos, se expresaron con variadas pancartas hasta en el cantito hit del verano que se expandió desde las canchas de fútbol a las calles.

Ellos seguirán sordos, ciegos y mudos, si se asimilan a sus escuetas comunicaciones, vacías y letales, pero la marea humana crece y crece; pueden desde la crítica descalificarlas por inorgánicas, espontáneas y de fácil dispersión. Pero todos sus integrantes responden a una organización que los representa y a intereses y derechos concretos a defender, cuya articulación política viene tramándose desde lo profundo de la sociedad en todo el territorio nacional, cuyo conductor, cualquiera sea, está a punto de salir al ruedo.

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